La huella ecológica en el camino hacia mejores prácticas

Actualizado
  • 16/01/2021 00:00
Creado
  • 16/01/2021 00:00
Al considerar nuestro impacto sobre el ambiente, también aprendemos sobre cómo esta relación está condicionada por decisiones que se toman en conjunto por la sociedad o por actores del sector público y privado. En Panamá hay mucho por mejorar

Los cálculos de huella ecológica buscan determinar cuánta superficie es necesaria para proveer el consumo de una población. En general, lo que se busca determinar es si una persona o grupo consume más recursos de los que se puede esperar que el planeta proporcione a cada cual. Estos son temas de gran complejidad que requieren de equipos interdisciplinarios y amplios estudios, pero a modo de exploración me di a la tarea de llenar los cuestionarios de tres páginas web diseñadas para medir, precisamente, la huella ecológica.

Como no estoy en capacidad de abarcar por mi cuenta algo así, lo que puedo hacer es compartir los resultados de los cuestionarios y algunas reflexiones sobre cómo los hábitos personales, del hogar, inciden en nuestra relación con el ambiente.

En el primer formulario web que encontré, del Ministerio de Ambiente del Ecuador, tuve un alentador puntaje de 0,94, es decir, la cantidad de planetas necesarios para sustentar los hábitos de mi hogar, por ahora. Es decir, que nuestros hábitos de consumo son relativamente razonables, siempre y cuando fueran disminuyendo a medida en que crece la población; no debemos olvidar que la relación entre los humanos y el ambiente es dinámica. Este cuestionario estaba estructurado en tres secciones: alimentos, energía, y consumo de productos de madera.

Luego hice la prueba con la calculadora de la Fundación Vida Sostenible; esta tenía una estructura distinta: comenzando por preguntar el país donde vivo, el ingreso medio anual del hogar, el nivel de estudios y la edad. Preguntó también en qué me titulé, cosa que no sé qué tanto indique sobre el tema en cuestión. Las siguientes preguntas eran más parecidas a otros cuestionarios: cuántas personas viven en el hogar, cuántos metros cuadrados tiene, esta última fue una de las pocas preguntas cuantitativas. En estos cuestionarios es bastante difícil que las opciones de respuesta sean representativas para todos los casos. Los otros temas de los que se ocupaba la encuesta eran: uso de energía en el hogar, medios y hábitos de transporte, la compra, el consumo de agua, evitar logos advertencia de tóxicos, consumo de carne y hábitos de separación de los residuos para reciclaje.

En esta calculadora, que tomé dos veces con ligera variación de las respuestas, el resultado fue que se requieren 2,25 mundos para asegurar los hábitos de un planeta Tierra en que todos fueran como mi familia y yo.

Finalmente, volví a llenar las cuatro secciones del formulario de la Diputación Foral de Bizkaia, que había llenado ya en 2017 y publicado en mi web personal. Este contempla: energía, agua, transporte y residuos. Lastimosamente, el cuestionario ahora solo logra indicar totales y compararlos con la media de su comunidad autónoma, porque el enlace que lleva al análisis y recomendaciones finales ha dejado de funcionar.

En términos de energía y agua, parece que estamos en casa un poco por encima de la media para hogares de tres personas en el País Vasco. Como estamos en cuarentena, de la sección del transporte casi nada aplicaba. En este año me he dedicado al trabajo remoto y solo he salido ocasionalmente a llevar a los niños a alguna cita de salud y muy ocasionalmente a paseos familiares. En la sección de residuos estábamos muy cerca de la media del cuestionario.

En 2017 el formulario me había llamado la atención por no tener buen aislamiento térmico en mi casa, sin embargo, en un país tropical de clima húmedo es importante ventilar. Los temas de aislamiento en la vivienda panameña tienden a estar relacionados con las ventanas. Necesitamos ventanas que se puedan abrir durante el día y que dejen circular la brisa, pero si utilizamos aire acondicionado en la noche, entonces debemos asegurarnos de que tengan un buen cierre y aislamiento.

Las ventanas que tienen buen cierre no solo nos ayudan a mantener lo fresco del aire acondicionado dentro para que funcione más eficientemente, sino que dejan por fuera el ruido que, sin ser una consideración de sostenibilidad directa, sí lo es cuando tomamos en cuenta su efecto sobre nuestra salud y bienestar.

Otro aspecto en el que llenar los formularios pone de relieve cosas que van más allá de lo que podemos controlar como consumidores individuales y grupos familiares, es el reciclaje.

En otros países, las condiciones son mucho más propicias para aprovechar el reciclaje y evitar la contaminación: los materiales separados se recogen en el domicilio; hay productos como baterías y teléfonos móviles que se devuelven a los negocios que los venden; hay puntos a los cuales llevar los medicamentos caducados o que ya no se necesitan.

Es una buena práctica llenar el formulario dos veces: una con nuestros hábitos actuales; y la segunda vez, con algunas medidas de mejora que consideramos accesibles y así contrastar el resultado entre una y otra.

Al considerar la huella ecológica y nuestro impacto sobre el ambiente, también aprendemos sobre cómo esta relación está condicionada por decisiones que se toman en conjunto por la sociedad o por actores decisores del sector público y privado. En Panamá hay mucho por mejorar y a veces no es evidente qué estamos haciendo.

Al final, muchos aspectos de sostenibilidad se atribuyen al individuo, cuando es más eficiente mejorarlos con acciones a mayor escala. Para explorar ese tema quedo en deuda de un artículo futuro. Dos logros recientes han sido la prohibición de las bolsas plásticas en supermercados desde julio de 2019 y la Ley de reducción de plásticos de un solo uso, de hace apenas un mes.

Al final, lo que podemos controlar son nuestros hábitos individuales y familiares. Pero también nos podemos informar y concienciar en estos temas para exigir a los que toman las decisiones. En estos diez meses desde que se declaró la pandemia hemos visto qué tan flexibles podemos ser para adaptarnos a retos y cambios.

Hagamos el propósito de, en lo personal y colectivo, investigar y reflexionar sobre las transformaciones que podemos hacer por una sociedad más sostenible y convirtámoslo en realidad.

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