Juan Mckay: 'Pienso que existe la confianza, la voluntad y las ganas para que se haga una nueva constitución'

Actualizado
  • 15/04/2021 00:00
Creado
  • 15/04/2021 00:00
El fundador y directivo del movimiento ciudadano Panamá Decide está convencido de que el país requiere cambios para lograr la independencia de los tres órganos estatales, y justicia
Entre 2004 y 2009 se desempeñó como agregado y encargado de los asuntos consulares y comerciales de la Embajada de Panamá en Colombia.

Juan B. Mckay A., un experimentado comunicador social que forma parte de la junta directiva y es fundador de la agrupación Panamá Decide, conversó con los lectores de La Estrella de Panamá sobre las motivaciones y retos para alcanzar un nuevo contrato social en el país.

El movimiento espera recolectar 581 mil firmas en menos de seis meses para convocar a una asamblea constituyente. Mckay está convencido de que el país donde nació y donde desea que prosperen sus hijos y nietos requiere de un cambio, de independencia en los órganos estatales pero, sobre todo, de justicia, donde debe existir un contrapeso y donde no haya espacio para la corrupción. Esa es una de sus razones para convocar a una asamblea constituyente paralela. Mckay, quien ha sido diplomático, director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Panamá Pacífico, docente universitario y, además, tiene una amplia trayectoria en medios locales e internacionales como CBS News, Univisión, RPC-TV, entre otros, afirma que existe la voluntad y las ganas para construir un nuevo contrato social que permita a las nuevas generaciones tener un mejor futuro.

¿Por qué cree que es importante una asamblea constituyente en este momento?

Creo que la constituyente paralela dará nuevas oportunidades a todos y cada uno de nosotros. El ciudadano ha experimentado los problemas de no contar con una constitución firme.

La actual Constitución habla del balance que debe existir en los tres poderes del Estado. Sin embargo, no existe ese balance al haber un órgano dependiente del otro, donde uno juzga al otro y el otro a uno. La percepción es que no existe la justicia. En lugar de haber un peso y contrapeso, lo que hay es un encubrimiento. El panameño común percibe esto como corrupción y falta de transparencia. Esa es una de las necesidades por las que tenemos que cambiar la Constitución.

¿Qué opina de quienes piensan que llamar a una constituyente abierta, sin un documento previo, es un riesgo porque corren peligro títulos emblemáticos como el del Canal de Panamá?

Creo que nadie en su sano juicio puede pensar que los panameños nos vamos hacer harakiri. Es como decir que un país árabe legisla para que no haya más petróleo. Eso es una cosa que no puede ser. Nadie nos garantiza que no se vaya a mejorar, pero nadie en su sano juicio va a atentar contra las cosas que se están haciendo bien. El Canal de Panamá es un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas. Precisamente por eso es que se debe blindar para que nunca nadie atente contra el funcionamiento, operación y financiamiento de la vía interoceánica. Lo que se busca es que se elija a las 60 mejores mujeres y hombres para que redacten una constitución que sea para el beneficio de todos los panameños.

Hablando de los 60 hombres o mujeres que redactarían esa nueva constitución, ¿cuál debe ser el perfil de los integrantes de esa asamblea?

Hay un tema por allí que siempre se señala en las funciones legales que dice 'como buen padre de familia'. Yo pienso que debe ser mixta, que deben ser personas que tengan contacto con la realidad. De nada nos sirve una persona que tenga 17 mil títulos si no está en contacto con la realidad. Qué bueno sería que hubiese científicos, economistas, banqueros, dirigentes sindicales, políticos, abogados, médicos y personas del común.

La idea es que la composición de la constituyente refleje a nuestra sociedad, a nuestra ciudadanía, para que una vez se sienten a hacer su trabajo puedan tomar las mejores decisiones. Nosotros debemos aspirar a que el Tribunal Electoral, en su reglamento, especifique cómo queremos escoger a los constituyentes. La Constitución establece que debe ser una representación de cada provincia y comarca.

¿Cuáles cree que han sido los principales contratiempos para alcanzar una asamblea constituyente?

Queremos un cambio en el país. Mucha gente dice que tan abajo más podemos ir. Hay entre 18% o 19% en decrecimiento con o sin pandemia. Hay miles y miles de personas sin trabajo y miles y miles con suspensión de contratos. Necesitamos en este momento una recomposición social del país, que la gente participe activamente. Yo, a título personal, estoy convencido de que vamos a pasar de las 600 mil firmas y cuidado en menos de los seis meses que establece la Constitución. Pienso que existe la confianza, la voluntad y las ganas de las personas para que se haga una nueva constitución. Quiero confiar en mi pueblo, en mi país. Este es el país en el que nací y en el que quiero que mis hijos y nietos tengan un mejor futuro.

Ahora hablemos del movimiento que representa. ¿Cómo nace Panamá Decide?

Panamá Decide es un movimiento que tiene gente de todas las clases. Tenemos religiones cristianas y judías. Hay gente joven y mayor. Es algo parecido como cuando uno va y se toma un café con alguien y te dice que esto no está funcionando. Y después vamos a un cumpleaños y te decían lo mismo. Sencillamente nos fuimos agrupando y nos dimos cuenta de que teníamos un denominador común y es que queremos un mejor Panamá. Ante esta disyuntiva lo que se necesitaba era saber qué podíamos hacer, qué nos unía.

Panamá decide es un movimiento de crecimiento espontáneo. Después del lanzamiento del movimiento, casi 3,800 personas en menos de seis días se inscribieron en la base de datos porque querían alinearse con la política de una nueva constitución paralela.

¿Por qué sería Panamá Decide un movimiento distinto al de las organizaciones políticas?

Nosotros no discriminamos ni descalificamos. Si es un miembro del Partido Revolucionario Democrático (PRD) que ha venido a firmar, así lo hace. Así mismo, miembros del panameñismo firman. En el momento en que se abra el periodo de seis meses para recolectar firmas, no vamos a descalificar a nadie. Lo nuestro es una iniciativa ciudadana, donde no se rechaza a nadie sino que se suma a todos. Por regla general, los partidos salen a buscar entre sus adherentes, la gente que vota por ellos firma. Si al final del camino tenemos la capacidad de sumar todas las firmas para lograr llegar a esas 581 mil firmas, ¡Aleluya!

¿Cuándo arranca la recolección de firmas?

El proceso es el siguiente: nosotros le presentamos un memorial al Tribunal Electoral donde se le está pidiendo que se nos permita recolectar firmas para llamar a una asamblea constituyente. Una vez nosotros presentamos este documento, el Tribunal Electoral tiene unos días para revisarlo. Luego de ser aprobado se toman 15 días para capacitar a los activistas de nuestro grupo. Al día siguiente de concluidas las capacitaciones, hay seis meses para recolectar las firmas. En este momento no hay firmas. Las inscripciones que hay están en nuestra base de datos, de personas que quieren ayudar a buscar esas firmas. Nosotros hemos pedido al TE que se nos permita recolectar firmas por vía tecnológica, porque ya existe la plataforma para hacerlo.

¿Este movimiento promueve anexar a la nueva constitución el tema del matrimonio igualitario?

La respuesta es no. Nosotros como movimiento no estamos poniendo ninguna precondición. Lo que estamos haciendo es incentivar a que se escoja a los 60 mejores hombres y mujeres para la asamblea constituyente. Son ellos quienes van a tener la responsabilidad de decidir qué incluyen y qué no.

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