El hombre detrás de Martinelli

Actualizado
  • 14/07/2016 02:00
Creado
  • 14/07/2016 02:00
Fue jefe de seguridad de la Presidencia, entraba y salía de la oficina del exmandatrio y hoy busca ocupar la silla presidencial en el 2019

Enigmático, sigiloso, indescifrable, astuto estratega y leal. ¿Puede una sola persona acaparar todas estas características tan singulares? Hay quienes piensan que Rodrigo Sarasqueta, un abogado que trabajó a las sombras del exmandatario, Ricardo Martinelli, lo ha logrado.

Durante el proceso electoral de 2009 y, luego, cuando Martinelli ya gozaba de la condición de presidente electo, Sarasqueta era una figura poco conocida, incluso para el dueño de la más grande cadena de supermercados del país nada sabía de él.

UNA FICHA DESCONOCIDA

No se conoce cómo logró colarse y ubicarse dentro de los límtes del denominado ‘círculo cero', pero, entró al Palacio de Las garzas y se ubicó en un salón a unos metros de la puerta de la oficina de Martinelli, desde allí despachaba como secretario ejecutivo de seguridad de la Presidencia de la República.

Nadie puede dar razón del por qué razón Sarasqueta fue llevado al Palacio de las Garzas. Hay quienes aseguran que llegó de la mano Jimmy Papadimitriu, el entonces todopoderoso ministro de la Presidencia.

Con apenas 40 años de edad, sin experiencia política y con una corta hoja de vida, este hombre menudo se abrió paso, de manera paulatina, pero bien cimentada, se ubicó como una las piezas fundamentales en el ajedrez gubernamental.

Martinelli bendijo a Sarasqueta con una beca especial, gracias a la cual se graduó como especialista en Derecho Constitucional en la Universidad Externado de Colombia al mismo tiempo que trabajaba en la Presidencia a tiempo completo.

Desde su cargo le tocó participar en operaciones secretas, incluso hay quienes dicen que estuvo involucrado en los pinchazos telefónicos, pero ni siquiera ha sido llamado a declarar en el proceso.

Desde adentro de su partido, se preguntan si será cierto que durante el pasado mandato valiéndose de sus influencias adquirió varias fincas y un lujoso apartamento.

ASPIRACIONES

Como muestra de agradecimiento, Martinelli, mantuvo a Sarasqueta como número uno en la lista de los aspirantes a ocupar una de las tres sillas de la Sala Quinta de Garantías Constitucionales que se añadiría a la Corte Suprema de Justicia, no obstante, prefirió mantenerlo como secretario ejecutivo de seguridad de la Presidencia.

En ese momento, el expresidente propuso los nombres de Anabelle Padilla (actual magistrada del Tribunal Administrativo de Contrataciones Públicas, cuyo periodo venció en febrero de 2015), Arturo Vallarino (ex vicepresidente de la República y varias veces legislador) y Lilia Herrera Mow, quien hasta hace poco ocupó el cargo de defensora del Pueblo.

Quienes lo conocen lo ven como un hombre osado y atrevido. Algunos de sus allegados, lo consideran un individuo maverick, término anglosajón para describir a las personas disidentes que no temen cuando desean alcanzar un objetivo.

LEALTAD A MARTINELLI

Una vez conocidos los resultados de las pasadas elecciones, Sarasqueta alzó la hipótesis de que hubo un fraude electoral.

Móvido por este idea demandó ante el pleno de la Corte Suprema de Justicia, el acta final de la Junta Nacional de Escrutinio que proclamó a Juan Carlos Varela como presidente de la República para el periodo 2014-2019.

Sarasqueta está convencido de que los tres magistrados del Tribunal Electoral bajo el liderazgo de Erasmo Pinilla ejecutaron un colosal fraude político para evitar que José Domingo Arias sucediera a Martinelli.

La demanda de inconstitucionalidad duerme el sueño de los justos. Los magistrados la mantienen archivada.

Cada día que transcurre sin que la demanda se mueva, se convence de que está en lo cierto, ha dicho una y otra vez.

También es parte del equipo de abogados de Valter Lavítola, quien está preso en Italia por su presunta vinculación con el caso de Finmeccanica.

CONFIANZA

Sarasqueta era uno de los pocos funcionarios que podía entrar y salir de la oficina personal de Martinelli en la Presidencia de la República sin siquiera tocar la puerta.

Fuentes políticas coinciden en precisar que se daba el lujo de extraer y meter documentos sin la presencia del mandatario, ante la cuota de confianza que éste le había depositado.

También se le atribuye haber sido el creador la estrategia política y policíaca que erróneamente se atribuyó a Papadimitriu y que se utilizó para desarticular el movimiento de Bocas del Toro que dejó en el año 2010 contra la ‘Ley Chorizo'..

Ahora aspira a controlar el CD como parte de su plan para ser el candidato presidencial en el 2019.

Sin mayor recato, se presenta a lo interno del colectivo como el ungido de Martinelli para tomar la bandera y lograr que el CD pueda regresar a la codiciada silla del Palacio de Las Garzas.

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