• 06/09/2009 02:00

Con libertad y atacando vicios

Uno de los pilares de la democracia es respetar la libertad del ser humano. Este valor viene del libre albedrío que las religiones promu...

Uno de los pilares de la democracia es respetar la libertad del ser humano. Este valor viene del libre albedrío que las religiones promulgan y del raciocinio humano. Todo ser humano es libre de elegir su camino, pero la libertad conlleva responsabilidades. La libertad en sociedad es un derecho que llega hasta donde empiezan los derechos de los demás asociados.

Todo ciudadano es libre de fumar tabaco, consumir bebidas alcohólicas y practicar juegos de suerte y azar. Estas acciones, cuando un ciudadano muestra demasiado apetito de usar o hacer y que se siente incitado a realizarlas frecuentemente y con exceso, se les denominan vicios. Vicio también se describe como “ hábito de obrar mal ”. Un amante de la música, del trabajo o del deporte no se le considera vicioso, sino virtuosos, porque esas acciones son edificantes. Si los Estados se constituyen para la búsqueda del bien común, a los vicios hay que atacarlos, dentro del balance del libre albedrío del ciudadano. Digo ciudadano, porque es el considerado por el Estado para ejercer todos sus derechos. Un menor de edad, por serlo, ante la Ley, no tiene derecho para atentar contra su integridad física, mental o social, por lo cual no puede practicar estos vicios.

Aunque se tenga derecho o libertad, las prácticas de estos vicios, que generan adicción, tienen que ser reguladas por la Ley. Y esa regulación es buscando el bien común. Fumar tabaco destruye la salud del que lo consume y de quienes estén cerca. Ya hay regulaciones, bastante buenas, pero falta aumentar los impuestos a los productores, distribuidores y consumidores. Una cajetilla no debe tener menos de B/.5 de impuesto, con lo cual se desincentiva el consumo. Ah, dirán que se incrementa el contrabando, pero se contrarresta poniendo penas de diez años mínimo de prisión. Con el alcohol, mayores impuestos, no menos de 200% del valor. Manejar por arriba de los límites aceptables y ejercer violencia doméstica y social debe castigarse severamente; hasta el que bajo sus efectos se accidente (no de tránsito), debe ser multado si es atendido por el Estado, porque por su irresponsabilidad, está usando recursos que desgastan el sistema.

Y los juegos de suerte y azar, solo en los hoteles de más de 300 habitaciones, aumentando los impuestos a no menos del 70% de la supuesta ganancia de estos antros y para el apostador que gane, un 50% del premio.

Todas estas medidas son para desincentivar el gusto por estas actividades, partiendo de la base de que son nocivas y el Estado debe proteger a sus ciudadanos. Esto sería Cambio.. ¿Se atreverán?

*Panameñista.jgamboarosemena@hotmail.com

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