• 25/04/2024 23:00

Elecciones desnaturalizadas

Básicamente estamos siendo testigos de un sistema parcializado que a futuro solo traerá otro ungido [...]

La historia electoral de Panamá, accidentada desde sus albores con la plena injerencia de Estados Unidos de manera directa por mandato constitucional hasta de hecho por la cercanía y posicionamiento geopolítico de los poderosos intereses norteamericanos, prevalecen hasta nuestros días con la incansable intromisión de la actual embajadora Maricarmen Aponte.

Sin dejar de observar que históricamente hemos tenido fraudes marcados por la rivalidad de empresarios criollos más que por diferencias de carácter político ideológicas, ciertamente a la fecha no hay posiciones yuxtapuestas, más bien un concurso de propuestas similares y tan despavorida carrera por el poder ya con menos rivales y con la matemática electorera como ya la hemos venido descifrando en estos últimos 34 años de fala vida democrática, con la especificidad de la alternabilidad en el poder por parte de los partidos Panameñista y PRD, que han perdido toda ideología formativa, convirtiéndolos en partidos empresariales con grado de parentesco inconfundible, los demás partidos de menor acumulado solo se presentan como satélites, apegados para subsistencia política con grado de incidencia en la ganancia de las instituciones para desfalcarlas legalmente con la muy ya de moda Asociaciones Público Privadas (APP) convirtiendo a los ministerios e instituciones en botines políticos.

Los debates presentados a la ciudadanía con preguntas elaboradas por organizaciones adeptas al Tribunal Electoral para favorecer posiciones de los favoritos del sistema, manejado por los acaparadores de riquezas y el narcotráfico, ya convertido en hecho común, desfiguran el concurrir a unas elecciones justas, libres y democráticas, peor aún sacando de la contienda a sus adversarios, desfiguran el principio básico electoral de escoger y ser escogido sin imposiciones. La utilización del Órgano Judicial, el Ministerio Público y el Tribunal Electoral, solamente exteriorizan el alcance que tienen estos grupos que identifica la ciencia política como la criptocracia que es el poder oculta que domina todas las esferas del Estado.

Básicamente estamos siendo testigos de un sistema parcializado que a futuro solo traerá otro ungido para que gobierne a favor de ellos. Estas elecciones cargadas de acciones neutralizadoras a conveniencia de los grupos dominantes coartan libertades inherentes al ser humano y logran perpetuar la hegemonía interna de las clases privilegiadas al servicio de las transnacionales como las inescrupulosas mineras donantes de campañas.

Nosotros apoyamos la consigna del Movimiento Independiente Nacionalista, quienes enuncian que no hay moral política y proponen el foro constitucional electoral, previo al cambio constitucional para fortalecer el sistema político - electoral y erradicar el actual sistema clientelista aprobado por el Tribunal Electoral.

Un amigo nos simplificó en términos coloquiales que la política electoral panameña es que existe un hipódromo, con caballos y jinetes y el dueño de estos es uno solo.

Por tanto, nos urge y debemos exigirnos acabar con este sistema impositivo y corrupto que no cesa a menos que lo detengamos coherentemente. Las actuales elecciones simplemente no consolidarán en absoluto el progreso de Panamá, nos llevarán al irremediable continuismo de seguir presas de estas elecciones desnaturalizadas. ¡Acción!

El autor es ciudadano independiente
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