• 14/01/2017 01:00

Herencias del 2016

Europa también sorprendió al mundo en el 2016

Después de unos días de finalizado el 2016 y de la resaca que trajo consigo el inicio del 2017, el mundo lentamente vuelve a la realidad, cargado con una serie de hechos heredados de un convulsionado 2016.

Todavía resuenan en nuestro recuerdo las sacudidas al ritmo de samba que nos dejaron los escandalosos sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, misma que pone al borde del abismo la institucionalidad y la ya deteriorada imagen de políticos corruptos y coimeros que ven en los puestos de la administración pública la forma de hacer negocios con las necesidades de los pueblos que en mala hora los eligieron para que los gobernaran.

Nuestros vecinos colombianos jugaron peligrosamente su destino rechazando, a través de un plebiscito, un intento de acabar con la guerrilla que los ha mantenido sumergidos en constantes inestabilidad por más de 50 años, herencia de un 2016 que le dio la espalda a uno de los más esperados y anhelados proceso de paz en el continente.

Donald Trump, sorpresivamente electo presidente de los Estados Unidos, promete cuatro años de confrontación con diferentes frentes, comenzando con sus socios del NAFTA, la construcción de un muro en la frontera con Mexico y más recientemente, luego de que el Consejo de Seguridad aprobara una resolución para limitar a Israel su presencia en terrenos de Cisjordania, el republicano expresó su molestia en redes sociales, al afirmar que los integrantes del organismo internacional son un ‘club para platicar y pasar un buen rato'. Muy triste afirmación, máxime cuando se trata de un foro que tiene como objetivo buscar y mantener la paz en el mundo.

Europa también sorprendió al mundo en el 2016. El brexit (la salida de Reino Unido de la UE) ganó a la opción de permanecer en el bloque, con este resultado no solo podría afectar el nuevo escenario británico y su relación con los países vecinos, si no que también mete de lleno a la Unión Europea en un territorio totalmente inexplorado e incierto.

Crisis humanitarias, refugiados, terrorismo, Estado Islámico, Alepo y Mosul son términos que a diario escuchamos y leemos en los diferentes medios de comunicación digitales, impresos y televisivos.

La crisis en Siria representa una amenaza cada vez mayor a la paz y a la seguridad regional, según portavoces de las Naciones Unidas, esta crisis que ya trasciende los fronteras del Medio Oriente, pasó los umbrales europeos, la cruenta guerra en Siria está produciendo una gigantesca ola de refugiados.

Ya de por sí la inmigración africana estaba amenazando en convertirse en un grave problema y que lleva tiempo haciendo presión sobre la política migratoria europea, se le suman los que huyen por tierra de la guerra sectaria lanzada por el extremismo islámico, que está desintegrando los mapas postcoloniales en el Medio Oriente.

Seguiríamos enumerando la larga lista de pendientes que nos dejó un convulsionado 2016, levantado muros contra los emigrantes, rechazando proceso de paz y desintegrándonos de los bloques políticos, etc. Pero la actitud es otra, hay que seguir adelante, sobrellevando y viendo los problemas viejos con ojos frescos sin temor a derrumbar muros, buscando la paz regional y mundial e integrando bloques, cuyo único fin y término sea la búsqueda de la paz y seguridad de todos los que hoy convivimos en este irreemplazable planeta.

DIPLOMÁTICO DE CARRERA.

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