• 23/06/2018 02:03

Pa' servilismo del Gobierno... mejor el Mundial

En días atrás, me contaba José Eduardo, a propósito de las excusas dadas por el supuesto estado de salud del señor Martinelli

En días atrás, me contaba José Eduardo, a propósito de las excusas dadas por el supuesto estado de salud del señor Martinelli, cómo hace unos cinco años atrás su amigo de nombre Adrián se había quejado alrededor de una semana de fuertes dolores de cabeza y escalofríos en el cuello en uno de los establecimientos penitenciarios —que no era El Renacer— donde nadie del Sistema Penitenciario le hizo caso, teniendo como resultado su muerte por MENINGITIS, pagando así una condena mortal que nada tenía que ver con los peores delitos contra la humanidad ni con aquellos que condenan a la pobreza al pueblo panameño por escamotearle recursos a través de acciones de corrupción de sumas multimillonarias.

Ya esta queja, José me la había exteriorizado anteriormente, cuando abogados defensores argumentaban razones de salud para que se le diera salida al exministro Mulino que estaba privado de libertad —y no en la Joya ni la Joyita— mismo que se había complacido públicamente en someter al escarnio policial a los ‘indios de mierda' (tal fue su expresión en ese momento) que en esa época reaccionaban masivamente en defensa de sus intereses y de los nuestros, cuando el Gobierno martinellista intentó otorgar a empresas extranjeras recursos hídricos y minerales existentes en territorio comarcal Ngäbe Buglé. Finalmente, este personaje —de triste recordación para los que aún tenemos identidad de clase popular y creemos en eso que se llama dignidad humana— fue premiado con la terminación de su privación de libertad.

Es evidente —me decía José— que estamos frente a Gobiernos que, más que ser respetuosos con los códigos de justicia, tienen doble código. Uno para los pobres y otro para los de su propia clase de ricos y aprovechadores del Estado para hacerse más ricos… y eso se ve hasta en el plano internacional.

Por ejemplo, el Gobierno varelista ha sido ávido en ímpetus condenando a Gobiernos como los de Nicaragua y Venezuela, por actos que considera de irrespeto a sus pueblos. Pero, José y yo nos preguntábamos en la conversa sostenida esta semana, ¿y por qué la dupla Varela-Saint Malo se ha quedado callada ante la desaparición de cientos de estudiantes, periodistas y sacerdotes católicos a manos de los cuerpos castrenses en México, para no mencionar lo ocurrido en otros países como Honduras y Colombia?

Ah, y ante lo más espeluznante de estos días, ¿por qué ante los actos de barbarie de Trump de separar a niños de sus padres, no ha hecho la más mínima denuncia de vulneración de derechos humanos? Lo más probable es que diría que Trump ha rectificado suspendiendo dichas acciones. Aunque ya deberíamos estar acostumbrados a estas cantinfladas después de sus declaraciones con el caso de la lista Clinton y el empresario Abdul Waked.

En efecto suspendió las separaciones, pero ¿y qué hay de los niños encarcelados que, según la revista electrónica The Intercept informa, están detenidos cerca de 3700 inocentes? El decreto suspende un acto de barbarie, no la barbarie. Los críticos en el propio EUA afirman que la orden conducirá a la detención indefinida de familias enteras y que el Gobierno de Trump, hasta el momento, no ha delineado ningún plan para reunir a los niños inmigrantes que ya fueron separados de sus familias.

Esta detención de la separación de los niños de su seno familiar, por cierto, fue resultado de la intervención de empresas con poder cuyos actos de barbarie podrían empañar sus actividades pecuniarias en el exterior. De acuerdo al medio independiente norteamericano, Democracy now —entre otras empresas poderosas— las aerolíneas American Airlines y United Airlines solicitaron al Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, que deje de transportar en sus aviones a menores inmigrantes que fueron separados de sus familias. Según esta prestigiosa fuente, American Airlines declaró en un comunicado: ‘No deseamos ser asociados con la separación de familias o, lo que es peor, obtener ganancias de ello'. Por su parte, el director ejecutivo de United Airlines, Oscar Muñoz, afirmó: ‘Esta política y su impacto en miles de menores está en profundo conflicto con esa misión —que tiene la aerolínea— y no queremos formar parte de ella'.

Finalmente, le di la razón a José, cuando concluyó que pa' seguir hablando de este Gobierno servil a los Gobiernos de EUA y de los ricos, mejor ver el Mundial de Fútbol.

SOCIÓLOGO Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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