• 18/02/2023 00:00

¿Y qué de los adultos mayores?

“Y ¿por qué no? Una Ciudad del Adulto Mayor. Donde hay voluntad, hay maneras. Algo similar a la Ciudad del Niño, tal vez en algún punto intermedio del país, como Chame o alrededores [...]”

Siendo los adultos mayores uno de los grupos más numerosos y vulnerables en nuestro país, es imprescindible no voltear la cara ante la problemática que sufren a diario.

Dejar ya de lado aquel pensamiento de que los abuelitos representan una carga para la sociedad. Hacerles sentir que son el eje de una sociedad, como bien lo hacen los países orientales, y las comunidades indígenas. Que respetan a sus ancianos, y les dan calidad de vida.

Y nos referimos a tanta pesadilla que pasan los adultos mayores en Panamá, donde no existe un plan integral de Estado que los ampare. Los cuales tienen que hacer maravillas, ni siquiera para vivir, sino para sobrevivir.

Empecemos por las grandes penurias que pasan dentro de su estado de salud. Entre más edad, más necesidades urgentes se presentan, con la penosa realidad de que los abuelitos no tienen la capacidad económica para poder comprar todo lo que no pueden obtener en el sistema público de salud.

Como bien decía una publicación reciente, se les obliga a madrugar, muchos en ayuno, para cualquier cita o procedimiento. ¿Por qué? Parece un sistema sádico con los ancianos.

Cuando por casualidad consiguen una cita es tres meses después, ya cuando su necesidad de gran urgencia ha caducado, y han tenido que ir a una clínica privada, o sentir el desconcierto de ver su salud deteriorada por esa espera.

Y, si vienen del interior, no tienen donde estar ni alimentos o pasaje para el viaje.

Señores legisladores, la ley de la vida exige solidaridad y velar por las necesidades de los ciudadanos, no pasarse las sesiones sin ningún logro en este sentido.

¿Dónde están los programas de Estado que protegen a los adultos mayores?

Así como se gastan millones en estudios y asesorías internaciones, así también los ancianos merecen la misma dignidad, y hacer un plan maestro para darles calidad de vida.

¿Por qué otros países ofrecen excelentes planes para los abuelitos?

Y me refiero a transporte especializado gratuito exclusivo para ellos, dentro del marco de la administración estatal, o local. Comidas calientes de calidad a domicilio para aquellos que lo necesitan. Comedores comunitarios, donde reciban, aunque sea, un almuerzo sano y caliente diariamente. Centros diurnos, con transporte, donde puedan pasar un día ameno y su soledad no sea una muestra de abandono de la sociedad.

Una línea gratuita de emergencia, o ayuda de cualquier tipo. Asesoramiento amplio y gentil en cualquier tema. Un lugar donde puedan llegar y sentirse que son bienvenidos y los van a ayudar.

Planes de ayuda para mayores de 65 años, tanto legales como sociales, bien organizados. Estoy segura de que las universidades, organizaciones extranjeras y grupos de responsabilidad social sentirían gusto en colaborar, y sería un reto como nación lograrlo.

Clínicas especializadas geriátricas donde los atiendan dignamente, y no se sientan tirados en una camilla sin atención.

Un hospital geriátrico bien equipado con salones especializados de terapia integral, o sea, física, mental y espiritual.

Y ¿por qué no? Una Ciudad del Adulto Mayor. Donde hay voluntad, hay maneras.

Algo similar a la Ciudad del Niño, tal vez en algún punto intermedio del país, como Chame o alrededores, que está el hospital de Coronado. Donde el medio ambiente sea un factor determinante de aire puro, seguridad, vegetación, fauna y flora.

En esta ciudad se pueden construir albergues, hogares, centro diurno, comedores, un salón de actos, y tantas otras cosas que conllevan llevar al adulto mayor a otro nivel. Pero que sea un plan de Estado, no sujeto al vaivén de la política.

Pues, esos beneficios no son privilegios solo de los niños o jóvenes.

En Panamá entra suficiente dinero para cumplir todas estas expectativas, hagámoslo posible. Y esta proyección no es solo para la capital, completarlo en cada provincia. Porque vivan en el interior no significa que no sean merecedores de los mismos beneficios.

Y otra cosa muy beneficiosa y fácil: adoptar un abuelito. ¿Qué cuesta? Simplemente apoyar un anciano, ya sea en un hogar, o solo en su casa. Darle cariño, atención y ayuda económica. Hagámoslo posible. Contacten a los hogares reconocidos, como Hogar Bolívar, y otros. Cada uno conoce su área, busquen información.

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