• 20/03/2024 00:00

El ABC de los errores en las campañas

Muchas campañas caen en el error de enfocarse de manera desproporcionada sobre el candidato. Resulta que las campañas electorales no se tratan de los candidatos, se trata de los electores

El mundo ha evolucionado más en últimos 30 años que en los dos siglos anteriores, por lo tanto, pensar seguir haciendo campañas electorales como siempre se han hecho, con los mismos conceptos, y esperar que las mismas tengan buenos resultados, es una apuesta arriesgada.

Veamos algunos de estos errores:

Pensar que se puede afrontar una campaña sin los recursos (económicos, humanos y logísticos) necesarios, y no tener un plan dinero para dotar a la campaña de lo necesario, es un error crítico, que seguramente se verá reflejado al no lograr el éxito electoral.

Otro de los grandes errores por los que algunas campañas pasan, es por su deseo de tratar de abarcar un gran abanico de temas, lo cual hace que el mensaje termine siendo confuso e ineficaz. Esto puede ocasionar que los votantes se alejen, pues al ser confuso o disperso el mensaje estos no lo entienden, y si no lo comprenden, no lograr interiorizarlo, digerirlo, con lo cual no se podrá establecer una conexión emocional. El principio es básico, si no entienden el mensaje, no le cree, y si no le creen, no le votan.

Muchas campañas caen en el error de enfocarse de manera desproporcionada sobre el candidato. Resulta que las campañas electorales no se tratan de los candidatos, se trata de los electores, de los que ellos piensan, sienten, anhelan, de los que les angustia y les quita el sueño. Por lo tanto, el enfoque de cualquier campaña tiene que estar en el elector, y el candidato debe apenas representar las respuestas que los electores buscan, debe ser quien les transmita esperanza y los ilusione.

Desconocer el territorio y a sus electores es otro error muy común. Cada campaña es única e irrepetible, Cada momento histórico es único, así que las circunstancias de cada campaña tienen particularidades circunstancias y realidades concretas. Los requerimientos de la sociedad, sus aspiraciones y sus prioridades, han cambiado, y mucho, en los últimos años, y no comprender eso, puede hacer que la campaña y el candidato (a) estén, por un lado, y los electores por otro, con lo cual, al no haber conexión entre ambos, esa campaña puede estar en problemas serios para ganar la elección.

Lo anterior nos lleva a otro elemento vital para cualquier campaña, la investigación. Sorprendentemente, hay campañas en las que asumen desarrollarlas basados en la intuición del candidato (a) o de un pequeño grupo de amigos fieles. Por muy buena que sea la intuición, jamás podrá superar a la ciencia, y para ello existe la investigación social, que permite no solo entender lo que hay en la mente y el corazón de los electores, sino que va más allá y proporciona la información para encontrar los conectores que muevan a los electores hacia la propuesta política que presenta la campaña.

Pensar que la investigación es una herramienta costosa, es no entender que, la campaña más cara, es la que se pierde.

La falta de organización y planificación lleva a la falta de orden, a que no se actualice la información, a que con mucha facilidad la campaña se desvíe de la estrategia, que se comience a improvisar producto de la presión por falta de resultados, y es aquí donde cae en las ocurrencias, donde se comenten los mayores errores y se desconectan de la realidad, con lo cual, las posibilidades de lograr el objetivo, sencillamente se diluyen.

Los cambios tecnológicos que se tienen hoy día son enormes, y brindan una serie de herramientas que permiten hacer más eficientes las campañas electorales modernas.

Aquí se presenta un gran reto, pues, por una parte, la gran diversidad de redes sociales, permiten llegarles a distintos targets, pues cada red social está muy enfocada a un target específico, por lo cual pretender comunicar lo mismo en todas las redes sociales, poder ser ineficiente. Otro error muy común, es pensar que las redes sociales son vehículos de una sola dirección. Se llaman redes sociales, porque son exactamente eso, redes, grupos sociales, comunidades, por lo cual son un vehículo que permite establecer un diálogo, lo que implica una interacción constante candidato (a) elector.

No entender lo anterior, al igual que no entender que las redes sociales tienen un alcance, penetración y credibilidad limitada, es otra falla en las que muchas campañas caen.

Entonces, tener un mensaje persuasivo, el conocimiento de los electores, un plan estratégico integral, un equipo amplio y competente que ejecute ese plan en tiempo y forma, son claves para evitar los errores más comunes en las campañas.

El autor es consultor político
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