• 26/05/2022 00:00

Gobernar para encontrar soluciones

Llegó el momento de liderazgos que respondan a las inquietudes que se plantean en la realidad actual del país. Sería deseable que la política redescubriera el arte del compromiso por el bien del país.

El 40 aniversario de la muerte del general Omar Torrijos ha pasado sin verdadera reflexión de lo que representó y podría haber representado en nuestro partido y en el reciente XI congreso.

Este cónclave político se caracterizó, en mi opinión, por la carencia de debate político. Ello es grave en un partido que se identifica con la democracia social. Un partido que ha brindado a este país grandes logros y conquistas para todos los panameños. Es un hecho objetivo que existió crispación y división, con un silencio muy ruidoso. Sin embargo, la mayoría opina que debe comenzar una nueva etapa de colaboración entre ejecutivo y partido.

Es el momento de poner en práctica diversas políticas: los líderes del CEN recién electo deben ser neutrales de cara a las primarias del PRD el año próximo; de lo contrario, la división aumentará. Unas primarias limpias y con un CEN abiertamente neutral garantiza una buena posición para la contienda electoral siguiente.

Podré equivocarme, pero no aprecié, salvo en el ex secretario general Pedro Miguel González y en la ministra Doris Zapata, posiciones ideológicas coherentes con los principios torrijistas.

Los que deseen abanderar la candidatura del PRD a la presidencia del país deben comprender que este partido es miembro de la socialdemocracia internacional, así como torrijista en su filosofía política. Solo así se puede afrontar el giro de los acontecimientos que han caracterizado el primer cuarto de este siglo y que han creado un grave desequilibrio en todas las sociedades.

Son numerosos los desafíos. La situación posterior a la pandemia de la covid- 19 y la guerra en el corazón de Europa contribuyen a aumentar los conflictos sociales internos del país y también la inequidad.

Es el momento de ponderar la necesidad urgente de transformaciones modernas y valientes, con la participación de la sociedad.

El PRD necesita ser considerado por la población como una voz diferente a los efectos de responder a la ofensiva conservadora e involucionista a la que estamos asistiendo en los últimos años. Y no solo en la República de Panamá.

Estoy convencido que debemos diferenciarnos frente a nuestros adversarios con un ADN propio. De no ser así, estaremos reduciendo la posibilidad de liderar un proyecto verdaderamente torrijista y transformador.

¿Es posible crear una alternativa al neoliberalismo radical?

Nuestro partido y su candidato (o candidata) están llamados a trabajar con propuestas razonables, pero también ambiciosas. Es necesaria una economía de mercado, eso está claro, pero también un Estado eficiente que refuerce los servicios públicos y defienda los intereses de la nación, por encima de los particulares.

Nuestra propuesta electoral deberá estar orientada a asegurar una educación gratuita y universal; una sanidad pública de calidad; un sistema de Seguridad Social sostenible, aunque haya que adoptar decisiones valientes.

Reivindicar políticas públicas de inmigración responsables e inteligentes, que tengan en cuenta la diversidad étnica y cultural.

Las propuestas anteriores representan un avance en la democracia representativa. Es urgente comprender los desafíos del cambio climático. Y también la sociedad necesita de sindicatos modernos.

Abogar por un sistema impositivo más justo y progresivo.

Más que nunca debemos desarrollar las energías renovables. Poseemos vientos y sol, puerta de entrada para obtener cierta independencia frente a los vaivenes del mercado internacional.

Debemos garantizar la seguridad integral de nuestros ciudadanos, apoyando a las fuerzas y cuerpos de seguridad con apego riguroso a la constitución.

La esencia del progresismo político que reivindico se halla en la negación del fundamentalismo ideológico. Ser liberal, progresista y torrijista en 2022 es hacer parte de una determinada sensibilidad que se manifiesta de muchas maneras. Una de ellas, acaso la más importante, consiste en respetar la opinión de los adversarios. Y observará el lector atento que  escribo adversarios y no “contrarios”. En la dialéctica política contemporánea está consolidada la aceptación del término “contrario”, casi como sinónimo de enemigo. Es un camino erróneo, a mi juicio.

Por amplias que sean las diferencias que separan a quienes compitan en las urnas, unos y otros no dejamos de ser panameños con los mismos derechos y deberes.

Apelo a que en el terreno de la terminología política debemos avanzar, ser más precisos, menos agresivos. Eso nos ayudará a mejorar las relaciones entre representantes políticos, siempre necesario.  Y con ello mejora la sociedad en su conjunto.

Reivindicar la igualdad de todos los panameños, sin ninguna clase de discriminación por razón de sexo, raza, creencia u orientación sexual.

La política exterior debe caracterizarse por el multilateralismo y las alianzas. Establecer las bases para un desarrollo de la agricultura eficiente, con ánimos de protegernos ante los choques externos, como por ejemplo los provocados por la actual invasión a Ucrania. Y, sobre todo, que permita el desarrollo de una actividad agrícola que brinde valor agregado a nuestros productos y la creación de fuentes de empleo dignas. Por supuesto, solucionar de una vez por toda el irónico y grave problema de agua en un país donde llueve 9 meses al año.

Llegó el momento de liderazgos que respondan a las inquietudes que se plantean en la realidad actual del país. Sería deseable que la política redescubriera el arte del compromiso por el bien del país.

Las cuestiones políticas graves y de trascendencia nacional las resuelven mejor los hombres y mujeres con coraje, no los amateurs. Encontrar, esa persona es una encrucijada que debeos atacar encontrando soluciones. ¿Encontrará el PRD esa persona?

Empresario y exsubsecretario General
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