• 28/01/2019 01:01

Las candidaturas de libre postulación

Contrario a la tendencia de discutir sobre los errores en el procedimiento de recolectar firmas

Contrario a la tendencia de discutir sobre los errores en el procedimiento de recolectar firmas, tema que deberá pasar a la Comisión de Reformas Electorales a la que se recurre tras cada elección general desde la reapertura de la democracia formalista, lo importante es contextualizar la impronta de las candidaturas de libre postulación (C.A.L.I.P.O.) en el escenario de la elección que se aproxima.

El tema de las C.A.L.I.P.O. desde sus inicios, pero con más acentuación hoy día, tiene varias explicaciones. Nosotros las resumimos en 2:

1. El ostensible fracaso de los partidos políticos, a los que se les percibe como fuente y tapadera de la corriente desbordada de la corrupción acumulada en que han arrastrado al país desde el predominio de la democracia electorera.

2. Hoy día, por la calidad de los candidatos.

Ahora bien: de la misma manera que no todos los partidos políticos registran el mismo desgaste ni sufren igual el rigor de sus peleas internas, los personajes de las C.A.L.I.P.O. no son todo lo ‘independiente' que dicen ser, como para sostenerse en calidad de alternativas reales y factibles frente al tradicionalismo partidista ni frente a la masa electoral, ahora más despierta y contestataria que antes.

Los partidos no lucen preocupados más allá de lo normal, probablemente porque se confían de la tradición politiquera y de la maquinaria para movilización del voto para lo cual cuentan, además, con recursos fiables internos y externos. Guste o no, esas son ventajas propias del país que tenemos y no del que quisiéramos tener ya.

Las C.A.L.I.P.O., en cambio, dependen más de la espontaneidad del elector, disponen de una organización que se hace sobre la marcha, tienen un financiamiento débil y siguen dependiendo de la fuerza de la personalidad del candidato y de cómo logre penetrar masivamente su discurso. Pero más que todo les falta, les faltó, tiempo, porque no es nada fácil derrumbar una usanza política curtida hace una pila de años.

Los partidos, como tal, no desaparecerán del todo, sea cualquiera el resultado en mayo. Las C.A.L.I.P.O., unos, saldrán de escena por cansancio y pérdida de objetivos, mientras otros se guarecerán en los partidos que sobrevivan (del que muchos de ellos salieron solo para probar suerte) o promoverán la formación de nuevas toldas. Sea lo que termine ocurriendo, ‘jugar' a la política por el poder como esta vez lo vienen haciendo, no siempre podrá ser así.

Los partidos pueden renovar sus dirigentes sin dejar de ser partidos políticos. Las C.A.L.I.P.O. suelen ser impotentes para procrear sus sustitutos y cuando lo intentan el producto termina siendo plenamente diferente al progenitor.

La rutina que generan los partidos tendrá un peso importante para el votante. Los problemas colectivos siguen siendo los mismos (y más graves) desde el nacimiento de los partidos y se han rellenado con palabras y menos de soluciones concretas. El desconcierto es de tal calibre y profundidad que ningún resultado electoral está seguro de todos los que se pueden inventariar a la fecha.

Y alejándonos del monopolio mediático del que se han apoderado las candidaturas a la Presidencia, no se prevé que una C.A.L.I.P.O. llegue al Ejecutivo, aunque el ascenso a nivel de las otras instancias (diputados, alcaldes y representantes) debe alcanzar un grado de avance significativo.

Si los ‘independientes' logran una cuota de poder en términos tales para ser tenidos en cuenta por quienes resulten ganadores, las C.A.L.I.P.O. se afianzarán en los torneos futuros, los partidos tradicionales quedarán obligados a refrescarse y nuevos partidos surgirían con verdadera opción hacia el poder político.

Las C.A.L.I.P.O. tienen la tarea de desempeñar el mejor papel posible para ser opción real y viable en la elección de 2024.

Hoy, podemos especular, pero luego, con los resultados que se obtengan, habrá material para teorizar con propiedad.

En la cuota-parte de responsabilidad que me corresponde, no botaré el voto reeligiendo a ninguno.

ABOGADO Y ESCRITOR.

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