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- 22/12/2022 00:00
Nuestra educación: anquilosarse o renovarse
Aún revolotean, en muchas memorias personales, el sacudimiento nacional para rechazar, en 1979, a la reforma educativa propuesta por el gobierno de ese entonces; la cual enarbolaba la finalidad de establecer en nuevo modelo socioeconómico con énfasis para generar un más productor que importador; propuesta que fue bautizada, por ese gobierno, como la lucha para alcanzar la segunda soberanía.
Aún quedan, en nuestra memoria colectiva, muchas interrogantes para despejar sobre los orígenes y causas que enterraron esa propuesta para reformar nuestra educación. ¿Cuáles fueron los aciertos y errores, sería un tema para debatir y aprender?
Desde ese entonces mencionado no ha existido una formal propuesta para reformar seriamente nuestra educación; sólo maquillajes y retoques; tal como en otras propuestas desde inicio de nuestra vida republicana.
Nuestra Patria, al asomarse, con un crecimiento comercial y de servicios, en el iniciado siglo XXI, con la aplicación de políticas neoliberales, impulsa un sistema educativo coherente con esos enfoques contradictorios que aumentan la riqueza para pocos y la pobreza para muchos. Es una farsa política-demagógica, expresar que se desarrollará un nuevo sistema educativo, sin cambiar el sistema socioeconómico para una verdadera distribución de la riqueza.
Sin exigida investigación estadística, sobre guarismos relacionados a la actual situación de nuestra educación, por los débiles resultados observados, debemos reconocer que ella no responde al calificativo de una buena educación; situación que demanda abrir una colectiva participación de opiniones orientadas a producir un profundo, y de fondo, cambio en nuestro sistema educativo. Lo cual debe ser un proceso que se inicie con la creación- atención de un de un grupo heterogéneo, multidisciplinario y multisectorial; escogido por representantes de gobierno y la sociedad civil; y que enarbole una consulta hasta estructurar propuesta.
Debe ser un ejercicio para expresar verdades particulares que produzcan la verdad de todos; con una aceptación de un diálogo consultor, que disminuya equivocación.
En correspondencia, a la anterior sugerencia estratégica para plasmar una demandada reforma educativa, dejó mi modesta opinión que se resume en 1.-Suscinta situación actual de nuestra educación; y 2.- Sugerencias para un nuevo modelo del sistema.
1.-Suscinta situación actual de nuestra educación:
Obviando la ausencia de consultar datos estadísticos ,y basado en los resultados o productos, observamos que no existe una clara filosofía de nuestra educación para determinar los valores del ser a formar; enfatiza más en la cantidad que en la calidad; sectorizada y no integrada ; produciendo un mínimo cociente humano incapaz de integrase, sin resentida frustación,a la demanda de un trabajo digno; se sostiene la pobreza, el desempleo intencional con efectos postraumáticos e inducidos para las debilidades. Instruye, pero no forma; pues en la docencia reina la mentalidad del asalariado; que se preocupa más para recibir y competir, que dar para, con vocación, servir. Se descuida la educación rural para empoderar la educación urbana; dejando espacio para decisiones politiqueras en desmedro de las verdaderas pedagógicas; descuidando intencionalmente la educación pública, para estimular la privada.
2.- Sugerencias para un nuevo modelo de sistema:
La retórica nacional sobre “ el alivio a la pobreza”, por un lado, y sobre el “mejoramiento de la calidad de la educación” , por otro, ha llegado a un nivel de agotamiento por su reiteración y por su ineficacia sobre la realidad. Vemos que a medida que crecen los problemas, se achican las aspiraciones y las meta; y se alargan los plazos. “Crisis”, “alivio” o “mejoría” , términos no parecen términos apropiados para tratar con situaciones estructurales que exigen cambios de fondo. La justicia económica es condición de la justicia educativa y a la inversa. Hacer realidad el aprendizaje a lo largo de toda la vida y el derecho a una educación gratuita y de calidad para todos, implica otro modelo educativo, otro modelo económico y otro modelo económico-social.
Para animar el demandado debate, dejo mis tesis para ese cambio educativo, de:
1.-El alivio a la pobreza, al desarrollo.
2.-Como política sectorial, a ser como parte de una política transectorial.
3.-El derecho a la educación, el derecho a una buena educación.
4.- El derecho al aprendizaje, el derecho al aprendizaje para toda la vida.
5.-la escuela como centro aislado y único responsable, a la integración todos los medios de comunicación en la función educativa.
6.- La titulación del docente, al reforzamiento pedagógico periódico del docente.
7.- La educación básica como educación escolar, a la básica como educación ciudadana.
8.-Adecuarse al cambio, a agitarse siempre para cambiar.
Amigo (a) lector (a), adelanto estas sugerencias; confiado que tú darás la tuyas para enriquecer, dialogando, el debate.
Mi verdad más tu verdad = la verdad