• 31/10/2017 01:00

El irrecomendable viaje a Rusia

El nuevo régimen ruso después del catastrófico hundimiento de la URSS, es temido por EE.UU. y Alemania por supuestos ciberataques

Con lo que estamos gozando los panameños por el triunfo en la hexagonal de la Concacaf y lo que nos falta por gozar hasta el 14 de junio de 2018 cuando esté presente nuestra selección de ‘fút' en la Copa Mundial de la FIFA 2018, creo que será una cuota más que suficiente para la alegría de este pueblo. De seguro que DS nos castigaría, pues bien lo dijo el economista italiano Biondo Biondi, el que tiene más de lo necesario está robando.

Sin lugar a dudas, Rusia es el lugar más aburrido y gris del planeta. No existe un solo minisúper de chinos en donde tú puedas comprar una pinta ni un paquete de chicharrones picantes. Las barras del fútbol rayan con el salvajismo, de allá tuvo que salir huyendo y con el ánimo en las cutarras el astro Roberto Carlo, a quien trataron tan mal por negro, que le aventaron un guineo manzano en la cabeza. El grandioso ¡ROBERTO CARLO!, varias veces campeón mundial con Brasil y que deslumbró al mundo durante sus once años en el Real Madrid.

Por otro lado, el nuevo régimen ruso después del catastrófico hundimiento de la URSS, es temido por EE.UU. y Alemania por supuestos ciberataques. Rusia es más pobre por mucho que California y hoy es una potencia percibida por muchos como la suegra del mal, en donde los opositores son reprimidos, casi como en los tenebrosos tiempos de Stalin.

Miren muchachos nuevos, ese gasto de ir a Rusia no vale la pena. Mejor veamos a nuestros muchachos por televisión, si es que la energía eléctrica lo permite, pero queda la alternativa de los radios a batería con narradores que lo hacen muy bien. Dicen por ahí que la excursión costaría entre 4000 a 5000 dólares a cada fanático. También se comenta que la deuda actual en tarjetas de crédito en Panamá suma a más de 2500 millones de dólares.

Salvo mejor criterio, debemos dejar que los incansables viajadores gubernamentales también aprovechen esta oportunidad para viajar gratis con la plata de nuestros impuestos, de seguro que en sus informes, que presentarán al bajarse de los aviones, nos dirán que, desde la llegada de los comunistas-bolcheviques a Moscú en 1917, solo subsisten: la ciudad maravilla en San Petersburgo, con sus iglesias y palacios barrocos, asomados al río Neva y los palacios de invierno de los emperadores rusos. ‘Nada más que ver', al menos que los conviden a ver el cadáver de Lenín, a quien juran que le cortan los pelitos de los huecos de la nariz todas las semanas. Mijitos, mejor hagan turismo interno de pindín en pindín y guarden esa plata para las mejoras de las letrinas de sus familiares en el interior de la República.

ESCRITOR COSTUMBRISTA.

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