• 14/05/2013 02:00

‘Desamparo Inducido’ y ‘Anestesia Social’

R evisando mis archivos encontré un artículo escrito en San José, CR, por el analista político Javier González en 2007. A pesar de los a...

R evisando mis archivos encontré un artículo escrito en San José, CR, por el analista político Javier González en 2007. A pesar de los años, lo encuentro vigente e interesante y deseo compartir algunos de sus conceptos principales. Es un tema que he mencionado en artículos anteriores, pero no pierde actualidad.

Cito el autor: ‘La apatía de autores de opinión de América Latina ante los problemas políticos, sociales y económicos de la región (chavismo, criminalidad, corrupción, deterioro moral, revolución tendencial, etc.), constituye un enigmático fenómeno que contribuye a dejar el camino libre para diversos tipos de populismos, inspirados en viejas y nuevas izquierdas.

Algunos analistas han constatado la existencia del fenómeno, pero los mecanismos psicológicos que conducen a la falta de reactividad no fueron hasta el momento suficientemente analizados.

Formadores de opinión, intelectuales, científicos políticos, comunicadores sociales, etc., deberían concentrar sus esfuerzos, como una prioridad número uno, en identificar los mecanismos que causan la apatía, y que impiden que las personas tengan reacciones saludables, proporcionadas con la dimensión de los problemas latinoamericanos. El simple hecho de dar a conocer el problema, y de hacer que las personas intercambien opiniones sobre las posibles causas del desgano, la falta de interés y desmotivación relacionadas, ya constituye una contribución inestimable y un primer paso para sacudir esa apatía.

Además del ‘desamparo inducido’ que lleva al ‘comportamiento apático’, otros autores han abordado el problema desde puntos de vista complementarios, pero igualmente interesantes. El científico político brasileño Gaudencio Torcuato advirtió que, en su país, la lluvia de noticias sobre casos de corrupción en los tres poderes del Estado ha llevado a sectores importantes de la población a una situación paradójica: al contrario de indignarse, muchas personas se han ido acostumbrando y pasaron a tomar esos hechos como una ‘banalidad’, casi como algo ‘normal’, produciéndose así un ‘proceso de apagamiento gradual de fuerzas’, que ‘debilita las voluntades’ y origina ‘tedio’, ‘acomodamiento’ y ‘anestesia social’. Inclusive los acontecimientos ‘inusitados’ asumen ‘el carácter de algo normal’, el crimen ‘pasa a ser asimilado’ como formando parte de esa seudo normalidad y, de esa manera, ‘la confusión y el desorden continuos contribuyen a generar pasividad’, concluye Torcuato. Como ya se dijo en anterior editorial, en varios países del continente un enigmático fenómeno de letargo ideológico y psicológico, acompañado por una no menos enigmática anestesia moral, afecta a sectores decisivos de la población y está contribuyendo a dejar el camino libre para diversos tipos de neopopulismo.

Que las consideraciones de los autores arriba citados puedan servir de reflexión a venezolanos, colombianos, bolivianos, peruanos, argentinos, brasileños, uruguayos, etc., que actualmente enfrentan en sus respectivos países diversos problemas sociopolíticos, culturales y económicos, para que, cada uno en su respectivo ámbito de actividad, actúe de manera a sobreponerse a esas situaciones y sacuda la apatía que tanto favorece a gobernantes inspirados en viejas y nuevas izquierdas. Desvendar el misterio de la apatía es actualmente una de las tareas más importantes, inclusive de supervivencia, en nivel latinoamericano’. Cierro cita.

El artículo fue escrito en 2007, pero que ha venido sucediendo en este Pueblo de América; la situación ha empeorado salvo raras excepciones, Perú y Uruguay: proliferación de gobiernos populistas, cada vez aumenta la apatía y el desencanto generalizado con los partidos políticos tradicionales que induce búsqueda de ‘líderes carismáticos populistas’, aún peor la ‘anestesia social’ aguda que sufrimos no hace inmune ante el aumento de la corrupción y el crimen. Han pasado seis años desde el escrito aún los latinoamericanos no hemos logrado ‘desvendar el misterio de la apatía’, que, con toda razón el autor la considera ‘una de las tareas más importantes’, inclusive para nuestra supervivencia.

Los panameños sufrimos de los síndromes de ‘desamparo inducido’ y ‘anestesia social’. Todos los días los medios nos bombardean con noticias de escándalos, corrupción, horrendos crímenes, graves problemas sociales, disminución en calidad de vida y no reaccionamos, pareciera que hemos llegado al extremo de aceptarlos como parte de la vida moderna, el real peligro que expones el autor González en promover gobiernos populistas, antidemocráticos. Afortunadamente nos acercamos a unas nuevas elecciones, excelente oportunidad para despertar de nuestro letargo, no nos queda otra opción.

BANQUERO Y EXDIPLOMÁTICO.

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