Panamá de último

Es indudable que nuestros políticos únicamente tienen en mente sus intereses. Lejos está que piensen en los problemas de la sociedad. Por un lado, la segunda vuelta no tiene nada que ver con la conveniencia o no para la sociedad panameña. Le interesa a Cambio Democrático porque siendo un partido grande estaría en la jugada del poder en el próximo quinquenio. No así con el actual sistema electoral, porque ‘tongo botado no pone boleta’. Los panameñistas tampoco piensan en el país. Su oposición a la segunda vuelta se basa en que afectaría la candidatura presidencial de Varela. Guardando las proporciones, fue lo mismo que ocurrió en el PRD durante la presidencia de Martín Torrijos. En las elecciones de 2009, el pueblo panameño tomó una decisión que, para muchos, era impensable hace escasamente cinco años. ¿Será lo que ocurrirá en el 2014? La alianza gubernamental sufre una crisis de desconfianza que, lejos de solventarse, se agrava. Lo único que la sostiene es el caos económico que causará en muchos bolsillos panameñistas. Esto y más está viendo la población panameña; los únicos ciegos son los que hoy ostentan el poder.