• 02/07/2009 02:00

Corrección oportuna

No importa cuán justificado haya sido, el desenlace del fin de semana pasado en Honduras, hay un hecho claro: fue un golpe de Estado. Lo...

No importa cuán justificado haya sido, el desenlace del fin de semana pasado en Honduras, hay un hecho claro: fue un golpe de Estado. Los hondureños, empero, reclaman a la sociedad internacional porque no ven las travesuras de Zelaya para imponer una Asamblea Constituyente a su medida. El asunto puede tener mil complejidades, pero la realidad es que Panamá debe hacer valer el principio de que un golpe es un golpe y nada lo justifica. Eso lo ha entendido bien el presidente Martinelli, quien en su primera intervención sobre este tema dijo que “ese es un asunto de los hondureños”. Panamá condena los golpes vengan de donde vengan, porque esas medidas de fuerza trastocan el orden constitucional de cualquier país y el Estado de derecho. Esa es una puñalada profunda a la yugular de la democracia. Por fortuna, la corrección se ha hecho a tiempo.

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