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- 10/06/2012 02:00
PANAMÁ. En casa de Tatiana Torres saltaron de alegría al escuchar la noticia de la ‘Beca Universal’. La chica de 17 años, que cursa el sexto de Bachillerato en la Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía, estaba ahorrando para comprar su paquete de fotos de graduación, que no baja de 50 dólares. La beca, ese cheque de un pago trimestral de 60 dólares, ‘me ayudará a cumplir el cometido’, pensó.
Tatiana es una de las estudiantes privilegiadas con el anhelado cheque, que cubre 5% de los gastos en uniformes, libros, útiles y alimentos, invertidos por estudiante en cada familia panameña que sobrevive al alto costo de la vida. Las últimas cifras del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (IFARHU), hablan de un millón 266 becarios, desde el 2010 hasta ahora.
Pero muchos niños y adolescentes se han quedado por fuera de esta bolsa económica, porque el programa no cubre a los estudiantes de primero a tercer grado, o por las retenciones de los pagos a aquellos que por fracasos debieron rehabilitar alguna materia, o repetir el año escolar.
Al finalizar el primer trimestre lectivo de 2012, historias y debates tras la Beca Universal, generan incógnitas respecto a la aplicación del programa.
Salen a relucir pros y contras de esta subvención gubernamental, que busca combatir la deserción escolar en Panamá.
MAL INICIO LECTIVO
Este año no comenzó muy bien. El 27 de febrero, primer día de clases, se observaban centros escolares y calles cerradas por padres y madres que reclamaban el pago del bono.
Junto a los problemas de las escuelas en mal estado, de los docentes sin nombrar y del caos en el sistema de tarjetas del Metrobús para estudiantes, se corrió la voz del pago de la Beca Universal correspondiente al primer trimestre de 2012. Pero éste no llegó. Un mal entendido que no quedó en el silencio, y dio origen a los piqueteos de inicio de clases en Panamá.
En enero el gobierno desembolsó 5 millones de dólares para el pago del programa Beca Universal, repartido en 282 centros educativos de la región metropolitana. Alrededor de 374 mil estudiantes recibieron su cheque, correspondiente al tercer trimestre del periodo escolar 2011, dijo en su momento Carlos Godoy, director de planificación del IFARHU. Pero las becas de estudiantes que reprobaron fueron retenidas. ¿Por qué si son subsidios estatales?
¡SI REPRUEBAS NO HAY BECA!
La primera semana de marzo el consejo de gabinete modificó la Ley 40 de 2010 sobre retención del dinero donde decía que: ‘Los pagos de la beca que sean retenidos por registros de deficiencia académica, serán conservados y guardados por el IFARHU’. Y, según esta institución, mediante el Decreto ejecutivo 167 del 13 de mayo de 2012, se especifican nuevas formas de retención de pago de la Beca Universal. Así, ‘al estudiante que haya recuperado las asignaturas en las que registró deficiencia, el IFARHU hará entrega de los pagos retenidos en el período de pago siguiente’.
Sin embargo, y para sorpresa de Tatiana, esta modificación no cubre a los estudiantes que reprobaron en el 2011. Así fue como ella se quedó sin cheque. Un polo a tierra para la adolescente, que abre otro debate en el sector educación. La beca que, según el artículo 3 del Decreto Ejecutivo 1 de 2011: ‘tiene como fin contrarrestar la deserción escolar y elevar los índices de inscripción en los procesos educativos’, no se entrega a todos los estudiantes y es retenida en casos de deficiencia académica. Todo estudiante que no pase un trimestre no tendrá beca y aquel que se quede durante el año, pierde todo derecho.
Por eso, Yadira Pino, educadora y dirigente de la Asociación de Educadores de Veraguas (AEVE), dice que la Beca Universal, ‘no es tan universal como parece’. Por un lado, el programa solo está dirigido a estudiantes de cuarto a duodécimo grado (cuarto grado a sexto año). Los más chiquitos no reciben el apoyo. Por otro lado, para obtener la beca un estudiante de primaria debe presentar un promedio total mínimo de 3.0. A los alumnos de media y premedia se les exige que no tengan fracaso en ninguna materia, no sean repetidores, ni tengan pendientes.
Así, la comentada beca, que es un subsidio estatal, se convierte en reconocimiento a la excelencia, cambiando su esencia original. Eso no es problema, dice Pino. Pero que se plantee como tal y no como subsidio universal.
En este contexto, surge además la pregunta: ¿A dónde va el dinero de las becas retenidas del 2011?
DEBATE SOBRE LA NOTA
Tatiana ya no salta de la felicidad. Como la mayoría de los estudiantes inscritos en la educación pública panameña, anhela recibir el pago de su beca, como sea. pero sabe que, con la modificación sobre retención de pagos, si reprueba o se queda en alguna materia le quitarán el beneficio. Y tiene miedo. Admite que es una estudiante promedio pero no quiere quedarse. Se ‘pondrá las pilas’, pero la línea es muy delgada. Si fracasa perderá grado, baile y fotos de graduación. Todo el paquete por una nota.
Para Yadira, este decreto limita la cobertura. ‘Si un estudiante se queda en más de dos materias y no pasa la reválida, no se le dará el cheque. Entonces, de qué hablamos si se supone que la beca es universal’.
Muchos sectores están de acuerdo con ella. Otros ponen en la balanza lo positivo y negativo de este programa, que empezó en los colegios de Bocas del Toro y en el proceso de ampliar la cobertura de ayuda a nivel nacional, se extendió en todo el país.
¿Qué piensan docentes, directores y asociaciones de padres de familia de los centros escolares sobre el beneficio y la universalidad de la beca? Para el director encargado del Colegio José Antonio Remón Cantera, Jorge Pérez, se trata de un programa que está manga por hombro, pero que en el fondo tiene buenas intenciones. Cree además que premiar a estudiantes con un índice de 3.0, no bajará la deserción escolar y en cambio puede provocar malestar e insatisfacción en aquellos alumnos que sí se esfuerzan para sacar buenas calificaciones. ‘Es contradictorio pensar que una ayuda de 60 dólares disminuirá el índice de fracasos, pues están consintiendo a estudiantes con bajo rendimiento académico y esto hace que el esfuerzo sea menor’, concluyó Pérez. El docente, egresado del Instituto Nacional, rememoró su época estudiantil. Reconoció que aunque los tiempos no se pueden comparar, por los avances sociales y tecnológicos, la educación de antes era mejor, sin necesidad de estos incentivos. ‘No cualquiera tenía una beca y para ganarse una, el estudiante tenía que probar que era el mejor del aula’.
La profesora y sub directora de la Escuela Profesional, Isabel Herrera Obaldía Elizabeth Jaramillo, es más optimista. Ella sí cree que la beca incentiva a los estudiantes a terminar sus estudios. ‘En lo que respecta a este plantel con 2 mil 686 estudiantes, hemos registrado una baja de deserción escolar’, dijo la maestra.
Sin embargo, Karina Campos, subdirectora del Centro de Educación Básica General Jerónimo de la Ossa, ubicado en el distrito de San Miguelito, comparte la opinión de su colega Pérez. Cree que la beca no es un buen ejemplo para el estudiante dedicado. Piensa que mal acostumbrará a aquel acudiente que se apoya en un dinero que, si bien hoy el gobierno lo puede pagar, no es definitivo. ¿Que sucederá si el programa llega a su fin? Concluye la docente.
Por su parte Luis Price, representante de la Asociación de Padres de Familia del Colegio Remón Cantera, piensa que, el gobierno tiene la obligación de subsidiar la educación pública, independientemente de las condiciones del estudiante, porque ‘para eso pagamos el seguro educativo de nuestro salario. Con la beca es más tangible ver a dónde se va ese dinero’.
Lo cierto es que Tatiana retoma mañana sus clases y continúa estudiando porque ya le ‘falta poquito para cruzar la línea’. Está esperando la ayuda de la beca pero decidió ahorrar porque ‘no se sabe con qué otra noticia salgan’ y le quiten el apoyo. Además, si recibe la subvención, como le ‘quitaron el cheque del 2011’, debe repartir el dinero entre transportes, comida, libros y demás. Las fotos del grado seguramente saldrán de su bolsillo, como las becas siguen saliendo del de los panameños.
Como dice Jorge Pérez, este es ‘un proyecto que tiene buenas intenciones, pero hay que saber manejarlo antes que se complique’.