Hace falta más que un ministerio

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PANAMÁ. Hasta hace pocos días, el ministerio de seguridad pública era solo un concepto abstracto, pero mañana martes todo aparenta que la idea se convertirá en un hecho.

Sin embargo, un día antes de que el Consejo de Gabinete analice el tema, hay muy pocas cosas claras al respecto.

En principio se habla de agrupar en una sola entidad: el Servicio Nacional de Fronteras, el Servicio Aeronaval, la Policía Nacional y el Servicio de Migración. Una especie de megainstitución que concentraría los recursos del Estado en seguridad, de acuerdo a Jimmy Papadimitriu, ministro de la Presidencia, “le vamos a dar los recursos necesarios para combatir la delincuencia y el narcotráfico”.

Sin embargo, los espacios en blanco que quedan en cuanto al nuevo ministerio, despiertan críticas e inquietudes entre varios analistas. El sociólogo Marco Gandásegui califica la idea como “una farsa” del gobierno.

De acuerdo a Gandásegui lo que se necesita en este tema, es una administración sin corrupción en las cuatro instituciones que actualmente están bajo el mando del Ministerio de Gobierno y Justicia.

A su parecer, la inseguridad que vive Panamá no se cura con solo aumentar los recursos a las fuerzas policiales sino con inversión en políticas sociales para que la juventud se aleje de actividades ilícitas. “De nada sirve el fortalecimiento de las fuerzas de orden público si en el aspecto social no se hace nada.. tendremos lo mismo”.

Para el ex general, Rubén Darío Paredes, quien comandó la Guardia Nacional en los años 80, este es “un paso trascendental del gobierno”, pero advierte que crear este nuevo ministerio no será suficiente para controlar y erradicar la violencia y el crimen, “esto sería un espejismo frustrante”, comentó.

Para el ex director de la Policía Nacional, Ebrahim Asvat no se ha dicho lo suficiente acerca de la propuesta. Es necesario conocer cómo se estructurará la institución, si el ministerio será un punto de encuentro entre “uniformados y políticos” para entender la temática y diseñar los planes. “¿Será el presidente el que tendrá injerencia directa en los nombramientos de los jefes policiales?” se pregunta el también abogado.

Incluso la cuestión de quién dará las órdenes y a quién se subordinarán los mandos policiales preocupan a Asvat. Tendría el presidente el mando directo y el nuevo ministro se convertiría en “un bufón”.

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