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- 12/10/2010 02:00
PANAMÁ. ‘No fue por mano médica’, dice Pedro Gil, abuelo de la gemela Hannah Yinneth, fallecida este domingo a las 7:35 p.m. de un paro cardiaco en la sala de cuidados intensivos del Hospital de Especialidades Pediátricas de la Caja de Seguro Social (CSS).
Yinneth, la ‘Niña Sonrisa’, partió dejando a su gemela Hannah Yanneth en buena recuperación y en brazos de su madre, quien señala que para ella es mejor llorar por dentro, llorar sin lágrimas.
Pedro también es de llorar a secas. ‘Donde usted lo ve, está muy mal, pero lo esconde haciendo trabajitos y contando la vida de las niñas’, dice Venancia, hermana de Pedro.
En la residencia, en remodelación por una cuadrilla de funcionarios, ubicada en Caimitillo, Chilibre, familiares, amigos y periodistas ocupan todos los espacios, caminan de un extremo a otro y escuchan las historias de las nenas. En un altillo, una vela se derrite muy cerca del nombre de las dos gemelas.
Pedro recuerda el domingo por la tarde. Dice que poco después de las cuatro de la tarde lo llamaron. Cuando llegaron al hospital, ya estaba muerta. ‘Nunca la volví a ver con vida desde el día en que las internamos’.
Las fotografías impresas en papel blanco pasan de mano en mano. Y seguido, la explicación de las cualidades de cada una. Yin era bailadora y cuando le simulaban una murga levantaba los brazos o tiraba besitos. Yan, a quien nadie le robaba una sonrisa, era más fuerte y más respetuosa del espacio de su hermana. Cuando Yin dormía no la despertaba’.
La cuna, donde pasaron el primer año de vida juntas y unidas por los abdómenes y los hígados, ahora le pertenece a Yan, quien regresó el pasado jueves bien restablecida de la operación de separación que tardó nueve horas.
La abuela Sara tampoco llora. Es una mujer pequeña y amable que recibe a los visitantes en su casa y los invita a pasar. ‘El Señor lo quiso así’, responde cuando se le pregunta por la partida de Yin. ‘Sólo le pedimos a todos los que nos acompañaron que recen por ella’, añadió.
El padre de las gemelas está en los trámites, responden cuando se les pregunta.
La mañana de este lunes llevaron a Yan a cortarle los puntos de la operación, pero regresó con estos. El médico recomendó que regresaran la otra semana. Las pertenencias de las gemelas ahora son para Yan, quien ha sido llevada a una casa lateral que también es de los Gil, donde para suplir la ausencia de su hermana, el médico recomendó que le colocaran espejos. Allí se ve ella, allí ve a su hermana.
Yan se parece mucho a Yin, había que verlas de cerca, ahora que ha perdido libras, para ubicarle el lunar que las diferenciaba.
Don Pedro llora cuando dice que ya no las podrá llevar juntas nunca más a la tienda en los paseos mañaneros. ‘Yo les pido a todos los que tienen hijos que los cuiden, nunca se sabe cuando se van’.
La causa, señaló Javier Díaz, director de Prestaciones Médicas de la CSS, fue un paro cardiaco.
‘El corazón es un músculo que se cansa. La niña había sufrido una recaída el fin de semana. La dificultad de coagular se mantenía y hacía que sangrara. La diálisis a esa edad también influyó en que se cansara el corazón’, declara Díaz.
Guillermo Sáez Llorens, director de la CSS, dice que le es difícil hablar, que está dolido y que le había tomado un cariño especial a la familia. Lamenta el fallecimiento de Yin y dice que cuando supo de la noticia se apersonó al hospital a entender lo sucedido.
Sáez Llorens, conteniendo las lágrimas, recordó que le tocó ir al hospital casi a diario. ‘Vine el sábado para hablar con la madre y a ver cómo evolucionaba la niña. Fui con el padre a ver a la otra niña. Siempre hubo personas cuidándolas, el intensivista, el nefrólogo, el cardiólogo, los cirujanos, no me queda duda de la capacidad del equipo’, aseguró, sin la presencia de los cirujanos que lideraron los equipos, Ramón Policart y Julio Alessandría.
Mientras que esperan despedir a Yin en el cementerio Praderas de la Paz cerca de su residencia; Venancia dice que ella vio la muerte en el café el domingo por la mañana y que no le dijo nada a su hermano Pedro para no sembrar la inquietud. No conforme con sus visiones se fue a donde una amiga gitana que le confirmó la tragedia.
Así termina la triste historia de Hannah Yinneth, la niña que celebró su primer año el pasado 10 de agosto en casa y que no pudo regresar con vida a esta, luego de nueve horas de intervención quirúrgica y una lucha contra la muerte de 12 días.