El presidente José Raúl Mulino reiteró la mañana de este jueves 19 de junio en su conferencia matutina que no sancionará una reforma a la Ley No. 462
- 31/03/2010 02:00
HERRERA. En el parque de Pesé hay un movimiento inusual. Cuatro carpas de distintas instituciones del Gobierno Nacional confirman la llegada del presidente Ricardo Martinelli y su Gabinete a la tierra donde hace poco más de un año se selló la alianza que lo llevó a la Presidencia de la República.
Los rayos del sol caen con toda su intensidad sobre las calles de ese distrito de la provincia de Herrera. Los lugareños van llegando de a poco al parque.
De repente el ruido de un helicóptero hace que apresuren el paso. En pocos minutos una caravana de “4x4” anuncia la llegada del mandatario, y del vicepresidente Juan Carlos Varela.
Ya en el lugar le esperaban varios ministros de Estado resguardados del calor adentro de un busito “Coaster”.
La primera parada de la comitiva es en la carpa del Ministerio de Desarrollo Social. Allí la viceministra del MIDES, Susie de Varela entregó un rosario de ayudas sociales. Desde una casa hasta bolsas de comida.
Pasaban las 11:00 de la mañana. había que darse prisa, la cita en la Hacienda San Isidro de los Varela era a las 12:00 mediodía, así que rápidamente pasaron a la carpa del Ministerio de Trabajo. Martinelli y Varela entregaron certificados del programa de inserción laboral a más de 300 personas. El presidente dijo algunas palabras, casi a la carrera y todos zarparon para la carpa del Ministerio de Vivienda donde regalaron más de 50 casas.
Finalizados esos compromisos, el mandatario se dio tiempo de saludar a los pobladores de Pesé y hasta de tomarse una foto. Sin mucha discreción el equipo puso pies en polvorosa rumbo a la Hacienda San Isidro. Su destino final en las tierras de las empresas Varela.
A un costado de las bodegas de añejamiento de la destiladora Varela Hermanos, se llevó a cabo el Consejo de Gabinete. Los ministros llegaron sudorosos, sedientos y hambrientos. Su primera parada fue junto a los bocadillos. En la mesa principal, cada silla había sido asignada a un ministro diferente.
Gisselle Burillo fue una de las primeras en tomar asiento, pero en cuestión de segundos cambió su lugar por el del ministro de la Autoridad de Turismo, Salomón Shamah, quien no llegó a la cita. Según Burillo cambió de lugar esquivando el reflejo del sol que le producía migraña. Mientras esperaban al presidente, la mayoría de los miembros del Gabinete se entretenía con su BlackBerry.
José Raúl Mulino, ministro de Gobierno y Justicia fue uno de los pocos que no se movió de su puesto.
De pronto la llegada del ministro de la Presidencia, Jimmy Papadimitriu anunciaba el inicio de la reunión de ministros. Como maestro de escuelita les pidió a todos que tomaran asiento, los ministros muy juiciosos se sentaron, y así dio inicio a la sesión. Avanzaba el tiempo y cada ministro presentaba propuestas a consideración de sus colegas. Llegó el turno de Franklin Vergara, titular de Salud. Vergara explicaba detalles de la construcción de los nuevos hospitales “CAPSI”, cuando de repente el salón se inundó de risas disimuladas. El presidente trastabilló en su silla, los reflejos de Papadimitriu y Varela lo evitaron y mientras los demás reían, ellos sostenían la silla del mandatario.
Los ministros se miraban en un lazo cómplice hasta que el propio presidente, después de sentarse bien interrumpió el impasse : “Hagan silencio por favor que el ministro Vergara está hablando”, dijo el jefe de Gobierno poniendo fin a las risas.
Al rato, Martinelli le concedió la palabra a la ministra de la Pequeña y Mediana Empresa, “Tienen la palabra el ministro Suárez y la ministra Calcagno”, dijo. Gisselle de inmediato miró al vicepresidente y ambos, en señas se decían “ese ya no es mi apellido”. Pero antes que Giselle iniciara su intervención, el presidente rectificó, “Ahora la ministra Burillo”.
Tras dos horas de sesión terminó el Gabinete. Eran pasadas las 3:00 de la tarde. El presidente, el vicepresidente y el ministro del MEF atendieron a los periodistas, mientras el resto se desplazó rápidamente al salón de banquetes.