'Milagro en la celda 7', el valor de la familia por encima de las adversidades

El remolino de cintas que Netflix ha agregado a su catálogo durante la cuarentena mundial ha traído consigo una de las películas más vitoreadas por audiencias en Perú, Colombia, y otros países de Latinoamérica, posicionándose en el primer lugar del Top 10 de esta semana en Panamá, como aparece en la plataforma de streaming.

La desgarradora historia turca de 2019 –un remake de la cinta homónima de Corea del Sur de 2013 con el guion y dirección de Hwan-kyung Lee, que recibió buenas críticas en el país asiático– ha causado furor en diversos países, siendo una de las producciones más citadas este marzo.

Con un elenco entrañable, la historia presenta los prejuicios de la sociedad turca frente a personas con discapacidades mentales y bajo nivel socioeconómico, además de realizar una crítica a un sistema de justicia manchado por la corrupción y la venganza.

El actor Aras Bulut Iynemli hace un trabajo excepcional y da cátedra al interpretar a Memo, un hombre con cierta discapacidad cognitiva no identificada que lo lleva a pensar que tiene la misma edad que su pequeña, pero con un espíritu alegre y digno, cuyo único objetivo es ser feliz junto a su hija Ova (Nisa Sofiya Aksongur). Tras la fatídica muerte de una menor, Memo es condenado sin poder dar explicaciones y es enviado a una penitenciaria, donde descubrirá el poder de la amistad y mantenerse fiel a sí mismo, aun cuando expresarse le sea difícil en ocasiones.

Allí en la celda 7, junto a otros seis prisioneros, Memo vive día a día sin saber que sus nuevos compañeros y su hija buscan al verdadero culpable de la tragedia, en una situación contrarreloj que puede llegar a salvar su vida. Los conflictos presentados en la trama no giran únicamente alrededor de Memo y Ova, sino también incluyen a sus compañeros, quienes cargan cada uno con su propia cruz y tratan de expiar sus pecados ayudándolo a probar su inocencia.

Tras la muerte de la madre de Ova, Memo se encargó de cuidarla junto a su abuela Fatma, en una pequeña casa en los campos turcos donde este pastoreaba las ovejas de la familia. Se podría pensar que Memo vive del trabajo de la abuela vendiendo alimentos, lana o carne de las ovejas, pero la cinta nos hace ver el lado trabajador e incansable que lo lleva a hacer todo lo posible por hacer feliz a su hija.

Una de las características que sacan a relucir la cara humana del filme es su empatía con las familias, desde la relación de padre e hija de los protagonistas hasta la del exmiembro de la mafia Askorozlu (Ilker Aksum) con sus hijos y esposa, quienes esperan verlo salir de la cárcel. De la misma manera, otros personajes que conviven con Memo en la celda 7 comparten historias de desasosiego por la pérdida o el recuerdo de seres amados, lo que ha hecho sacar lágrimas a los espectadores.

La venganza, a su vez, es un factor utilizado en la trama, dirigida por un guion impecable que muestra entre escena y escena los sentimientos de angustia, desesperación y dolor, interpretados por un reparto talentoso que entiende la importancia de transmitir las emociones sin necesidad de palabras, simplemente con recursos no verbales como gestos y miradas, lo que hace más desgarrador el momento en el que el espectador comprende la trama principal y el preciso milagro que se necesitará para llegar al final de la cinta.

En redes sociales la historia de Memo ha sido comparada con la de otra cinta famosa, Mi nombre es Khan, protagonizada por Shahrukh Khan. Las similitudes entre ambas radican en la lucha de un hombre con condiciones especiales por alcanzar una vida feliz y normal, en medio de una sociedad injusta y marcada por la discriminación y el abuso de poder.

“Un filme emocionante, del que difícilmente puede hablarse de forma objetiva. Un tierno y a la vez cruel relato de una relación padre e hija en un contexto violento y hostil”, expresa la crítica del sitio especializado IMDb. La cinta, que fue estrenada en 2019 sin bombos ni platillos, y sin una campaña de mercadeo como en otras producciones, se ha alzado con un toque conmovedor, sin egoísmos ni sobreactuaciones, junto a una banda sonora maestra para cada escena y situación.

La interpretación de Aras Bulut Iynemli (29 años) es tan acertada, que los comentarios en redes sociales acerca de que si el actor realmente tenía una condición especial no tardaron en aparecer, sin embargo, se confirmó que el actor no la posee, sino más bien una versatilidad artística envidiable. Aparte de su carrera actoral, también se destacan sus reconocimientos académicos ya que es ingeniero de aeronáutica y ha recibido el premio ÖSS, uno de los más privilegiados de Turquía ya que solo se le entrega a 100 universitarios del país.

Asimismo, quien hace el papel de su hija Ova, Nisa Sofiya Aksongur (8 años), es una de las actrices y modelos infantiles más codiciadas en su país, contando con un repertorio de dos películas y cinco series de televisión, además de una cuenta de Instagram –manejada por sus padres– que ya alcanza los 200 mil seguidores.

Durante las dos horas y 12 minutos de duración, el filme nos transporta en un carrusel de emociones y vivencias crudas, que parecieran sacadas de una anécdota de la vida real cuyos verdaderos Memo y Ova dieron permiso para la representación, y la fidelidad de la misma haya sido el premio mayor. La dirección de Mehmet Ada Öztekin da frescura al menú cinematográfico que ofrece Netflix en estos momentos de cuarentena, y recibirá una ovación desde los hogares de cientos de espectadores que se podrán adentrar en la inspiración inigualable de esta historia.