'Resistencia', una evidencia del terror humano y la lucha contra la pérdida del control

Actualizado
  • 28/09/2023 00:00
Creado
  • 28/09/2023 00:00
La nueva cinta de 20th Century Studios dirigida por Gareth Edwards ahonda en la naturaleza destructiva del ser humano, pero añadiendo un futuro hipotético y los peligros de la inteligencia artificial, sin dejar de señalar al conflicto intercontinental
La cinta destaca a John David Washington y Madeleine Yuna Voyles como un par inesperado.

Una de las preguntas que me dejó Resistencia (The Creator, en su idioma original) fue: ¿Por qué el ser humano siempre se calca a sí mismo como el destructor y al mismo tiempo el salvador?. Y es que el director Gareth Edwards (Rogue One) mantiene un equilibrio visible entre una guerra de tecnologías y una guerra de identidad y control. Los humanos, en su lente, son capaces de crear nuevas tecnologías “más humanas que el humano” y asimismo ser el poder destructor que acabe con todos los sueños y vidas que esperan un mejor futuro.

El sello dentro del cine de catástrofe es la destrucción causada por el ser humano y su capacidad de crear más tiempos malos que buenos, pese a sus intenciones. Lo “noble” de una idea puede ser corrompido con facilidad y rapidez, ya sea por riquezas, por fama, por venganza u orgullo; incluso la pérdida del control que una persona sostiene puede ser un detonante para comenzar guerras que se mantendrán por generaciones.

Sumido en secretos y revelaciones de último momento, la cinta rescata el humor negro y los efectos de la guerra.

Con esto, Edwards se centra en la vida del sargento Joshua Taylor (John David Washington), un soldado retirado con heridas de guerra profundas y que disfruta de su vida con su esposa, Maya (Gemma Chan) en medio de un estado de alerta constante y una guerra actual contra los robots de inteligencia artificial (IA) que fueron desarrollados por Estados Unidos para trabajar en conjunto con los humanos.

Algún tiempo atrás ese plan no funcionó, sino que una bomba fue detonada en Los Ángeles, California, cobrando la vida de más de un millón de humanos e incontables robots, quienes fueron hallados culpables de la tragedia. Esto empujó al Gobierno estadounidense a vetar el uso de la IA en todo el hemisferio occidental. Sin embargo, en nueva Asia la IA se han convertido en parte de la sociedad, siendo defendida por los locales y creando vínculos afectivos con ellos como parte orgánica de sus comunidades.

Con efectos visuales de alto impacto, la cinta se acomoda a las pantallas IMAX para una mejor experiencia.

Esta división entre principios y visión lleva a Estados Unidos a declararle la guerra a nueva Asia y los robots que en ella habitan (un recordatorio poco sutil del poco afecto que guarda EE.UU. hacia el continente asiático en nuestro mundo) creando la nave espacial de alta tecnología, Nomad, cuyos sensores de movimiento y reconocimiento de bases de IA le permiten enviar misiles directamente a comunidades de IA (sin importar la presencia de humanos en la zona).

Estando encubierto, Taylor crea una vida con Maya (quien posee conexiones con los robots de IA) y conciben un bebé, pero son atacados por fuerzas militares estadounidenses que se rebelan contra Taylor extrayéndolo de su hogar y causando un estado de pánico que causa la desaparición y pseudomuerte de Maya. Es entonces que el luto de Taylor es utilizado por el general Andrews (Ralph Ineson) y una oficial anti-IA llamada Howell (Alisson Janney) para llevarlo a cazar la nueva arma del creador de IA, Nirmata, y rescatar a Maya.

Gareth Edwards se destaca como director en una historia que muestra la crueldad de una ciencia con malas intenciones.

Durante la cinta, el nombre Nirmata significa distintas cosas, visto desde distintos ángulos como un caleidoscopio. Para los de IA es su dios, su creador absoluto; para los locales es una ente de armonía entre las especies; para Taylor es un objetivo militar, mientras que para EE.UU. es el máximo enemigo y amenaza. Sin embargo, es también utilizado como un simbolismo dado a luz en la forma de una niña robot, a quien Taylor bautiza como Alphie (Madeleine Yuna Voyles).

La relación entre Alphie y Josh va creciendo y forjando una nueva visión de esperanza entre ambas especies, frente a las constantes adversidades a las que se enfrentan los robots y los humanos que fraternizan con ellos. Esto abre un debate interesante sobre la posición del ser humano y la creciente sed de conocimiento científico y tecnológico como la IA, que ya se despliega en nuestra actualidad como una fuente de estudio y exploración en la robótica.

Durante la cinta, el nombre Nirmata significa distintas cosas, visto desde distintos ángulos como un caleidoscopio

En el año 2070, en que se sitúa Resistencia, los humanos se enfrentan a dos enemigos inmortales: el miedo y la falta de control. El miedo de no ser los únicos, de depender de otros (aunque creados por sí mismos) y de perder el sentido de quienes son; y la falta de control en sus sistemas, sus creencias y sus futuros.

En lo personal, al ver a Josh Taylor enfrentarse a la nave Nomad y los miles de balazos en sus escapadas –con una tecnología impresionante, que nos recuerda vívidamente a hologramas utilizados en Star Wars y colorización vibrante de Blade Runner o Tron–, y ver la incesante sed de venganza por parte de la milicia, solo podía recordar aquella frase del Dr. Ian Malcolm en Jurassic Park: “Sus científicos estaban tan preocupados de saber si podían o no, que no se detuvieron a pensar si deberían hacerlo”.

Algo similar ocurre con el debate que presenta Edwards, puesto que ante una avanzada cantidad de desarrollo científico y tecnológico, en algún momento la humanidad debería preguntarse si se deberían hacer más de dos cosas a la vez. Es fácil ver la maldad de la humanidad retratada por la mano de Edwards, mientras que el choque de la empatía y cariño entre Josh, Maya y Alphie crea una sensación agridulce.

Alphie es una ventana a un nuevo mundo, creada por la fusión del amor a la ciencia y a la humanidad, por lo que sus poderes de telequinesis son la clave para restaurar la relación entre robots y humanos. Yuna Voyles logra destilar inocencia y dulzura con naturalidad, así como desolación e intriga siendo un personaje que, pese a ser una niña, carga con una responsabilidad más grande que su propia vida y que detonará positivamente un cambio de rumbo en el mundo.

Los ávidos amantes de la ciencia ficción y los thrillers podrán disfrutar las numerosas referencias a cintas como Blade Runner, District 9, The Terminator y Elysium, entre otros del género. Aún así, Edwards logra poner en escenas desgarradoras la crueldad y salvajismo de la guerra de cualquier índole. La orfandad, terror, impotencia y vulnerabilidad del ser humano se ve expuesta de forma directa y es capaz de hacernos desviar la mirada; una realidad mostrada en IMAX con diferentes lentes y efectos visuales.

Con una narrativa sencilla, ejecutada por un ojo detallista, Resistencia es una propuesta con hermosos efectos visuales que destaca un mundo posguerra donde la bondad y la confianza con rarezas, mientras que el miedo y la inseguridad reinan sobre los gobernantes y destilan un estilo de vida sumido en la resignación para los desafortunados pobladores.

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