Entre la tortura y el sufrimiento

Inquebrantable está basada en la historia real de Louis ‘Louie’ Zamperini, un atleta olímpico y soldado americano durante la Segunda Guerra Mundial que vivió una vida tan intensa como pocas.

En su rol de soldado, primero fue parte de un bombardero derribado por los japoneses en 1943, después logró sobrevivir junto a dos miembros de su tripulación durante 47 días en el mar y a la deriva, sin agua ni comida, y finalmente, después de todos esos días de sufrimiento, tuvo la mala suerte de ser encontrado por la marina japonesa, que lo envió a un campo de prisioneros de guerra.

Antes de que eso sucediera, Zamperini tenía una vida completamente diferente. Había participado de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, mientras Hitler estaba en el poder, y se había convertido en uno de los mediofondistas americanos más prometedores de la época. La guerra, sin embargo, cambió su futuro.

Acompañando a las distintas facetas de la vida de Zamperini, la película está narrada en tres partes bien diferenciadas: la de su infancia, la de su formación como atleta y la de su historia de guerra, que incluye su supervivencia en el Océano Pacífico y su estadía en el campo de prisioneros japonés liderado por Mutsuhiro Watanabe (interpretado por Takamasa Isihihara).

Ya desde su primera película Jolie demostró ser una directora dura, directa y que no deja lugar para la sensiblería. Violaciones, torturas, situaciones de encierro, de sumisión, de falta de libertad, de humillación y de dolor. Todos esos elementos son parte de las historias que por ahora parecen interesarle.

En esta ocasión, sin embargo, y a pesar de haber logrado una muy buena película, por momentos satura de sufrimiento. No por demasiada violencia, o por la sucesión de palizas sádicas o por la gran cantidad de muertes, sino por la simple repetición. Aún así, con crítica y todo, Jolie confirma que además de ser una de las mujeres más hermosas del mundo y una excelente Lara Croft, también tiene el espíritu necesario para ser una buena directora.