Se cumplen 113 años de la "injusta" muerte de Victoriano Lorenzo

Un 15 de mayo de 1903, fue fusilado en la plaza Chiriquí, hoy Plaza de Francia, Victoriano Lorenzo, líder de un movimiento indígena que luchó contra las injusticias del poder colombiano hacia Panamá. que era un departamento de ese país suramericano.

Han pasado 113 años de la “injusta” ejecución del considerado cuadillo y héroe nacional de Panamá.

“Agradezco a todos los que han puesto su grano de arena en este acto, porque en realidad lo merece y como dijo él a quienes lo fusilaron, Dios los tenga en la gloria, yo muero como murió Jesucristo y a todos los perdono” fueron las palabras que dio José Rodríguez Lorenzo, nieto de Victoriano Lorenzo en una ceremonia realizada este viernes en la Plaza de Francia, para conmemorar el aniversario de aquel hecho que marcó la historia de Panamá.

El acto fue organizado por la Fundación para la Preservación del Patrimonio Histórico del Casco Antiguo (Fuppahisca), con el apoyo del Ministerio de Gobierno (Mingob). Estuvieron presentes el ministro de gobierno  Milton Henríquez y el ministro consejero de la presidencia, Temístocles Díaz.

Durante su intervención, Díaz resaltó que “el fusilamiento del general Victoriano Lorenzo, fue injusto, no se apego a lo que se acordó en el tratado Wisconsin. Victoriano Lorenzo debió de ser juzgado por medio de un tribunal civil y no militar”.

Historia de un héroe nacional

Rafael Ruiloba, catedrático universitario e historiador explicó que Victoriano Lorenzo durante mucho tiempo alzo su voz de protesta en contra las circunstancias que estaban establecidas por el gobierno conservador, denominado en esa época “el gobierno de los bobos” .

“Alzo su voz de protesta contra los bobos y eso motivo que tuviera una permanente acción de beligerancia en contra del gobierno establecido, luchando por los derechos y la equidad”, comenta Ruiloba durante su intervención.

El historiador agregó que pesar de que esas circunstancias llevarón a  Victoriano Lorenzo a la cárcel durante varios años, él estudió, escribió, aprendió el "modus vivendis” de los militares conservadores y se ganó la confianza de los custodios y del ejercito conservador.

Con datos de Dayana Navarro