‘Restaurar la Catedral no es tan complicado', dice arquitecto encargado

  • 27/08/2017 02:05
El arquitecto residente de la restauración de la Basílica, Domingo Varela, evitó detallar la solvencia técnica del proyecto de $12 millones

Una pregunta incómoda, en un foro aparentemente inapropiado, despertó la curiosidad de La Estrella de Panamá sobre la proclamada y esperada restauración de la catedral capitalina, con la que espera convertirse en basílica justo para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, en 2019, y la posible visita del papa Francisco.

La noche del 24 de julio, en el salón de conferencias de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), el galardonado arquitecto español Juan de Dios De la Hoz culminaba una presentación sobre su experiencia como restaurador en catedrales de Europa y América cuando, desde el público, una mujer formuló una pregunta inesperada.

‘Nuestra solvencia técnica sirvió solo para ganar el concurso de licitación',

JUDIT ZUBILLAGA

ARQUITECTA RESTAURADORA

La arquitecta Judit Zubillaga, de la compañía experta en restauración de edificios antiguos Construcciones Zubillaga, S.A., preguntó a De la Hoz su opinión sobre el manejo de los trabajos que hoy se adelantan dentro de la catedral de Panamá. Pero el arquitecto Tomás Sosa, quien moderaba el encuentro, le replicó que aquel no era el momento ni el lugar para discutir el tema.

Lo que se escondía detrás de la pregunta de Zubillaga era la irregularidad de la que era víctima: su compañía, que aportaba la experiencia en restauración dentro del proyecto de la catedral, había quedado fuera de la obra sin cobrar lo pactado y poniendo en juego el aval técnico requerido para realizar estos trabajos, que le cuestan al Estado panameño más de $12 millones.

DEL TEMPLO AL CALVARIO

Tan solo dos años antes de aquella noche, Construcciones Zubillaga, S.A. se aliaba con Ortiz Construcciones y Proyectos, S.A. para integrar el consorcio La Antigua, que ganaría la licitación para restaurar la catedral basílica Santa María la Antigua, ubicada en el corregimiento de San Felipe.

Por un lado, el grupo Ortiz aportaba la solvencia económica que requería el pliego de cargos para ejecutar la obra. Por el otro, Zubillaga —junto a los también españoles Joaquín González-Miranda y Mariano Nieto Pérez— aportaba la experiencia en restauración.

Los requerimientos eran claros en el pliego: cada arquitecto debía tener una experiencia mínima de quince años en restauración y haber intervenido al menos una catedral por un importe mayor a $5.5 millones.

En Panamá no existe un arquitecto idóneo para este puesto. Hasta donde este diario ha podido investigar, los únicos expertos locales con esa experiencia han sido el arquitecto Manuel Choy (catedral de Colón, en 2016, por $2 millones) y el arquitecto Domingo Varela (catedral de Panamá, en 2004, por un importe de $59,400). Sin embargo, para el proyecto de catedral del consorcio La Antigua se escogió al arquitecto Varela. Por eso, el experto encargado de redactar la propuesta del consorcio para concursar en la licitación publicada en 2015 fue el arquitecto español González-Miranda, quien había restaurado la catedral de San Salvador. Y, además, elaboró casi la totalidad del proyecto de ejecución aprobado, en su momento, por el Instituto Nacional de Cultura (INAC).

Los problemas empezaron cuando, una vez ganado el concurso para restaurar la catedral de Panamá, González-Miranda, Nieto y Zubillaga fueron despedidos.

‘Nuestra solvencia técnica sirvió solo para ganar el concurso de licitación', dice la arquitecta navarra a La Estrella de Panamá .

En España, estos despidos fueron noticia. El propio González-Miranda, en una entrevista a la publicación Diario de Noticias de Navarra , dejó claro que ‘lo que fue determinante en la puntuación entre los dos finalistas (de la licitación) fue el currículum y la valoración del proyecto arquitectónico', del cual, hasta abril de este año, no se le había pagado un solo centavo.

De hecho, este mismo arquitecto demandó por 150,000 euros (unos $193,800) al grupo Ortiz y ganó. Mientras que Zubillaga, compañía que aún forma parte del consorcio La Antigua, y es subcontratatista en el proyecto, no ha terminado de cobrar por los ‘más de 4,000 metros cuadrados de andamios' y equipo especializado que envió desde España hasta Panamá.

Según Zubillaga, cerca del 80% de los andamios que están colocados desde hace más de un año en las fachadas de la catedral les pertenecen y nadie ha pagado por ellos.

A este altercado se sumaba el paro de la obra de restauración, según Zubillaga, debido al trámite pendiente del permiso de operación.

Todo este escenario dio pie para que el 9 de mayo de este año se publicara la Resolución de Gabinete N°50, que autoriza al ministro de la Presidencia, Álvaro Alemán, a suscribir un Convenio Interinstitucional con el INAC, firmado por su directora, Janelle Davidson, para transferir la ejecución y supervisión del proyecto de restauración de la catedral de Panamá.

El tercer párrafo de este documento señala que el contrato para restaurar la catedral (N°068-15) ‘comprende un proyecto de restauración integral de alta complejidad técnica en cuanto a su ejecución, supervisión y administración que requiere de personal técnico asignado para el logro de los objetivos trazados en el tiempo programado, por lo que el INAC actualmente no cuenta con los recursos de personal suficiente para atender de manera eficaz y efectiva la supervisión y ejecución de dicho proyecto'.

En otras palabras, el INAC no cuenta con los profesionales adecuados para hacerle frente a una obra de esta magnitud.

INTERVIENE LA PRESIDENCIA

‘Una de las primeras tareas que el presidente de la República (Juan Carlos Varela) me dio fue ayudar al INAC a destrabar una serie de situaciones que tenían con el contrato, los contratistas y el consorcio', dice el secretario de Metas, Jorge Luis González, en una entrevista con ‘La Decana', durante la que aclaró que recibe asesoramiento en el tema de restauración por parte de la arquitecta argentina Andrea Morello, recomendada por la Unesco y contratada por la Unidad Coordinadora de Infraestructura Pública (UCIP).

Las dos empresas del consorcio —continúa el secretario— tenían una disputa; pero luego de reuniones, lograron resolver todas las situaciones y esto ha permitido que no se hayan vuelto a detener los trabajos dentro de la catedral. No obstante, Zubillaga alega que aún no les han pagado el dinero acordado y se desconoce si su reemplazo cumple con la experiencia técnica igual o superior a la de la compañía navarra, que ha restaurado la catedral de Pamplona y la de Tudela.

‘Ambos (Zubillaga y Ortiz) tienen unas diferencias comerciales que no tienen nada que ver con el Estado, el INAC, la Presidencia, la Iglesia ni el consorcio La Antigua. Zubillaga es subcontratista de Ortiz. Además de estar en el consorcio, grupo Ortiz subcontrató a Zubillaga como yo puedo subcontratar a cualquier empresa para que hiciera algunos trabajos dentro de la misma restauración', expresó el secretario, quien reveló que aún está pendiente que la Comisión de Presupuesto de la Asamblea atienda al INAC para que solicite el traslado de los recursos económicos del proyecto de restauración (unos $12 millones) y la Secretaría pueda pagar las cuentas de la obra.

El contrato privado que ellos tienen, añade González, establece que la forma de resolver su disputa comercial es mediante un arbitraje.

Zubillaga no está de acuerdo con un arbitraje porque no tiene recursos económicos para pagarlo, tras la inversión que realizó para venir a Panamá a trabajar sin la remuneración que esperaban. La empresa navarra, que solo factura 1.5 millones de euros al año, ha gastado 1.2 millones en la catedral de Panamá y solo ha recibido 97,000 a cambio.

No obstante, el contrato entre grupo Ortiz (representante del consorcio La Antigua) y el Estado panameño —corrobora el secretario de Metas— exige que el reemplazo de una empresa o persona, para esta obra de restauración, debe ser por otra con igual o mayor experiencia y mayor capacidad.

Según González, el grupo Ortiz ha cumplido con esta cláusula del contrato, aunque no detalló nombres durante la entrevista y nos refirió al Departamento de Comunicaciones para darle seguimiento a la interrogante.

Esto último resultaba crucial para definir si el contrato se está respetando o no y, por tanto, no se comete un daño patrimonial.

Lo que aparenta ser un altercado comercial común, en realidad pone en juego la solvencia técnica de la obra, teniendo en claro que tanto González-Miranda como Zubillaga jugaron un papel determinante para que grupo Ortiz se ganara la licitación en un principio.

Incluso, denuncia Judit Zubillaga, Ortiz terminó solicitando, en su momento, la sustitución de la compañía navarra al INAC. Y este último la aprobó.

SIN AVAL IDÓNEO

Juan Carlos Martin, representante del grupo Ortiz, fue abordado vía escrita por ‘La Decana' para conocer quiénes son los reemplazos de González-Miranda y Construcciones Zubillaga, S.A., pero se limitó a responder: ‘Ahora mismo estoy fuera de Panamá. Cuando vuelva haré las consultas'.

Al preguntarle si podía referirnos a alguien a fin de obtener la información de manera directa, Martin concluyó que ahora mismo ‘no', y que hará las averiguaciones.

El Departamento de Comunicaciones de la Secretaría de Metas informó a este diario que el reemplazo de González-Miranda se trata del técnico español en restauración Carlos Núñez, de la firma Dédalo Bienes Culturales.

En efecto, durante una entrevista telefónica con La Estrella de Panamá , Núñez mencionó que la compañía para la que trabaja ‘está especializada en restauración' con especialización en piedra y, por tanto, se encargarán de la portada barroca de la catedral de Panamá. Pero, reconoció que ‘no han hecho ningún edificio catedralicio' anteriormente, con lo cual su solvencia técnica no se ajusta al pliego de cargos.

Domingo Varela, ‘arquitecto restaurador idóneo', según la Secretaría de Metas, indicó en una entrevista telefónica con esta publicación que las obras en la catedral tienen como arquitecto consultor al español Juan de Dios De la Hoz, quien posee una vasta experiencia y premios en restauraciones de este tipo.

Varela, quien fue contratado por el grupo Ortiz para este proyecto, añadió que, comparado con otras catedrales del mundo ubicadas en España o Alemania, que poseen pinturas y murales, la de Panamá es sumamente modesta.

‘(Restaurar la catedral) es un proyecto que no es muy complicado', formuló el arquitecto, quien al ser consultado por la experiencia técnica del equipo de especialistas que trabajan en el templo panameño evitó dar declaraciones ‘porque puede generar confusiones'.

Al momento de repreguntarle al restaurador quién es el reemplazo del arquitecto Joaquín González-Miranda, con el fin de aclarar la solvencia técnica de los trabajos y que, por tanto, no se incumpla con el contrato firmado por $12 millones con el Estado, la llamada se cortó y el arquitecto no volvió a contestar.

El arquitecto Rafael Holness-Carrasco, de la Dirección de Patrimonio Histórico del INAC, también fue consultado sobre la evolución de las obras de restauración en la catedral, en su calidad de inspector por parte de la entidad gubernamental, pero al cierre de esta edición todavía se esperaban sus declaraciones.

Lo Nuevo