Crema 'Rencorstop'

Actualizado
  • 18/11/2023 00:00
Creado
  • 18/11/2023 00:00
El perdón y la esperanza son dos ingredientes imprescindibles en la vida diaria. Ayudan a la empatía y a evitar los muy malsanos resentimientos
Crema 'Rencorstop'

Figurativamente, es una pomada de uso tópico que ayuda a cicatrizar las heridas emocionales, grietas y rozaduras entre nosotros y el mundo, hidrata los sentimientos y recuerdos resecos por la distancia. Su composición emocional, por si se lo pregunta, es: 50% perdonamol y 50% esperanzina... recuerde, es figurativo.

Qué triste es saber que ni en nuestro propio muro o red podemos hablar con libertad de todo lo que está destruyendo a la sociedad, porque luego suele venir una lapidación mediática, en especial cuando se habla de valores, integridad, ética, moral y rectitud.

Pregunto yo, ¿qué persiguen esas personas que tienen “la piel fina” y viven del rencor?, ¿que nos enfrentemos y matemos los unos a los otros?, ¿que seamos más “yoquepierdistas” e indiferentes?, ¿será que su fin es que no pensemos ni tengamos criterio para discernir con altura y asertividad, porque resulta que, para algunos círculos, pensar es peligroso para sus fines?

Hablemos del rencor, ¿cómo andamos en esa asignatura?, ¿cómo se le tiene que hablar a alguien para que no se enfade?, ¿qué palabras no se le pueden decir a la sociedad, porque siente que la rebajan o denigran, juzgan o sentencian?, ¿cuánto veneno lleva la sociedad en su interior en este preciso instante? Consultar todo esto con nuestro yo interno es una experiencia muy reveladora, y solo los valientes son capaces de ver su interior para buscar sanación.

Aunque parezca mentira, cuando nuestra autoestima es baja, nos convertimos en un problema para los demás. Mi socia, Nora Cedeño, dice: “en la vida necesitamos en la canasta básica: leche, pan, huevo y terapia, en especial si nuestra vida no es funcional y afecta a terceros”.

Decía Nelson Mandela: “el rencor es como tomar veneno y esperar que mate a tus enemigos”.

El rencor, como todos los sentimientos negativos, no daña a quien supuestamente lo provoca, sino a quien lo padece. Vivir resentido, amigo lector, es como cavarse un hoyo del que cada vez es más difícil escapar y, sin embargo, a muchos en la sociedad les apasiona hundirse y revolcarse en ese agujero sin fin.

Le cuento un secreto: Un trago de ese veneno no solo no matará al enemigo, sino que no nos dejará vivir tranquilos porque el rencor nos hace peores personas y ¿todo por qué?, ¿nos miró mal?, ¿la otra persona no estuvo de acuerdo con nuestra forma de pensar a pesar de saber que nosotros no somos la vara de medir de nadie ni de nada?, ¿nos dio una mala contestación?, ¿nos miró por encima del hombro en un momento en particular?, ¿nos criticó por una acción que sabíamos desde su génesis no era correcta?

Para algunas personas, estas acciones de rencor y pensamientos son tan, pero tan invasivas, que suelen acomodarse con todos los lujos en sus cabezas porque así lo permiten, aunque, al hacerlo, se pudran internamente.

El rencor es tan, pero tan caprichoso, que no necesariamente nace de una ofensa, sino porque la otra persona es mejor y su código de vida está lejos de ciertos hábitos dañinos que la sociedad ha adoptado como “normal”.

La envidia y vanidad suelen ser la madre de todos los rencores, porque muchas veces nuestro rencor viene del hecho de que no somos capaces de alcanzar nuestras propias metas, expectativas, deseos y sueños.

Es aquí donde escuchamos: “es que yo no nací con una cucharita de plata en la boca”, “es que yo no tuve a sus padrinos”, “con esos contactos, quien no”, “con esa cuenta bancaria, así cualquiera”, “con palancas o padres así”. Le recuerdo, amigo lector, que la comparación con los demás cuando salimos perdiendo, es de los peores motores para generar las peores emociones.

Todo el que está bien, es feliz, triunfa, tiene éxito, es íntegro, moral, ético o inviolable suele caerle mal e indigna al resentido.

¡Sí!, también es verdad que puede existir un resentimiento entendible, sobre todo en las personas que se esfuerzan más que nadie, sacrifican todo por lograr algo y aun así no lo consiguen porque, lastimosamente, la vida no es justa.

Repito, ¡sí!, puede haber un resentimiento entendible, pero ninguno es bueno. Todo el rencor, venga de donde venga, es destructivo y hay que desterrarlo de nuestra mente por higiene, por inteligencia y amor propio.

Por ello, amigo lector, con esta reflexión le invito a que lo haga, a que saque de su pensamiento esta emoción tan, pero tan destructiva, absurda y poderosamente dañina para nosotros y el entorno.

Lo invito a no rebajarse a pelear con un imbécil, porque, de lejos, nadie sabe cuál es el que lleva la batuta de la inteligencia emocional y, de ser demasiado tentador y nos pique la epidermis por hacerlo, recuerde: RencorStop es una pomada de uso tópico que ayuda a cicatrizar las heridas emocionales, la grietas y rozaduras entre nosotros y el mundo, hidrata los sentimientos y recuerdos resecos por la distancia. Su composición, por si se lo pregunta nuevamente es: 50% perdonamol y 50% esperanzina.

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