Francia y la próxima Feria del Libro

Este año Panamá le dedica su Feria del Libro a Francia. Para mí es una muy buena oportunidad de reflexionar sobre la presencia francesa ...

Este año Panamá le dedica su Feria del Libro a Francia. Para mí es una muy buena oportunidad de reflexionar sobre la presencia francesa en Panamá o, mejor dicho, Francia – como todos sabemos– ha quedado incrustada en nuestra memoria histórica por lo que se llamó el ‘escándalo de Panamá’, el fracaso de los franceses por construir el Canal Interocéanico por nuestro país en 1889.

Esto fue un cataclismo, tanto para Panamá, que, para aquel entonces, era un departamento colombiano, como para Francia, que perdía así la gran oportunidad de estar vigente mundialmente. No hubo mayor pérdida de confianza de una nación consigo misma, por sus escuelas de élite, sus ingenieros (que habían construido exitosamente el Canal de Suez), y por su clase dirigente envuelta en la corrupción.

Pero este acontecimiento nunca empeñó el esfuerzo de los franceses (y de los panameños en especial) de considerar a Francia siempre como un país que le debemos gran parte de nuestra ‘éducation sentimental’, como diría Flaubert. Me acuerdo, a principios de los años ochenta, ir corriendo a mis cursos de francés de l’Alliance Française para no llegar ni un segundo tarde a clases, porque mi sueño era llegar finalmente a Francia, a París, a la ciudad luz de todos los escritores franceses que amábamos (y que seguimos amando), un sueño compartido de generaciones enteras de latinoamericanos y de caribeños que hemos sentido en Francia la oportunidad de ser finalmente modernos, de vivir la civilización, de ser partícipes de una tradición y de una visión. Nunca voy a olvidar ese primer día que llegué a París: fue una verdadera bendición.

Francia, París, fue mi puerta de entrada, el retorno al Caribe, porque, además, se me abrió – por el lenguaje – la extraordinaria riqueza e inmensidad de la literatura haitiana. Todo esto ha representado este país para mí, porque, si se podría hablar de alguna Madre Patria, entonces, no hay que olvidar que nuestra tradición republicana, nuestro código civil y penal, nuestro moderno concepto de ciudadano, de libertad y de democracia, es decir, todos los valores que hoy representamos y vivimos, se apoyan en la tradición de este país que, aunque nos hable en otro idioma, es nuestra verdadera Madre Patria.

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