‘Este pueblo es un lío': teatro, política y risas

Actualizado
  • 15/01/2019 01:00
Creado
  • 15/01/2019 01:00
La inauguración de la policlínica de un pueblo se perfila como el acontecimiento político del año. Pero las cosas se enredan a punta de secretos a voces, enredos de cama y protestas de cebolleros y jubilados

Dramaturgo y novelista. Ha sido ganador cuatro veces del Concurso Nacional de Literatura Premio Ricardo Miró. Con su primera novela, ‘Hombres enlodados', se aborda por primera vez en la literatura panameña el tema de la identidad de género.

En el mundo teatral panameño tenemos la terca creencia de que solo existen dos grupos de públicos: los que disfrutan de las obras del director y dramaturgo panameño Daniel Gómez Nates y los que no. Con más de 35 años montando obras en Panamá y en la región, las obras de Gómez Nates se caracterizan por utilizar recursos sencillos, abordar temas de actualidad y jugar con el lenguaje que identificamos mayormente con barrios del oeste de la ciudad de Panamá. Para algunos, sus obras son jocosas, relevantes y atrevidas. Para otros, sus producciones no son bien curadas, con textos que abusan de estereotipos y requieren de actuaciones superficiales. Yo me considero parte de un tercer grupo de público de teatro que valora el impacto social de este tipo de obras. Su más reciente producción, ¡Este pueblo es un lío!, en cartelera hasta el 20 de enero en el Teatro El Ángel, es descrita en sus materiales de promoción como una sátira política. Pero en realidad es una curiosa mezcla de teatro comunitario con un contenido altamente político. La obra cuenta con un elenco de 19 personas egresadas recientemente de diferentes cursos cortos de actuación. Con una sala llena en su noche de estreno, ninguna iniciativa cultural nacional existente de promoción de las artes escénicas logra lo que hace este tipo de proyectos: exponer a un grupo diverso de ciudadanos al proceso de actuar, producir y financiar una obra de teatro en Panamá.

La trama de la obra es sencilla y relativamente familiar para el público de Gómez Nates. Guaranal, un pueblo fuera de la ciudad de Panamá, se prepara para la visita del presidente Varela, el candidato presidencial Blandón, y el presidente chino Yinyín con motivo de la apertura de una nueva policlínica. Fidelina, la dueña de la pensión del pueblo, que también es la representante del corregimiento y la amante del Alcalde, prepara los últimos detalles de este apoteósico evento. Enredos, protestas y secretos a voces sirven de obstáculos que podrían poner en peligro la vida del mismísimo Yinyín. De manera sencilla, la trama expone la inminente invisibilización de la comunidad taiwanesa en Panamá, la tragedia de proyectos de inversión pública que no son más que cascarones vacíos, y la frustración que lleva a algunos a la violencia para hacer valer sus derechos. A pesar del estilo ligero del texto y las actuaciones, el personaje de Fidelina es un poderoso arquetipo del político panameño. Sus soluciones para la comunidad se resumen en su idea de usar tres gotitas de Clorox para limpiar la pensión y cambiarle el futuro al pueblo a punta de cambios de marca con palabras rimbombantes en inglés. Acostumbrada a mandar, Fidelina no acepta críticas y considera que ella es la víctima de ciudadanos irrazonables y desinformados que no entienden todo el arduo trabajo que requiere mantener el pueblo a flote, y aferrarse al poder político.

Sin duda la obra usa y abusa de estereotipos como el del chino de la tienda con sombrero cónico de bambú y el gay en el papel del bufón del rey (o de Fidelina, en este caso), pero igualmente sirve de catarsis para cualquier persona frustrada con las limitaciones y absurdos de la política partidista. Aún más arriesgado, ¡Este pueblo es un lío! expone con garras y risas un claro mensaje político: la organización comunitaria motivada por los intereses comunes es una solución que debemos considerar seriamente.

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