Al umbral de nuevas luces

Actualizado
  • 15/07/2019 02:00
Creado
  • 15/07/2019 02:00
El maestro Aristides Ureña Ramos se sumerge en las obras de Susana González-Revilla, una artista panameña que construye intervenciones e instalaciones multidimensionales

Era una bella mañanita ese 3 del marzo del 2002 en la ciudad de Panamá, cuando… llevado de la mano de la curiosidad, me dirigía hacia la sede de la antigua central eléctrica ubicada en Vía Israel, el IRHE. Había sido invitado a presenciar una particular manifestación artística organizada por Marlene Zarak, tratándose de la segunda versión del Festival de San Felipe que buscaba estimular la búsqueda entre el pasado y el presente a través de las artes. Al acercarme a ese edifico, captaba que, a pesar de lo inusual del lugar, algo nuevo iba a encontrar.

‘Lo único que tienes para dar es amor', ‘La vida es una búsqueda no te des por vencido'. En una maltratada pared, se encontraban estas frases escritas; debajo de ella, unos brochazos de fuertes colores, y pude notar que había un corredor que invitaba a caminar sobre y alrededor de pancartas de papeles de todo tipo.

Decidí seguir las indicaciones, encontrándome en un recorrido donde había un viejo televisor, andamios forrados, un viejo teléfono, una llanta de algún auto… y me percaté de que estaba dentro de una instalación artística; seguí el cordel indicador colocado por el artista, hasta llegar al final de la obra; un cuarto vacío donde se encontraba un único objeto: Un espejo… ¡Genial! Me dije.

En esa obra se encontraba resumido más de lo que ‘a profana distracción' podría interpretar. En verdad quedé sorprendido de la simplicidad de la ejecución y la claridad conceptual del mensaje. Pero aún mayor fue mi sorpresa cuando vine a saber, que la obra la había realizado una muchacha panameña de tan solo 19 años de edad.

Así es como descubro (por segunda vez) a Susana González-Revilla, inquieta artista multidisciplinar totalmente panameña, dotada de una preparación intelectual poco común, creadora de obras que en un cercano futuro tendremos que evaluar.

Ya había notado a Susana cuando jovencita en el Instituto Lorenzo Dei Medici de la ciudad de Florencia, Italia. Hablaba de su experiencia por eliminar el color e incursionar en los misterios del blanco y negro, que solo la técnica del grabado y la disciplina fotográfica brinda a cada estudioso. Aquella locuaz muchacha, ya denotaba la perspicacia necesaria para navegar en los solitarios caminos de las Artes Contemporáneas. Y esta apreciación que me acompañaba resultaba brutalmente cierta, con esta instalación artística del título: La búsqueda de Susana González-Revilla, ahí en la antigua central eléctrica de la ciudad de Panamá.

‘Ella —desde muy pequeña— ha sido capturada por las obras de Eudoro Silvera (a quien conoció personalmente), Álvaro Alvarado, Brooke Alfaro y la grafía embarradora de Fabiola Buriticá Valencia'.

Susana se acerca a la contemporaneidad con una preparación académica donde se considera que la disciplina pictórica es parte integral de los instrumentos disponible a su manera de expresarse. En su armonía visual convive el abstracto expresivo que desarrolla con peculiar característica, que al atento observador no escapa con sus pinturas, pues —a memoria— deja tres exposiciones donde sus lienzos son el fruto de su inquieta búsqueda sobre el arte abstracto.

Ella —desde muy pequeña— ha sido capturada por las obras de Eudoro Silvera (a quien conoció personalmente), Álvaro Alvarado, Brooke Alfaro y la grafía embarradora de Fabiola Buriticá Valencia. Un Panamá pictórico que le sirvió de puente donde sustentar sus adolecentes presunciones artísticas… al otro lado de la orilla, a dar sostén a su preparación se encuentra el culto mundo del renacimiento italiano y de Cy Twombly (USA) con su libertad interpretativa del incrédulo modo de representar pictóricamente lo real.

Susana asiste por cuatro años, en la ciudad de Nueva York, al Sarah Lawrence College (SLC), donde estudió Literatura, Educación del Arte, Danza Moderna, regresando muchas veces a Panamá. Pero ya en su estadía en Nueva York, solía interpretar a través de su cuerpo (la danza moderna) obras performáticas en línea con su apogeo investigativo.

En nuestro Panamá (pese a la dificultad de un empobrecido sector, que debería promover y sostener las manifestaciones creativas de nuestra excelencia artística) se han producido obras al margen de la colectiva aceptación. Obras que han marcado esa diferencia que determinará en un nuevo presente, la comprensión de nuestra actual desorientación, y que serán fichas claves para lograrnos entender. Pues la nefasta terquedad por cerrarse a nuevas comprensiones, por aduladores del conservadorismo creativo, han enjaulado en un primitivo ‘comprender' el universo innovador de las artes panameñas.

Las propuestas creativas

Susana González-Revilla realiza varios videoartes de sus operaciones performaticas; recordamos algunos interesantes como ‘El abrazo de dos minutos', presentado en Melbourne, Australia (2010). Llegando a Panamá, inicia un trabajo muy conmovedor sobre el uso de las armas de fuego. Pesca en el fondo de su ser su dramática experiencia personal y trata de hacer conciencia sobre la peligrosidad de las armas. Calcula las posibilidades de realización de su obra y construye su instalación con una mesa, dos sillas al extremo de la mesa y dos platos donde se sirven dos pistolas de chocolate. La obra fue expuesta en Panamá, en el desaparecido espacio expositivo ‘Los del patio' 2011, Residencia Tacón, con La Espira la Espora. Lugar expositivo que propuso muchos jóvenes talentos panameños. En esta serie de trabajos, Susana realiza la performance ‘Destruir un arma' premuroso trabajo de su historia personal.

‘Obras que han marcado esa diferencia que determinará en un nuevo presente, la comprensión de nuestra actual desorientación... Pues la nefasta terquedad por cerrarse a nuevas comprensiones, por aduladores del conservadorismo creativo, han enjaulado en un primitivo comprender el universo innovador de las artes panameñas'.

Su incansable energía la lleva a proponer en 2014, en la exposición colectiva ‘Ruta Canalera' en Galería Allegro la performance-instalación ‘No vas a venir a llorar ahora', sarcástica obra donde se mezclan las disciplinas artísticas para llevarnos a la reciente intervención en el Barrio de Santa Ana, una acción artística que lleva como objetivo llamar la atención sobre el abuso y explotación sexual infantil en Panamá, realizando la obra ‘Víctimas íntimas' 2019.

Susana González-Revilla Vallarino me dice para esta entrevista, que siente que ‘se comería el mundo', pues se encuentra en el proceso que consolida la madurez artística. Desde su fuerte autoestima, Susana sigue proponiéndonos pautas meditativas que —a través de su obras— son fronteras alargadas, escritas para la memoria de las artes en Panamá.

Hubo un momento que, sin titubeo alguno, al iniciar estas entrevistas, medité sobre el norte que tenía que perseguir para estas entregas (El talento y la Creatividad). Noto con gran satisfacción que contamos con la perseverancia de muchos artistas, voluntades que se abren camino en solitarias veredas, que necesitan tarimas nobles para desarrollar la astucia de sus intuiciones y brindar al país aquel florecer artístico del cual todos saldríamos beneficiados. Un gran agradecimiento al equipo de Café Estrella , que tuvo el coraje de darme la oportunidad de presentar a Susana González-Revilla y demás artistas para continuar en esta noble tarea. Y a los numerosos lectores que nos siguen en esta aventura, mil gracias.

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