Las madres en la empresa familiar

Actualizado
  • 12/09/2020 00:00
Creado
  • 12/09/2020 00:00
Las mamás tienen tanto derecho como tú o cualquier otro trabajador a tener remuneración, y ante los imprevistos de la vida encontrarás algún día que fue una decisión no solo sabia, sino justa

Una imagen que tengo muy grabada de mi niñez y adolescencia es la de mamá planchando la ropa y corriendo a contestar el teléfono en el garaje que funcionaba como oficina de papá. Ella atendía a los clientes, mientras mi padre salía a la calle a visitar a otros y realizar tareas que se requerían para la marcha del negocio. Estoy convencido de que sin la ayuda y apoyo de ella, papá no habría logrado todo lo que hizo. Las madres son las heroínas poco reconocidas en muchas de las historias de empresas familiares: ayudan a su conformación, y realizan toda clase de tareas dentro de ellas sin ser remuneradas, al tiempo que fungen como amas de casa y madres, ininterrumpidamente.

Las mujeres sacan adelante a sus compañías.

Sin el trabajo que hacen para que la vida familiar fluya, no sería posible el funcionamiento de los negocios que llevan junto con sus compañeros de vida.

Recomiendo que si este es tu caso, incluyas a la madre de familia dentro de la nómina para que reciba un salario en términos monetarios y le proporciones prestaciones sociales.

Hace tiempo escuché a un empresario decir que le pagaba a su esposa con mucho “cariño y amor”. Cuando alguien le preguntó qué opinaría si sus clientes le pagaran a él con “cariño y amor”, se molestó y no supo qué decir. Las mamás tienen tanto derecho como tú o cualquier otro trabajador a tener remuneración, y ante los imprevistos de la vida encontrarás algún día que fue una decisión no solo sabia, sino justa. Sentirse apreciada en su legítimo valor redundará en su autoestima, y una mejor relación familiar y de trabajo.

En la medida en que la sociedad ha cambiado, han surgido mujeres emprendedoras que solas y con una certera visión de negocios –y muy duro trabajo– logran sacar adelante a sus compañías y las constituyen en un patrimonio para sus hijos. Pero siguen enfrentando numerosos retos, que podrán superarse únicamente en una sociedad más igualitaria. Sea este un medio para llamar al reconocimiento de todas ellas, y concienciarnos de que, como sociedad, debemos crear leyes e incentivos para que puedan desarrollarse.

Hasta la próxima.

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