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- 07/11/2015 01:00
Las creación de accesorios y vestimentas inspirados en grupos étnicos de Panamá tuvo su ‘boom' este año en la moda infantil. Elementos como tembleques, pollera Cachimba, molas, saburete y chaquiras sirven de base a artesanos panameños en la elaboración de productos que promueven las diversas culturas panameñas.
‘Nuestro trabajo es una réplica de la chaquira tradicional de los hermanos Ngäbe-Buglé, no somos originarios ni autóctonos, pero llevamos por muchos años su arte con orgullo', indicó Julissa Carrillo, quien junto a su madre, Sebastiana De Gracia, crearon la marca Artesanías Chanita.
SU FUERTE
La joven artesana se dedica a confeccionar vestuarios, sombreros y bisutería para niños y niñas ‘inspirados principalmente en los Ngäbe, aunque también realizamos trabajos basados en otras etnias como la guna, emberá-wounaan y negra'.
Carrillo explica que la práctica de la confección de artículos con técnicas artesanales está presente en su familia desde 1960.
‘Un tío de mi madre viajó a la comarca. El cacique le enseñó y él trajo el arte al pueblo. Mi mamá lo aprendió junto a gran parte de mi familia', señaló Carrillo.
Amparados bajo la Ley 11 del 22 de febrero de 2011 los trabajos de Artesanías Chanita son similares a los de los Ngäbe-Buglé. ‘Hay diseños de ellos que nosotros no podemos copiar y viceversa', señala Carrillo. Agrega que, a pesar de esto ‘nuestro trabajo promueve, respeta y enaltece la cultura de nuestros hermanos'.
Los vestidos de niños y niñas son pedidos durante todo el año, aunque hay temporadas ‘fuertes'.
Cuando realizan trabajos con elementos gunas y emberá, ‘miembros de estos grupos étnicos hacen el arte y nosotros el resto', dijo.
MOLAS DECORATIVAS
Por su parte, Enelda García originaria de Guna Yala, señaló que este año ‘hay muchos pedidos de vestidos y accesorios para niños y niñas'.
‘Antes se veía en la comarca, ahora la mola está en todas partes. Yo hago vinchas, lazos y carteras para niñas, además de las camisas para los niños', indicó García.
Sentada en su puesto de trabajo y confeccionando una mola que decorará una vincha, asegura que esta actividad se la enseñó su madre y es el sustento de su hogar.
‘Este año muchos niños y niñas usaron la mola en sus vestidos u otro lugar. Cada año aumentan los pedidos y la competencia, por eso los precios bajan más y más', aseveró.
La oriunda de Guna Yala manifestó que con su trabajo enseña ‘lo bonita de su cultura'. ‘Cuando vienen a comprar les explico que es mola fina, elaborada a mano por nativos'.
CULTURA PARA JUGAR
Mientras que Luzmina Jalil promueve la cultura, diseñando muñecas de trapo artísticas (de colección) y compañeros de juegos (juguetes).
‘Me enfoco en los afro-descendientes, representados por los congos. También los gunas, los emberá y los mestizos', dijo.
Muchos de sus diseños son para coleccionistas, ‘para personas que desean una pieza de arte que represente a Panamá y su gente. Pero, también tengo otra línea de muñecos para jugar, estos son los que están diseñados para recibir grandes dosis de cariño, ir y volver del cuarto de lavado cuantas veces sea necesario y acompañar en todo momento a su ‘mamá o papá adoptivo', explicó Jalil.
Como negocio informal, desde el año 1995, Jalil inició haciendo encargos para vecinas y parientes. Años después ofreció sus productos vía internet. Ya para el 2010 decidió registrarse en el MICI como artesana ‘y como quien dice: con más juicio, porque a partir de allí me he dedicado 100% a la muñequería. Pero desde muy niña he amado las muñecas de trapo, como la mayoría de las niñas, y creo que por el hecho de no abandonar ese amor, finalmente me he dedicado a este arte como medio de vida', señaló.
‘Definitivamente creo que sí', asegura Jalil al preguntarle si sus obras promueven la cultura. ‘Tanto los panameños que viven en el extranjero, así como los locales, me han comentado que cuando ven las fotos de mis muñecas, se guían para hacer los vestuarios folclóricos de sus hijos e hijas, porque saben que me apego a nuestra cultura y tradiciones', dijo.
La artesana tiene clientes en la provincia de Colón, Chiriquí, Panamá y Los Santos.
El costo de las muñecas oscila entre 4.50 hasta 300 dólares. Todo depende del tipo de trabajo que desee el cliente, materiales y el tiempo que tomará realizarlo.
Las muñecas personalizadas de colección o artísticas son las más complejas, porque la persona le envía una foto y espera que reproduzca el vestuario lo más parecido al original, los accesorios o algún rasgo facial en particular. Este tipo de trabajo le puede tomar entre dos a tres meses.
Mientras que las muñecas para juegos, son bordadas a mano principalmente, ‘así que en un día o dos puedo terminarla y al tercer día, hacer el envío'. Las muñecas miniaturas de colección se confeccionan en un día de trabajo.
NUEVO GIRO
Otra tendencia este año es la vincha adornada con tembleques. ‘Siempre he confeccionado tembleques, pero este año me pidieron que adornara vinchas', señaló Ana De La Cruz.
‘El pedido fue significativo y los diseños al gusto de los clientes', dijo.
Las artesanas coinciden en que hay que reconocer que si bien es cierto es un arte que promueve la cultura, también se realiza como actividad comercial.
En los últimos años la demanda aumenta al igual que la competencia. Tanto nacionales como extranjeros compran los artículos que promueven y enaltecen la diversidad cultural en nuestro país.
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‘Hasta ahora, soy la única de mi familia que se dedica a hacer muñecas. Pero no pierdo la esperanza de que algún día se contagien'.
LUZMINA JALIL
ARTESANA
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‘EL RINCÓN DE LUZMINA'