'La Muerte de la muerte', un libro que desafía el envejecimiento

El maquillaje, las cremas cosméticas, hasta cirugías estéticas, han sido instrumentos utilizados para combatir las evidencias del envejecimiento, uno de los principales obstáculos que se han intentado enfrentar desde la ciencia y la salud por décadas. Ahora, con el aumento de la ciencia de rejuvenecimiento, expertos en este campo han indicado que la inmediatez en la exposición de la nutrición y el cuidado físico siguen siendo las principales fuentes de bienestar humano.

Aún así, tras hacer ejercicio diario y seguir una dieta nutritiva y balanceada, las personas envejecen y algunas sufren enfermedades, por lo que surge la pregunta: ¿Realmente se puede combatir el envejecimiento?

Para el presidente de la Asociación Española de Wellness SPA Spatermal, Alfredo Pérez Sainz, la gente “quiere algo rápido, en días, y que no sea ni invasivo, ni doloroso, ni costoso. Y esto marca la tendencia en los tratamientos antienvejecimiento”, según comentó a la agencia EFE. La expectativa de inmediatez también ha llevado a que muchos cuestionen dichos procesos para evitar envejecer, lo que ha abierto una puerta a un mayor número de investigaciones al respecto.

En esta línea, el ingeniero hispanovenezolano, egresado del Massachusetts Institute of Technology (MIT), José Luis Cordeiro, junto con el investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, David W. Wood, publicó el libro La Muerte de la muerte: La posibilidad científica de la inmortalidad física y su defensa moral (Grupo Planeta, 2018), el cual presentó este año su segunda edición.

En este libro, Cordeiro - que visitó Panamá en el marco del III Congreso Intercontinental de Medicina Antienvejecimiento y Estética Médica- y Wood buscan señalar la hoja de ruta que se prevé para las próximas décadas, desde una perspectiva científica y de experiencia en la ciencia estética. Cordeiro —quien es conocido por sus discursos en pro del 'transhumanismo'— conversó con La Estrella de Panamá sobre su publicación y los avances de la ciencia sobre llegar a ver la muerte “como una opción y no un destino”.

“Se ha descubierto que el envejecimiento es flexible, pero lo más interesante es que es reversible”, comentó Cordeiro, “se han descubierto genes que controlan todo el proceso de envejecimiento. Uno de los Premio Nobel de Medicina del año 2012, Shinya Yamanaka, descubrió que hay cuatro genes que pueden volver una célula madre en una pluripotente, es decir, una célula adulta a una de embrión y viceversa, modificando esos genes, dando nacimiento a lo que hoy se estudia como epigenética”.

El descubrimiento de Yamanaka (Osaka, 1962) fue considerado un hito en la rama científica y dio pie a múltiples investigaciones de antienvejecimiento. A partir de ese estudio, Cordeiro indicó que “cada año ganamos dos meses de expectativa de vida”, y que para el 2045 se espera poder contar con la tecnología “para rejuvenecer biológicamente a las personas” de una forma accesible y no invasiva.

Apoyándose en el trabajo de la California Life Company de Google (Calico, 2013) —cuya misión se centra en investigación de temas relacionados con el envejecimiento y las enfermedades cardíacas y cáncer—, Cordeiro apuntó que su pesquisa va más allá: curar el envejecimiento. “El envejecimiento ya es considerado como una enfermedad, o mejor dicho, la madre de todas las enfermedades”, comentó, “si logramos detenerlo, las personas no sufrirán de alzheimer, parkinson u otras enfermedades graves que llegan con la edad adulta mayor”.

Si bien las investigaciones aún no dan suficientes frutos para afirmar que el envejecimiento será cosa del pasado, los genetistas y científicos se mantienen con la visión optimista de encontrar un camino hacia la “inmortalidad”, como indicó el director de Google Calico Arthur Levinson en un discurso recopilado por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Ceine): “Las enfermedades y el envejecimiento afectan a todas nuestras familias. Con algunas consideraciones a largo plazo sobre el cuidado de la salud y la biotecnología, creo que podemos mejorar millones de vidas”.

Aún así, Page puntualizó que los frutos de los estudios de Calico no darían resultados profundos sino hasta dentro de 10 a 70 años. Por su parte, Cordeiro apuntó que las inversiones de grandes tecnológicas como Google, Microsoft y Facebook (Meta) han aumentado el progreso de las investigaciones necesarias para cumplir con el objetivo de llegar a una generación que “no tenga que preocuparse por envejecer”.

“Creo que la mayoría de las personas van a disfrutar tener una edad biológica de 20 a 25 años, lo que sería el objetivo con el rejuvenecimiento”, enfatizó Cordeiro, “esto no es obligatorio, si alguien quiere envejecer y quiere llegar a la muerte puede hacerlo, sería democrático, pero tendría la opción de no llegar a tal punto”.

El banco Merrill Lynch evaluó en 2019 que la industria del antienvejecimiento factura ya $110 mil millones y que para 2025 alcanzará los $600 mil millones. Con el aumento de interés público en el antienvejecimiento, Cordeiro considera que podríamos llegar a “vivir indefinidamente”, dejando un espacio borroso en las expectativas de los individuos que lleguen a formar parte de los tratamientos para evitar envejecer.

“Desde que nacemos estamos en una constante lucha con las células que mueren y crean nuevas, por eso envejecemos, pero con un poco más de tiempo, lograremos llegar a una realidad sin enfermedades y donde los humanos podamos vivir más y mejor”, señaló.