Nuevas perspectivas sobre los lenguajes

Actualizado
  • 21/09/2019 07:00
Creado
  • 21/09/2019 07:00
A la luz de los resultados que han arrojado décadas de investigación experimental en primates y niños, la teoría del lenguaje de Noam Chosmky se tambalea. Con ello, parece que estamos siendo testigos del final del paradigma dominante que generó un intenso debate en torno a la naturaleza, origen y aprendizaje del lenguaje
Nuevas perspectivas sobre los lenguajes

En 2016 apareció publicado el artículo Language in a new key en la revista Scientific American. Los autores de dicho artículo, Michael Tomasello y Paul Ibbotson, afirmaban que gran parte de la teoría del lenguaje de Noam Chomsky, en especial sus ideas en torno a la existencia de una gramática universal y aprendizaje del lenguaje, resultan insostenibles a la luz de nueva evidencia proveniente del examen de diferentes lenguas, junto con nuevos hallazgos sobre el proceso de comprensión y uso de una lengua en niños de corta edad. Como reultado, señalan casi solemnemente Tomasello e Ibbotson, un gran número de “cognitivistas y lingüistas han abandonado la 'gramatica universal' de Chomsky” (Ibbotson – Tomasello 2016)

Efectivamente, desde la publicación de Syntactic Structures (1957), Noam Chomsky inauguró una nueva era dentro del ámbito de la lingüística, esto es, la era de la lingüística generativa, dando lugar a un amplio programa de investigación cuyo alcance se extiende hasta conectar diferentes disciplinas como filosofía, psicología y biología desde hace poco más de seis décadas. Sin duda, las teorías Chomskianas sobre el lenguaje podrían considerarse como uno de los paradigmas dominantes dentro del ámbito de la lingüística. Sin embargo, si tomamos seriamente las insinuaciones de Tomasello, Ibbotson y otros, todo apuntaría a que la teoría Chomskiana del lenguaje yace en una fase crítica que podría conducir si no a su rechazo por inadecuada, al menos a aceptar que existen explicaciones más efectivas para algunos fenómenos lingüísticos fuera de dicho paradigma.

En tal sentido, conviene recordar que las ideas iniciales de Chomsky se concentraban en el aspecto sintáctico del lenguaje, su gramática, su forma o estructura. Ciertamente, el lenguaje está gobernado por un amplio número de reglas que condicionan la forma y el orden de las palabras en una oración determinada. Por ello, Chomsky sostenía que una teoría lingüística adecuada debe ofrecer una reconstrucción del proceso en el que combinamos un número finito elementos para crear una cantidad infinita de oraciones, es decir, una teoría lingüística debe describir la gramática de un lenguaje determinado (Chomsky 2002, 49). Es cierto que en sus primeros escritos, Chomsky reconocía las dificultades de encontrar en el estudio de la gramática de los lenguajes las bases para una teoría del significado, no obstante, afirmó que el estudio de las estructuras gramaticales podría ser de mucha utilidad para el análisis semántico (Chomsky 2002, 106 -108).

Posteriormente, Chomsky introduce la distinción entre competencia y performance. La idea de competencia lingüística, según Chomsky, hace referencia al conocimiento implícito e innato que poseen los hablantes competentes de un determinado idioma sobre las reglas de generación de oraciones, relativas a dicho lenguaje y que condiciona el performance, esto es, el uso del lenguaje. En ese sentido, Chomsky sostuvo que una adecuada comprensión de los usos del lenguaje y del proceso creativo que ello envuelve, supone también la comprensión de nuestra competencia lingüística (Chomsky 1965, 10). Dicha línea de pensamiento, llevó a Chomsky a postular la existencia de una 'gramática universal'. La idea de 'gramática universal' hace referencia a un conjunto de principios innatos que nos permiten no sólo diferenciar entre oraciones bien y mal formadas, sino también, en principio, aprender una determinada lengua. Por 'universal' se entiende aquello que se encuentra en la base de distintos lenguajes, es decir, la idea de gramática universal presupone que es posible describir el proceso de generación de oraciones para cualquier idioma, contrario a la idea de gramáticas particulares.

A pesar de ser, como mencionamos, el paradigma dominante, las teorías Chomskianas en torno a la naturaleza, origen y aprendizaje del lenguaje nunca dejaron de ser sometidas a crítica y discusión por parte de la comunidad científica, lo que llevó a Chomsky y otros a reformular sus teorías en varias ocasiones. Un claro ejemplo de lo anterior es el 'programa minimalista' propuesto por Chomsky en 1995. Llegados a este punto, es necesario entender que, dada las limitaciones de espacio, no podremos exponer la completa evolución de las teorías de Chomsky o de sus presuposiciones filosóficas, mucho menos la de todas sus críticas. Con respecto a lo último, empero, nos gustaría señalar que, dado lo controversial de las posturas políticas e ideológicas de Chomsky, se ha señalado que algunos de sus críticos podrían tener motivaciones más allá de las científicas (Cf. Green 1977), es decir, hay que ser cuidadosos al examinar las críticas a las teorías de Chomsky.

Sin embargo, existen críticos muy serios de las asunciones filosóficas -de su Cartesianismo, por ejemplo-(Cf. Antony – Hornstein 2003) De manera semejante, existen críticos en el ámbito científico, tal es el caso, recientemente, de Michael Tomasello y otros, quienes, basados en décadas de investigación experimental en primates y niños, proponen, como alternativa a las teorías de Chomsky sobre el aprendizaje, tipología y procesamiento de los lenguajes naturales que denominan, el “enfoque (o teoría) basado en el uso” sobre la comunicación lingüística, en simpatía con las ideas del segundo Wittgenstein. Ello, en términos teóricos, apunta Tomasello, “representa una perspectiva en la que la pragmática de la comunicación humana es primaria, tanto filogenéticamente como ontogénicamente, y en la que la naturaleza de los lenguajes convencionales –y cómo se aprenden- pueden ser únicamente comprendidos empezando por el proceso de comunicación en términos más amplios.” (Tomasello 2009, 70) Dicho de otro modo, los seres humanos poseemos algunas capacidades cognitivas producto de cambios y adaptaciones filogenéticas –interpretación de intenciones y reconocimiento de patrones- que nos permitieron desarrollar el lenguaje, el cual es entendido igualmente como una adaptación pero de carácter ontogenético. Tales adaptaciones son igualmente respuestas a la presión selectiva que ejerce el ambiente.

Una de las ideas centrales de las teorías de Tomasello es que la comunicación humana tiene sus orígenes en el lenguaje de señas y gestos cuya estructura socio-cognitiva y motivacional sirvió como plataforma psicológica para el desarrollo de los diferentes sistemas de comunicación que existen en la actualidad. Así, para Tomasello, el contexto, la experiencia y atención compartida, el conocimiento cultural y la motivación prosocial (cooperación) de los gestos y señas, tienen gran importancia en los orígenes de la comunicación humana. De hecho, lo expresa claramente diciendo: “La comunicación humana es una actividad fundamentalmente cooperativa que se da de manera fluida y natural dentro de ciertas circunstancias en las que existe una base conceptual recíprocamente compartida y unos motivos o disposición a cooperar asumida de manera recíproca” (Tomasello 2008, 6).

Lo dicho hasta aquí supone que la comunicación humana tiene como base la cooperación, la cual, a su vez, se articula sobre lo que Tomasello llama, usando terminología de Searle y otros, intencionalidad compartida, es decir, objetivos e intenciones comunes, conocimiento mutuo, creencias compartidas. Dicha característica es lo que explica las diferencias en la formas de comunicación entre los humanos y grandes primates. Además, contrario a las ideas de Chomsky, Tomasello sostiene que la gramaticalidad de un lenguaje “depende de forma crucial en procesos de intencionalidad compartida y comunicación cooperativa en combinación con otros procesos cognitivos y limitaciones.” (Tomasello 2008, 245)

En general, son numerosos los argumentos en contra de las ideas de Chomsky, en particular, sus ideas en torno a la existencia de una gramática universal, han sido llamadas 'míticas', por ser incompatibles con la observación de los diversos lenguajes convencionales existentes (Cf. Evans – Levinson 2009) Sin embargo, el éxito de las teorías alternativas no está aún garantizado y sólo lo sabremos si estás llegan ganar la aquiescencia de la comunidad científica. Mientras tanto, debemos contentarnos con poder ser testigos presenciales de cómo funcionan, evolucionan y compiten los paradigmas científicos.

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