Aquel pedido por la dignidad

Actualizado
  • 18/07/2015 02:01
Creado
  • 18/07/2015 02:01
Panamá siempre fue constante en exigir la liberación de Nelson Mandela. 

Durante más de 70 años Sudáfrica estuvo dividida por el régimen del Partido Nacional Purificado, que proclamaba la doctrina de la seguridad de la raza blanca dividiendo a Sudáfrica en: blancos (20%, indios 3%, mestizos 10% y negros 67%.

Es válido traer al presente aquellos elementos que se perdieron en el tiempo, algunas veces intencionalmente para crear matrices históricas equivocadas.

Fue aquel guerillero barbudo, apellidado Castro Ruz, el primero en levantar la bandera de Mandela y Sudáfrica, lo acompañaron las naciones pertenecientes al Movimiento de Países No Alineados, del que formaba parte activamente Panamá.

En la V cumbre de aquel movimiento en Sri Lanka en 1976, con su voz ronca y el respeto que le profesaban mandatarios de otros países, el General Omar Torrijos llamó a Mandela: anticolonialista y exigió su liberación.

‘Hermano musulmán' lo llamaron en Argelia, mientras el abogado hacía su entrenamiento militar.

Por mientras el 80% de la población sudafricana vivía en el 13% del territorio nacional, desprovistos de recursos naturales.

Los ‘bantustanes' eran el cerco, el colonialismo y lo inhumano; una situación tan solo igualada por los guetos de la Alemania Nazi y la situación de Gaza y el pueblo palestino.

Para finales de los años 70 Mandela y la resistencia sudafricana, ya era una causa mundial, antes, en 1971 la Asamblea General de las naciones Unidas calificó el regimen del Apartheid de crimen contra la humanidad y exigió la liberación de Nelson Mandela, un llamado que solo escucharon los líderes del Movimiento de Países No Alineados.

Durante ese tiempo Francia era el mayor proveedor de armas del régimen sudafricano y lo ayudó a construir su primera central Nuclear en 1976. El apoyo de las grandes potencias de la época fue tan grande que ayudaron al entonces gobierno de Pretoria a exportar terror, creando escuadrones de la muerte para perseguir y eliminar a militantes del movimiento de Mandela, el ANC sudafricano. Uno de los casos más sonados fue el de Dulcie September, asesinada en París el 29 de marzo de 1988.

Pero en la balanza de poder, había apoyo internacional, pasando Mandela a llamarse: solidaridad. En Wembley para junio de 1988, miles de jóvenes y artistas como: Stevie Wonder, Eurythmics, Sting, Tracy Chapman, George Michael, Withney Houston, Peter Gabriel y Dire Straitsse se reunieron para exigir la liberación de Madiba.

El cantante estadounidense Harry Belafonte marcó la pauta, provocando una aclamación entusiasta de la multitud: ‘Hoy estamos aquí para rendir homenaje a un gran hombre, ¡este hombre es Nelson Mandela!'.

El concierto fue seguido en televisión por unas 500 millones de personas.

VERDADES INCÓMODAS

Para hacer justicia a la historia hay que recordar que el elemento decisivo que puso fin al apartheid fue la estrepitosa derrota militar que las tropas cubanas inflingieron al ejército surafricano en Cuito Cuanavale en el sureste de Angola en enero de 1988.

‘Fidel Castro envió a sus mejores soldados a Angola tras la invasión del país por el régimen de Pretoria apoyado por Estados Unidos. La victoria de Cuito Cuanavale también permitió a Namibia, hasta entonces ocupada por Sudáfrica, conseguir su independencia', detalla en sus investigaciones Salim Lamrani, doctor en estudios ibéricos y latinoamericanos de la Universidad Sorbonne de París.

En un artículo titulado ‘Cuito Cuanavale: batalla que terminó con el apartheid', el historiador Piero Gleijeses, profesor de la Universidad Johns Hopkins de Washington, especialista de la política africana de Cuba, apunta que, ‘la proeza de los cubanos en el campo de batalla y su virtuosismo en la mesa de negociaciones fueron decisivos para obligar a Sudáfrica a aceptar la independencia de Namibia. Su exitosa defensa de Cuito fue el preludio de una campaña que obligó a la SADF [ejército sudafricano] a salir de Angola. Esta victoria repercutió más allá de Namibia'.

Ya en libertad el mismo Mandela lo reconoció así durante su visita a Cuba en julio de 1991: ‘la presencia de ustedes y el refuerzo enviado para la batalla de Cuito Cuanavale tienen una importancia verdaderamente histórica. La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África. Esa contundente derrota del ejército racista dio la posibilidad a Angola de disfrutar de la paz y consolidar su propia soberanía. La decisiva derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco y sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica. Sin esa derrota nuestras organizaciones no habrían sido legalizadas. La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes'.

APOYO DE PANAMÁ

El 12 de abril de 1988 el Presidente del Comité especial contra el Apartheid de naciones UNidas, JN Garba, invita a Panamá a través de Leonardo Kam, Embajador Permanente de Panamá ante la ONU a ser parte de una jornada internacional por la liberación de Nelson Mandela.

Fue así como del 8 al 18 de julio se desarrolló la ‘Jornada Nacional por la Liberación de Nelson Mandela', auspiciada por organizaciones cívicas, gubernamentales, el Congreso del negro Panameño, el Centro de Estudios Afropanameños-Cedeap y el Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena, con el apoyo del Centro de Información de Naciones Unidas y la Coordinación del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Presente en esta jornada histórica panameña, el sociólogo Gerardo Maloney, recuerda a Mandela en una nota publicada en Revista Portada en enero del 2014, luego del fallecimiento del líder sudafricano, ‘no solo fue ejemplo de dignidad y perseverancia, de ideales de justicia y libertad; Nelson Mandela; recuerda la importancia de borrar, los sistemas económicos y sociales construidos sobre la intolerancia, la opresión y la segregación, que finalmente envilecen nuestra verdadera naturaleza humana'.

Recientemente, en mayo de este año, por iniciativa de la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles, el puño y la sonrisa de Mandela alumbran los predios de la Universidad de Panamá, un busto que se inauguró en el marco de las actividades conmemorativas de la Semana de Homenajes a los afrodescendientes, que anualmente se celebra en la Universidad de Panamá.

Lo llamaron de mil formas, durante su transito por esta vida. Mandela ya no está físicamente, pero sí su legado, hoy miles de personas lo recuerdan por la celebración del Dia Internacional de Nelson Mandela, que es también el día de su natalicio.

Un hombre que como el poema que recitó durante los casi 30 años de cárcel que acumuló en su vida, se fue ‘Invicto'.

‘No importa qué tan fuerte sea la reja, cuan cargado de castigos sea el decreto, soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma', recitaba Nelson Mandela, el poema de William Ernest Henley, en el silencio de su encierro, él sin saberlo vencía al mundo.

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27 AÑOS

Pasó en la cárcel, 18 de ellos en el recinto de Robben Island. Portó el número 466/64, el cual se acabó por convertir en símbolo de su lucha por la igualdad racial.

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