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- 17/11/2011 01:00
PARÍS. El pintor de exvotos Alfredo Vilchis Roque, descubierto hace unos años en el "mercado de pulgas" de México, expone sus retablos en el Louvre, al tiempo que una galería parisina le dedica una muestra, consagrando una trayectoria inaudita y el humilde arte de los milagros.
Guerras, narcotraficantes, emigrantes clandestinos, maridos violentos, prostitutas: todos los males y catástrofes de México están retratados en los cerca de 200 retablos que expone la galería Frédéric Moisan, en el elegante barrio de Saint Germain des Près.
En uno de esos retablos, también llamados ‘milagros’, un emigrante agradece a un santo de que no fue capturado por la migra estadounidense, al cruzar el Río Grande.
En otro, una prostituta con un ceñido vestido color rosa encendido da gracias a la virgen de que no quedó embarazada, en una de tantas noches pasadas con clientes en un oscuro cuarto de hotel.
En el Louvre, los exvotos del modesto pintor autodidacta figuran en la exposición titulada ‘El museo del mundo’, que ha sido organizada por el premio Nobel de Literatura francés, Jean Marie Le Clézio, a quien el museo parisino dio carta blanca.
Le Clézio confronta en esa exhibición, que cierra a fines de enero, los exvotos del mexicano con bellos retablos medievales, en plata, que son parte de las fabulosas colecciones del museo parisino.
‘Es un milagro de Dios estar aquí, y es también un gran honor. Y se lo debo a mi madre’, dijo entre lágrimas.
‘Es a ella, y a la virgen de Guadalupe, la patrona de México, a quien les debo mi vocación de pintor’, subrayó Vilchis en una reciente entrevista con la AFP en la galería Frédéric Moisan.
‘Una vez, yo estaba desempleado. Y como no tengo estudios, ni profesión, me angustiaba mucho. Y me preguntaba ¿qué voy a hacer, cómo vamos a comer?’, dijo este ferviente católico, padre de cuatro hijos.
‘Y un día, alguien me enseñó un exvoto. Y yo me quedé viéndolo fascinado, porque me recordé de cuando era niño y acompañaba a mi madre a la Basílica de Guadalupe, y cómo me fascinaba ver esos cuadritos llenos de colores’, recordó Vilchis, con la voz quebrada por la emoción.
‘Y entonces empecé a pintar exvotos. Y cuando la gente los veía en el mercado, me pedía que les hiciera uno, para dar gracias por algo bueno que les había pasado, o para pedir algo a la virgen’, dijo el artista, que contó que lo que más le gusta pintar son los exvotos de amor, para dar gracias por recobrar un amor perdido’.
‘Le he dedicado 25 años al exvoto’, subrayó Vilchis, que empezó estudiando ese arte con ayuda de libros viejos, y que poco a poco comenzó a pintar capítulos de la historia mexicana, particularmente la Revolución.
‘Quiero contar en mis pinturas la Revolución de México porque que para mí sigue vigente’, recalcó el pintor, que ha titulado uno sus cuadros Viva México, cabrones.
‘He pintado un tren donde vamos todos, mujeres, niños y adultos, para defender el emblema de la Revolución, que está en el corazón de todos, y que todos debemos defender’, señaló.
Vilchis se dijo muy agradecido a Frédéric Moisan, que lo trajo a París, y al artista francés Hervé Di Rosa, que contribuyó a darlo a conocer en Francia, con el libro La Rue des miracles (La Calle de los Milagros), publicado por la editorial du Seuil.
Pero guarda sus mayores agradecimientos para ‘la virgen morena’ y para la patrona de París. ‘Voy a pintar un exvoto a nuestra señora de Notre Dame por recibirme e invitarme a venir a París, y también a mi virgencita de Guadalupe’, prometió.