Moravia Ochoa: 'No podemos permitir que nuestra historia sea borrada de la educación nacional'

Actualizado
  • 08/12/2020 00:00
Creado
  • 08/12/2020 00:00
La escritora panameña se ha convertido en la segunda mujer en recibir la condecoración Rogelio Sinán por sus aportes a la literatura nacional. El trasfondo como luchadora y activista civil hace de sus obras íconos de la revolución del pensamiento panameño

Con emoción aún notoria en su voz, la escritora y poeta panameña Morovia Ochoa López conversó con La Estrella de Panamá acerca del reciente reconocimiento que le fue otorgado por el Ministerio de Cultura (MiCultura), el Ministerio de Educación (Meduca) y el Consejo Nacional de Escritoras y Escritores: la condecoración Rogelio Sinán, un premio bianual que reconoce los méritos y logros de escritores dentro de la literatura nacional. Este es uno de sus mayores logros, tras ser ganadora del prestigioso Premio Ricardo Miró por sus poesías y cuentos, por lo que se ha posicionado como una de las damas de las letras de mayor importancia en la literatura panameña. Además de su trasfondo en las letras, Ochoa se dedica al activismo civil y a la lucha por un mejor desempeño educativo para las nuevas generaciones. Aplaudió la labor de MiCultura durante su primer año de funciones y el apoyo que “continúa dando” a los escritores panameños. “Ser escritor es algo que se da por vocación, cualquier artista de las letras o de otras gamas de este sector, se dirige con la inspiración y un sentido agudo del mensaje que busca transmitir”, expresó a este diario la escritora panameña. Ochoa considera que su obra se caracteriza por incursionar en temas de “todo lo que aflige y hace abrir la curiosidad del ser humano”, como solo la literatura permite hacer.

Moravia Ochoa López se ha destacado por ser la segunda mujer en obtener el prestigioso reconocimiento en honor al maestro Rogelio Sinán.
¿Cómo empezó su camino en la literatura y el oficio de escritora?

De niña yo leía muchos libros de mi mamá, me atraía Don Quijote de la Mancha o Nuestra Señora de París y los leía junto con ella. La lectura se volvió parte imprescindible en mi vida, y me dio el sentimiento de seguridad de que podría leer todo lo que cayera en mis manos y escribir sobre todo lo que me rodeara. La lectura me dio el poder de hacer lo que hago ahora y de disfrutarlo a cada momento.

¿Cuando escribe sus obras, cuál es la visión que busca transmitir a través de las páginas?

Como escritores, escribimos sobre diversos asuntos desde el ser humano en sí, las emociones, perspectivas del mundo, críticas, comentarios sociales, de personalidades y de situaciones propias o externas. Los sentimientos suman mucho a la literatura y en una época reciente de este arte, los criterios, ideales, sueños de un país mejor en pleno desarrollo, la vida, la muerte, el amor, y todos estos elementos se ven acumulados en la obra de cualquier escritor.

¿Cuál es la obra de la que más se enorgullece?

Me siento muy conectada con La casa inmaculada en cuanto a poesía, así mismo con Ensayo para ser una mujer y un libro al que creo que no se la ha puesto suficiente atención: La trampa y otras versiones inéditas, que es un libro de cuentos que tiene como centro una crítica hacia la violencia social y el comportamiento de las parejas, junto con las dificultades que existen y que hasta hoy se busca erradicar y se mantienen en la conversación global. Me gustaría que fuera recomendado como lectura educativa en los colegios, ya que expone una realidad que muchas veces ignoramos y que ahora ha ganado un auge en la palestra pública, además muestra los sentimientos y la dureza de una vida familiar en torno a la violencia. En mi caso, mis padres se divorciaron, pero nunca hubo violencia de por medio, tuve la suerte de tener una vida normal; pero sí se ven situaciones complejas y que deben ser intervenidas, pero luego vemos que la policía y las autoridades no les prestan la atención que merecen estos casos. Recomiendo que se ponga mucha atención en los colegios donde se educa la ética del niño para que cuando este crezca se convierta en un ciudadano que forme una familia basada en los valores correctos, donde las palabras y las acciones sean de cariño y comprensión.

¿Cómo podemos llevar la literatura nacional a la palestra pública?

Es un proceso que tiene que empezar con la preservación. Me llena de asombro cómo desaparecen las revistas de cultura y arte panameño, cuando en otros países estos productos están surgiendo y son apoyados por la población. Faltan revistas nacionales de arte y cultura, que acojan asuntos que tengan que ver con la música, para que las personas conozcan la historia detrás de este arte sinfónico. Cuando se tenga información sobre el arte, las personas se sentirán más atraídas y querrán preservarlo, enseñarlo, apreciarlo y hacerlo crecer.

Educación y literatura, ¿considera que ha sido difícil entrelazarlas para un mayor fortalecimiento de ambas?

Se necesita mayor educación a través de los cuentos, la poesía, las novelas y la música. Las escuelas han eliminado de sus programas la música, lo que aleja a los niños de la cultura. Se necesita mayor involucramiento en la enseñanza de los niños y su unión intrínseca con las artes desde edades tempranas. Los medios de comunicación deben tener segmentos en donde presenten espacios educativos en literatura, arte, música y demás, siendo promocionados de la mejor manera. Ser escritor no es fácil, hay una gran deficiencia en la promoción y publicación de libros que tocan temas educativos en artes para los jóvenes y niños, sin embargo, hay una mayor ausencia de interés en la cultura desde las aulas. Si educamos a los niños para amar a la patria y lo que la conforma, no tendríamos tantos problemas en el país.

¿Cómo podemos rescatar aquellos autores literarios que no son tan conocidos y cuyas obras se mantienen ocultas?

Se deben abrir las bibliotecas escolares, aunque sean pequeñas, pero se necesita un espacio literario en cada colegio público y particular. No puede haber un colegio que no tenga un espacio dedicado al estudio de las letras y a fomentar la lectura, análisis, pensamiento crítico y aprendizaje ágil. Cada director debe sentir que parte de su tarea consiste en crear bibliotecas y espacios donde los estudiantes puedan aprender mejor e interiorizar lo que se les enseña. Insisto en la necesidad de que volvamos a enfatizar la importancia de las conferencias, seminarios, paneles y conversatorios, sobre temas diversos que el ser humano debe conocer. No podemos permitir que nuestra historia sea borrada de la educación nacional, como ahora se ha manifestado con la eliminación de la materia relaciones de Panamá con EE.UU., donde muchos escritores e investigadores panameños aportaron datos significativos para el estudio de ese proceso de cientos de años.

En medio de un panorama complicado y un descontento presente, ¿de qué manera las personas pueden aprender de las luchas pasadas para mejorar el país en el presente?

Las luchas no han parado, pero en la situación de la pandemia las personas se han sentido derrotadas, frustradas (cosas que deberían recoger los autores para la posteridad), pero debemos contribuir al fortalecimiento de los ideales patrios. Dentro de todos los actores que se están manifestando en estos momentos, considero que la labor periodística es la más importante, porque se les debe decir a los gobernantes lo que deberían hacer, con valentía y honestidad, así como con la evidencia de investigaciones de periodistas que están acogiendo las necesidades que todos los pueblos sentimos. Somos luchadores y guerreros todavía, somos parte de las personas que no queremos que continúe la discriminación y la corrupción política. El panameño se debe sentir digno de tener el país en el que vivimos, pero todos debemos trabajar para transformarlo, cambiarlo para bien y mejorarlo orientando las futuras decisiones nacionales con la historia pasada que yace escrita en libros y copias de periódicos.

¿En que tendrá que trabajar la sociedad en la postpandemia?

En todo, aún más en el amor a la patria. Hay que volver al pasado y recoger lo mejor, abandonar aquello donde hemos estado incursionando que no da provecho ni es de beneficio para el país. Somos gente interesante, pero hay obstáculos que aún hay que derribar en la cultura, la educación y la salud. Habrá que trabajar más que nunca en la educación cultural, en la promoción mediática de lo que nos enorgullece como panameños y revisar lo que aún nos falta por completar. Ha habido una tendencia a ignorar a Panamá, lo que fue antes, una nación guerrera que se defendía de todo, sin ser amante a las armas. Teníamos organizaciones que luchaban por la paz, el bienestar de la población, y el mensaje siempre era que pese a todo, manteníamos una institución policial que se interesaba en servir y proteger, algo que se necesita volver a revisar.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus