¿Puede Venezuela enfrentar a Estados Unidos? El arsenal de Maduro ante un posible choque militar
- 14/11/2025 11:27
Caracas exhibe misiles, drones y tropas, pero expertos aseguran que gran parte del armamento no está operativo y que Washington neutralizaría su defensa con rapidez
La llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande y moderno del mundo, a aguas próximas a América Latina elevó la tensión entre Estados Unidos y Venezuela a niveles no vistos desde finales de los años ochenta. Aunque Washington mantiene ambigüedad sobre el propósito de este despliegue, Caracas lo interpreta como un paso previo a una posible ofensiva.
En respuesta, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, anunció un “despliegue masivo” de tropas y milicias en todo el territorio nacional: cerca de 200.000 efectivos, según dijo, además de fuerzas terrestres, aéreas, navales y sistemas de misiles activados para “proteger al país”.
Pero la espectacularidad del anuncio contrasta con las dudas sobre la estructura militar real del chavismo.
El gobierno de Nicolás Maduro insiste en que millones de venezolanos están listos para defender la nación. Sin embargo, especialistas coinciden en que esas cifras están infladas. El exembajador estadounidense James Story señala que la FANB vive su peor momento: escaso entrenamiento, mantenimiento deficiente y una alta tasa de deserciones.
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El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) estima que Venezuela cuenta con 123.000 efectivos en servicio activo, 220.000 milicianos y 8.000 reservistas, pero no todos disponen de armamento funcional.
“Es una sombra de lo que fue”, dice Story, aunque reconoce que el país aún conserva equipos que podrían destacar en la región, pero no necesariamente ante la mayor potencia militar del planeta.
Pese al desgaste institucional, Venezuela mantiene sistemas avanzados adquiridos en las últimas dos décadas:
Aviones Sukhoi de fabricación rusa, considerados los más poderosos de Sudamérica.
Un remanente de F-16 estadounidenses comprados en los años ochenta, de los cuales solo uno o dos seguirían operativos.
Misiles antiaéreos Igla-S, que Maduro ubicó recientemente en “posiciones clave” y que pueden derribar drones, helicópteros o aeronaves a baja altura.
Drones armados ANSU-100 y ANSU-200, derivados de modelos iraníes.
Vehículos blindados VN-4 de origen chino.
Sistemas de defensa aérea Pantsir-S1 y Buk-M2E, también de origen ruso.
Lanchas rápidas Peykaap-III enviadas por Irán, equipadas con misiles antibuque.
No obstante, según el analista internacional Andrei Serbin Pont, una parte considerable de ese equipamiento no está operativo.
“Existe una brecha enorme entre lo que Venezuela dice tener y lo que realmente funciona”, afirma. Falta de repuestos, mantenimiento irregular y obsolescencia tecnológica afectan especialmente a los sistemas más antiguos, como los misiles Pechora, que Serbin Pont asegura que EE.UU. podría neutralizar “con facilidad”.
Incluso los 5.000 misiles Igla-S anunciados por Maduro generan dudas: el país solo dispone de unos 700 lanzadores, suficientes para amenazar vuelos a baja altitud, pero no para frenar una operación militar estadounidense.
El plan estratégico del chavismo se basa en el concepto de “periodización de la guerra”, que contempla:
Inestabilidad interna, supuestamente provocada por injerencia extranjera.
Un choque con un país vecino (Colombia o Brasil).
Una eventual intervención de EE.UU.
Una resistencia prolongada, con grupos armados dispersos entre la población.
Según Serbin Pont, el gobierno busca dar a entender que, si EE.UU. ataca, armas y misiles podrían terminar en manos de milicias o incluso grupos irregulares como el ELN o ex-FARC, lo que desataría un escenario de caos.
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El oficialismo ha reforzado esta narrativa instruyendo a comunidades pobres en el manejo de armas y hablando de una “guerra prolongada”, como advirtió Diosdado Cabello.
Pero analistas consideran improbable que la población se movilice en defensa de Maduro, un líder con rechazo creciente incluso dentro de las fuerzas armadas.
Story lo resume sin rodeos: “Maduro no lograría apoyo para una guerra de guerrillas. Ni siquiera pudo conseguir cuatro millones de votos en las últimas elecciones”.
A pesar de la retórica belicista, los especialistas coinciden: Venezuela no está preparada para enfrentar un conflicto directo con Estados Unidos. Sus sistemas más modernos serían útiles en un enfrentamiento convencional con países vecinos, pero carecen de capacidad real para desafiar a Washington.
La llegada del USS Gerald R. Ford no solo exhibe la fuerza militar estadounidense; también pone a prueba la verdadera capacidad del aparato bélico venezolano, cuyo poderío se revela mucho más vulnerable de lo que Caracas proclama.