Colón y los cambios consulares de 1938

Parque de la Exposición, Lima, 1905 - Colección privada Fernández-Tapia. Cedida
  • 01/11/2025 14:54

El año 1938 registra una modificación tanto en la conducta administrativa consular como en la existencia misma de consulados extranjeros en Colón. Ese año, el Perú, Chile, Colombia, México y Ecuador deciden llevar adelante una reorganización consular en el istmo.

La razón principal fue la baja recaudación por los servicios consulares que se brindaban en Colón. Ni el aumento de las tarifas consulares ni la ampliación de los horarios de atención al público lograron revertir la situación. Había, de un lado, una tendencia general de concentrar todos los actos administrativos en Ciudad de Panamá; y de otro, el canciller panameño Lefevre sugería constantemente relocalizar los consulados de carrera en la capital.

Fernando Rodríguez Pastor era el cónsul peruano de carrera que trabajaba en Colón y que, desde 1937, estableció un nuevo horario de 9am a 4pm de lunes a viernes mientras que los sábados laboraría de 9am al mediodía. Sin embargo, su balance anual reveló déficit, es decir, la recaudación no era suficiente ni para cubrir los gastos operativos del consulado (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 8-39-B,of.24,doc.25,1937). Es así que Cúneo Harrison, Ministro Plenipotenciario del Perú ante Panamá desde el 20 de setiembre de 1937 (MRE, Caja 5-20-A,doc.29,1937), asumió como encargado del Consulado General del Perú en Ciudad de Panamá desde abril de 1938 con jurisdicción en Colón.

En julio de ese año informó que Colombia había establecido un nuevo Consulado General en Panamá -separado del local que ocupaba la embajada- a cargo del diplomático bogotano Antonio Rueda (MRE, Caja 8-39-A,of.28,doc.27,1938) cesando en sus funciones Sabas Villegas, cónsul desde 1932 y secretario de la Cámara de Comercio Colombo-panameña. Cúneo destaca también la inmejorable ubicación del flamante consulado colombiano en la calle Ecuador nro. 30, frente a la Legación británica.

Chile también redistribuye sus consulados. En enero de 1938, Cúneo reportó que Chile había suprimido su consulado en Colón y había concentrado a sus funcionarios en el consulado general chileno en Ciudad de Panamá que, a su vez, se separó de la embajada y tenía local consular propio.

Hasta antes de este cambio, el consulado de Chile en Colón era el que otorgaba los visados pero su obtención generaba gastos adicionales en los usuarios (tren, alimentos, albergue) sean estos extranjeros o chilenos; un esfuerzo grande que no se condecía con la pobre recaudación consular de ese momento.

Igual le sucedía a México en Colón que también registraba déficit de recaudación. Para ambos países el consulado en Colón se mantenía por los servicios que se cobraban a los buques que venían de Vancouver y de Asia (MRE, Caja 5-20-A, of.8,doc.8,1938).

Cinco meses después, México modificó la categoría de su misión diplomática. Deja de ser embajada y pasa a Encargaduría de Negocios. Se retiró al Ministro Plenipotenciario Vicente Estrada Cajigal para enviarlo a Chile y se nombró al primer secretario Rafael Fuentes que es trasladado de Washington DC a Ciudad de Panamá.

La oficina consular que tenían en Colón pasa a la condición de consulado honorario y todo el personal se concentra en la capital ístmica (MRE, Caja 5-20-A,of.47,doc.47,1938).

En junio de 1938, Ecuador también reorganizó sus consulados, pero no por razones fiscales sino políticas. El Cónsul General de Ecuador en Colón era el coronel Olmedo Alfaro que aspiraba a la presidencia de su país (en 1937 el dictador ecuatoriano general Alberto Enríquez Gallo lo había designado cónsul general con jurisdicción en toda la república panameña). Tenía varios años como cónsul y era un rico propietario de inmuebles panameños. Era, además, hermano del capitán Eloy Colón Alfaro, embajador de Ecuador en Washington DC.

En esas circunstancias, Olmedo se postuló como candidato presidencial por el Partido Radical Agrario (nota de Panama America, 30 junio de 1938) para las elecciones previstas para el 10 de agosto de ese año pero no alcanzó la victoria (MRE, Caja 5-20-A,of.64,doc.64,1938).

Luego de ello, Ecuador concentró a todos sus funcionarios consulares en ciudad de Panamá y la oficina en Colón quedó deshabilitada. Olmedo Alfaro (hijo del luchador Eloy Alfaro) se quedaría en Panamá por los siguientes veinte años, moriría en Colón, el 18 de mayo de 1959, a los 81 años de edad (Pérez,2025).

En este momento de celebraciones continentales en que se recuerdan los ahora bicentenarios esfuerzos diplomáticos de cada nación latinoamericana para su reconocimiento jurídico internacional, la memoria social sobre los esfuerzos consulares parece un tanto distendida.

Las pinceladas consulares que aquí se presentan de aquel 1938 buscan recordar el papel que los cónsules, de carrera u honorarios, vienen aportando a la construcción de las respectivas historias republicanas.