Con preocupaciones celebramos 25 años del Canal panameño
- 23/09/2025 11:24
Me enteré con satisfacción que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) festeja con un interesante programa anual 25 años del Canal en manos panameñas. Como uno de los cuatro sobrevivientes del equipo negociador panameño que lo hizo posible, deseo adelantar algunas reflexiones sobre nuestro Canal, desde su construcción hasta hoy.
Durante treinta y cuatro años de esfuerzos de decenas de miles de hombres que vinieron de varios continentes y bajo la égida de empresarios y gobiernos de Colombia, Francia, Panamá y Estados Unidos, se construyó lo que fue considerado en su inauguración una de las maravillas del mundo. Desde el 15 de agosto de 1914 el Canal de Panamá -salvo ajustes los cuatro años siguientes- ha funcionado sin interrupción durante más de un siglo y ha facilitado grandemente el crecimiento económico y la elevación del nivel de vida de las poblaciones en continentes y países diversos al transportar mediante barcos entre el Atlántico y el Pacífico, a un menor costo y en menos tiempo, sus producciones a otros mercados de consumo y los insumos para su desarrollo. Ofreció ventajas exorbitantes, geopolíticas y económicas a Estados Unidos, y fue elemento notable de su elevación al estado de superpotencia.
En las dos grandes guerras mundiales el Canal favoreció la más rápida extinción de conflictos internacionales, sobre todo en la cuenca del Pacífico, y el triunfo de los Aliados. Ha contribuido también a disminuir la contaminación ambiental planetaria al acortar los tiempos de recorrido de las grandes naves que atraviesan los océanos, que consumen así menos energía.
El Canal fue objeto de 1964 a 1977, de negociaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Panamá, que concluyeron con los Tratados Torrijos-Carter que reconocieron la plena soberanía panameña sobre la Zona del Canal, verdadero enclave colonial que desapareció el 1 de octubre de 1979, y transfirieron al final de 1999 la vía acuática a la República de Panamá. Todo esto sucedió en 21 años desde 1979 cuando entraron en vigencia dichos pactos bilaterales. Además, el Canal de Panamá deberá servir para siempre a buques de todas las banderas, sin discriminación, en cumplimiento estricto del Tratado de Neutralidad Permanente.
A Panamá, hasta el 1 de octubre de 1979, el Canal sólo produjo directamente migajas: en 65 años Estados Unidos le entregó, en concepto de anualidad del Canal, solamente 74 millones de dólares. En los 21 años siguientes (1979 -1999) los pagos sumaron 1.803 millones de dólares gracias a una mayor compensación acordada en el Tratado del Canal de Panamá. Mientras que el Canal, ya panameño, aportó al fisco en 25 años, desde el 1 de enero del 2000, mucho más: 28.232 millones de dólares. Fondos multimillonarios que por ley pasaron al presupuesto estatal para, en principio, contribuir al desarrollo social.
El Canal se adelantó al futuro al crear nuevas rutas y determinó el diseño del Panamax, el barco óptimo para sus viejas esclusas. Atrajo innumerables inmigrantes al istmo panameño, fortaleciendo un gran laboratorio social activo desde hacía siglos, en donde gentes de los más diversos orígenes culturales llegaron y permanecieron para integrar el grueso de nuestra población.
El Canal es el principal instrumento de aprovechamiento de nuestra posición geográfica, la columna vertebral de la economía panameña de servicios para un mercado internacional y el mayor símbolo del país en el exterior.
El Canal hoy no es el mismo que recibimos hace 25 años. Después de una inversión panameña en mejoras y mantenimiento, más de 15.500 millones de dólares nuestros, ha duplicado su capacidad y su valor con la apertura, además, en 2016, de enormes nuevas esclusas que permiten el paso de las gigantescas naves Neopanamax. La ACP proyecta invertir en el embalse de Río Indio para aumentar la disposición de agua para su funcionamiento y para el consumo de la mitad de la población nacional. Invierte en formación y entrenamiento de su excelente fuerza laboral para continuar sirviendo, de manera eficiente y segura. Por probidad y competencia, la ACP es un modelo para la administración pública que necesita depurarse y modernizarse.
El Canal de Panamá en manos exclusivamente panameñas desde hace ya 25 años, ha funcionado de manera ejemplar gracias a un acuerdo de todas las fuerzas políticas y sociales -registrado en su Título Constitucional- que ha sido respetado por seis administraciones presidenciales de signos políticos diversos y ha resistido repetidas apetencias de importantes políticos depredadores. Resiste ahora las pretensiones de la alta dirigencia de Estados Unidos que quiere pasar sus naves de guerra gratis, lo que sería una inaceptable violación del Tratado de Neutralidad.
Al conmemorarse el vigésimo quinto aniversario del Canal en manos panameñas, registramos que enfrenta nuevos desafíos: competencia de otras rutas, actuales y potenciales, terrestres y marítimas; transformaciones del comercio marítimo internacional durante el siglo XXI, y falta de agua para su mejor funcionamiento. Se habla de ampliar su capacidad cuando llegue a su límite y algunos hasta proponen la construcción de un canal a nivel del mar. Debemos afrontar fuertemente unidos las pretensiones de los que plantean tomarse a la fuerza el Canal. Confiamos en que los responsables por la administración del Canal (ACP), con el apoyo del Gobierno nacional, enfrenten con entereza esos importantes retos, continúen adelantándose al futuro y los resuelvan porque de ello depende también nuestro porvenir.
Más información en mis libros: Diez años de administración panameña del Canal (2010), El Canal de Panamá, el triunfo de la innovación constante (2018) y Reflexiones sobre Panamá y su destino de 1990 a 2024 (www.omarjaen.com.pa)