El innegable legado de Hugo Chávez
- 09/09/2025 00:00
De militar resentido empapado en las aguas de un trasnochado marxismo que nunca entendió porque nunca leyó nada, surge Hugo Chávez. Nace en Sabaneta, estado de Barinas, suroccidente de Venezuela, empobrecida población que en 1975 tenía 15 mil habitantes.
Siendo teniente coronel, en su intento de golpe en 1992 cae preso, muriendo en la asonada 143 personas. Su liderazgo se acrecienta al dejarlo hablar públicamente antes de llevarlo a prisión: “los objetivos no se habían logrado “por ahora”, prometo que vendrán nuevas posibilidades para el país.” Los custodios que imprudentemente permitieron que Chávez se dirigiera a la Nación, quizás también eran parte de la asonada. Ello sirvió de abono en un país deseoso de cambios profundos ante el anquilosamiento de los partidos que se turnaban el poder, Acción Democrática y COPEI.
Chávez estuvo preso por dos años. Fue indultado por el presidente Rafael Caldera. Aspiró a la presidencia sin posibilidad alguna por la polarización que existía entre AD y COIPEI. Visitó Panamá y en el programa Fuego Cruzado de TV2, lo entrevistamos en vivo Mario Rognoni y yo. Parecía inofensivo y sensato. Aspiraba, según explicaba, a que Venezuela fuera libre del capitalismo salvaje a que lo habían llevado, brindándole la posibilidad de redención a su pueblo. Se presentó como el antipartido, llegando solo al 3 % de las encuestas. Así como vino a Panamá, fue invitado a Estados Unidos, país que le negó la visa argumentando que había participado en un golpe de Estado. Al antipartido se le sumó el antigringo, convirtiéndolo en el “candidato ideal” de los irredentos, pero también de las clases poderosas, hartas de tener que rendirles pleitesía a los gobernantes de turno. Así ganó Chávez en 1998 con el apoyo de la izquierda y los dueños de medios y grandes empresas. Lo demás es historia.
Durante el mandato de Hugo Chávez todo fue de maravilla, pero no para la población engatusada con populistas programas sociales, llamados “Misiones”, sino para toda su familia, sus padres y seis hermanos, convirtiendo la desconocida Sabaneta como el centro del poder. Los que participaron con él en el golpe salieron millonarios. Todo lo que tocaban lo destruían –o se lo robaban-así como lo que expropiaban terminaba en ruinas. Y así ha seguido. Una de sus hijas se le demostró ser una de las mujeres más ricas del mundo.
Cuando Fidel Castro, huérfano del apoyo soviético, se da cuenta de lo que Chávez puede hacer por su “revolución”, lo bautiza como su sucesor, aunque en privado lo considera un tonto. ¿Se imaginan lo que esa bendición tuvo en un mediocre como Chávez? La hija de Castro calificó al militar venezolano como el títere de su padre. Cuba conquistó a Venezuela sin disparar un tiro.
A nivel continental minaron la Organización de Estados Americanos al no aceptar jurisdicción de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En este propósito, hicieron mancuerna con Ecuador (Rafael Correa), Bolivia (Evo Morales), Argentina (Cristina Fernández), Nicaragua ( Daniel Ortega) y Honduras (Manuel Zelaya). A punta de regalarles petróleo, se hicieron de la mayoría de los votos de pequeños países del Caribe. Así llegó el chileno José Miguel Insulza a la Secretaría General de la OEA.
Con sus petrodólares, no solo corrompieron a muchos venezolanos, los nuevos ricos llamados bolichicos y muchos extranjeros, incluyendo decenas de panameños que, en público, decían detestar al chavismo, pero privado disfrutaban de sus mieles.
Al nombrar a Maduro en 2013, Cuba escoge a la ficha más comprometida con ellos, donde fue formado políticamente. Poco importó si no hubiese nacido en Venezuela, como en su momento demostré, y que careciera del carisma de Chávez. Su poder sigue siendo el petróleo, pero aumenta con el tráfico de drogas con el Cartel de los Soles, nombrado así por el símbolo de rango de los generales venezolanos, el tráfico de oro y la exportación del Tren de Aragua, que son delincuentes sacados de las cárceles para infiltrar el continente.
Sus alianzas con China, que pronto podrá quedarse con toda la industria petrolera venezolana por el dinero que les deben, y Rusia, se suma la explosiva permisividad con el terrorismo islámico, permitiendo a Irán construya toda clase de armas en su territorio.
Tras haberse robado muchas elecciones, concluyen el 28 de julio de 2024 con la apoteósica derrota que reciben de la oposición con Edmundo González de 70 % a 30 %, haciendo un colosal fraude sin poder mostrar nada que lo justifique.
Tras haber robado miles de millones, empobrecido a millones de venezolanos, violado tantos derechos humanos y asesinado a inocentes, inundado de drogas al mundo, aliándose a los terroristas islámicos, ahora tiemblan de miedo, hablando pendejadas sin sentido.
Están cosechando lo que sembraron.