La manía de mezclar minería con religión
- 22/11/2025 00:00
Respondo en este artículo al publicado en este medio el pasado 11 de noviembre por el profesor Roberto Pinnock Rodríguez titulado “El carácter anticristiano de la economía extractivista: el escenario colonial”. Ya el título provoca rechazo pues excomulga a cristianos dedicados a la minería, declarada anticristiana; lo que no ha dicho el Magisterio de la Iglesia.
Cita en su apoyo palabras del Papa Francisco sobre las bienaventuranzas evangélicas, que son su proyecto de vida y de todo cristiano. Lo que es obvio. Pero eso nada tiene que ver con la minería. Lo que sí habló el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si es del respeto a la naturaleza. Como también habló en su discurso a los mineros el 3 mayo 2019, que consideró pertinente el título de su reunión “minería para el bien común”; pero no solo no atacó la minería, sino que dijo: “La minería, como toda actividad económica, debe estar al servicio de toda la comunidad humana”. Por cierto, aunque el columnista dice en verdad cuando acusaron al Papa de izquierdista; también es verdad que el Papa, en esa misma entrevista, dijo que no se confundiesen, que el marxismo es un error.
Basar el carácter anticristiano de la mineria en las bienaventuranzas parece descabellado. Para comenzar, la cita que hace de las bienaventuranzas del evangelio de Mateo es errónea. Declara el autor que las bienaventuranzas han sido atacadas por las élites económicas del sistema colonial porque niegan el modelo social. No sé de donde saca esa generalización de cinco siglos de historia sin base científica, pues no cita fuentes. Y pone de ejemplo la primera y la cuarta bienaventuranzas. Basta leer la catequesis del Papa Francisco sobre las bienaventuranzas en sus audiencias de los miércoles de 2019: ninguna da pie a declarar anticristiana la minería ni la responsabilidad de las élites económicas. El Papa explica en la primera bienaventuranza que los pobres de espíritu son los que se sienten mendicantes en su interior; no debe ser la misma que leyó el autor del articulo (audiencia 5 de febrero); o la cuarta, los que tienen hambre y sed de justicia, dice el Papa que son de la sed de ver a Dios y de hacer le bien a los demás (audiencia 11 marzo), poco tiene que ver con el título de su artículo. Las bienaventuranzas se aplican a todos, no solo a las élites económicas, a todas las profesiones y personas, al autor del artículo y a mi.
Sigue el columnista denunciando la expropiación colonial realizada por las élites en la región argumentándolo con encíclicas de los Papas. Cita, erróneamente de nuevo, al Papa Pio XII y la Rerum Novarum (de Leon XIII); cita al Conciilio Vaticano II, a los Papas Pablo VI, Juan Pablo II. Todos ellos efectivamente han establecido en sus encíclicas el respeto a la naturaleza y la dignidad de la persona humana. Toda una doctrina recogida en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia del año 2004: doctrina fantástica sobre la guerra, la paz, el desarme, la economía, la cultura, la politica , la familia, las relaciones internacionales, la prioridad y dignidad de la persona humana, el destino universal de los bienes, el cuidado de los recursos, bosques, agua, el respeto a los pueblos indígenas y sus tierras. He explicado este Compendio en cursos de doctorado; y por cierto, no declara anticristiana la minería. Son principios éticos; como los hay en la biomedicina y economía.
Otro argumento del columnista es que poseyendo los medios que producen riquezas las élites económicas solo buscan su máxima ganancia en contra de una mejor distribución. Tiene razón el autor, como los Papas, en que este es un mal a luchar, la corrupción politica, la mala distribución de los recursos y la riqueza, pero el camino son politicas públicas justas y sociales, nunca la confrontación.
Defiende su tesis atacando a las corporaciones financieras como JPMorgan, Citygruop, Bank of America etc. imputándoles un gasto en minería extractivista de combustibles fósiles de 1298 billones, once veces superior a lo gastado en energías renovables; sin citar de nuevo ninguna fuente; poco científico. Pero estas instituciones no responden, solo prestan dinero a proyectos que aprueban y deciden los Gobiernos Nacionales. Mas qué problema anticristiano hay con distribuir un combustible fósil como el gas que permite que cocinemos en nuestras casas. Si quiere datos más aproximados de esas inversiones lea la edición de 17 junio 2025 TheGuardian. Si quiere saber toda los gastos y la riqueza mundial creada por JPMorgan, lea sus estados financieros , no solo en minería, también en Panamá, en https://www.jpmorganchase.com/ir/quarterly-earnings. Ahí tiene fuentes. ¿De donde cree el columnista que se financia el Gobierno de Panamá, el Canal de Panamá, las obras del metro, los programas sociales, puertos, deuda pública? ¿de dónde salen los miles de puestos de trabajo?
Más le valdría leer a Octavio Paz, el mexicano premio Nobel de Literatura, en el laberinto de la soledad, argumentando el logro extraordinario de la Colonia con la construcción de un orden universal cristiano que integró diversos elementos, barroco, arquitectura y Leyes de Indias. O a José Martí que hizo posible que se llamara Hispanoamérica.
Termina su artículo el columnista diciendo que todo es una muestra de búsqueda al máximo de ganancia privada, irracionalidad avara y codicia, perfectamente anticristina. Pero confieso que poco tiene que ver el nombre que le dio a su columna con todo el despliege de fuentes que cita. Mas bien las grandes inversiones mundiales crean riqueza y empleo. Eso sí, hacen falta políticas públicas basadas en la Doctrina Social de la Iglesia para tener un Panamá más justo. Ahí me encuentra a su lado.