Medio milenio de Santa María La Antigua, Panamá y Santa Marta
- 26/08/2025 00:00
Santa Marta, ciudad hermana de los actos fundacionales de Panamá a principios del siglo XVI, festejó el 29 de julio pasado sus 500 años. Una semana de actividades culturales y festivas precedió el evento y otra le sucedió. La celebración de esa historia de medio milenio, ocurrida en un rincón del Caribe, cerca de la alta y espectacular Sierra Nevada, nos recordó lo que vivió Nuestra Señora de la Asunción de Panamá hace ya seis años, en agosto de 2019. Sin embargo, tanto júbilo de los samarios —habitantes de Santa Marta— tuvo también su lunar.
La Conferencia Episcopal de Colombia lanzó un anuncio que nos dejó perplejos. Conmemoraban, decían, “el quinto centenario de la fundación de la primera diócesis continental”, en Santa Marta, cuando sabemos que fue la de Santa María la Antigua en 1513, que luego se trasladaría, desde 1524, a la ciudad de Panamá —fundada unos años antes, el 15 de agosto de 1519—, mientras se esperaba el abandono definitivo de la ciudad darienita a finales de 1524. Santa María de la Antigua del Darién cuyo sitio está en territorio hoy colombiano en la ribera izquierda del Atrato, cerca del golfo de Urabá, fue fundada en 1510 por Martín Fernández de Enciso (c.1469-1533) y Vasco Núñez de Balboa (c.1475-1519) y recibió el 29 de junio de 1514 al primer gobernador de Castilla del Oro, Pedro Arias de Ávila (c.1440-1531) y el primer obispo, el franciscano fray Juan de Quevedo Villegas (c.1450-1519). Le sucedió el dominico fray Vicente Peraza (1489-1524), nombrado obispo del Darién el 9 de diciembre de 1520.
¿Dónde estudiaron aritmética los curas colombianos? La pregunta es válida porque todos sabemos que en fechas del calendario los números más altos son los más cercanos al día de hoy. Así, 1513 y 1524 están más lejos de nosotros que 1525. ¡Que todos los obispos del vecino y querido país lo ignoren es más que preocupante! El papa León XIV, sin duda mejor informado, no repitió el error en su mensaje sobre la conmemoración del 29 de julio.
Un ensayo muy documentado, del doctor Juan Luis Blanco Mozo, de la Universidad Autónoma de Madrid, revela claramente la realidad. Allí dice, en conclusión: “El obispado de Nuestra Señora de la Antigua fue la primera organización eclesiástica creada por el Papa en la América continental. Precedió en apenas un lustro a la fundación del obispado Carolense del Yucatán (bula de León X, 24 de enero de 1518)”. Prosigue el docto historiador: “El traslado de la sede diocesana debió de producirse a finales de 1524 con el consentimiento de la Corona y el Papado. De esta manera, sin estridencias ni rupturas, se aseguró la continuidad de la diócesis del Darién, primero en la vieja Panamá, hasta la destrucción de la ciudad por Henry Morgan (1671), y a partir de 1673 en la nueva Panamá, establecida junto al Ancón. Siendo la actual arquidiócesis de Panamá la heredera legítima de aquella antigua capilla levantada en el corazón del Darién.”
La hermosa ciudad de Santa Marta tiene una historia larga y apasionante desde que fue fundada por Rodrigo de Bastidas (c.1475-1527) el 29 de julio de 1525. Coincidimos con ese personaje que fue el primer europeo que avistó nuestras costas, así como recorrió las de Colombia y Venezuela, en su periplo caribeño en 1501. Han transcurrido cinco siglos en esta joya no sólo del Caribe colombiano sino simplemente de toda la cuenca de ese Mediterráneo americano del que también somos ribereños. Recordemos que Santa Marta tiene la gloria de haber recibido en la Quinta San Pedro Alejandrino al Libertador Simón Bolívar (1783-1830), que murió allí el 17 de diciembre de 1830.
Los vínculos de Panamá con Colombia son antiguos y muy fuertes. Fuimos colombianos durante 164 años continuos, desde la creación definitiva del Virreinato de Nueva Granada en 1739, hasta la fundación de la República de Panamá en 1903. Parte importante de la población panameña tiene orígenes claramente colombianos. Los indígenas kunas (o cunas) y chocoes —gentilicios históricos— llegaron a Panamá del Atrato-Chocó colombiano después de la conquista hispánica de principios del siglo XVI. En 1903 casi todos los habitantes de Panamá habían nacido colombianos y la inmigración desde Colombia ha sido constante e intensa en los siglos XX y XXI. Nuestro imaginario republicano está sólidamente anclado en Colombia, en el pensamiento de sus élites políticas, conservadoras y liberales, que alimentaron a las panameñas hasta más allá de mediados del siglo pasado, cuando Bogotá era todavía un referente educativo superior. Más de mil soldados colombianos que participaron en luchas civiles hasta 1903 yacen enterrados en diversas regiones de Panamá. Nuestra herencia caribe también se arraiga, en parte, en el litoral del norte colombiano, origen, además, de casi la mitad de los próceres de 1903.
Por esas, entre otras razones, los panameños celebramos con gozo y solidaridad el quinto centenario de Santa Marta, hermanados por la geografía y la historia, por un pretérito que hemos fabricado en conjunto, sin necesidad de inventar ningún hecho ni fenómeno histórico. El próximo año festejaremos en Panamá el segundo centenario del Congreso Anfictiónico, convocado en nuestra capital por Simón Bolívar, nuestro primer presidente de la época republicana que nació en 1821, y recordaremos ese pasado que nos invitaba a la unidad continental, al menos de los pueblos hispanoamericanos. Será la ocasión de reencontrarnos con nuestros hermanos colombianos y, por qué no, también con los samarios, para ratificar al mundo nuestra aspiración unitaria y solidaria.