Tomás Arias Ávila, un prócer de 1903

Tomada de Wikipedia
  • 04/11/2025 00:00

Hijo del gran burgués capitalino Ramón Arias Pérez (1825-1879) y de la tabogana Manuela Ávila Barranco (1834-1889), Tomás Arias Ávila nació el 29 de diciembre de 1856 y falleció, de 76 años, el 20 de julio de 1932.

Con motivo de su deceso La Estrella de Panamá resume, en su editorial del 21 de julio de 1932, su temperamento especial: “Desde la cuna hasta el sepulcro, sin una interrupción, sin un desmayo, don Tomás Arias, con una serenidad completa, con una perseverancia digna de otros climas y otras razas, mantuvo una lucha en la que nada significaban los obstáculos, hasta triunfar para sí, triunfar para los suyos y triunfar especialmente en páginas llenas de gloria, para las grandes causas nacionales”. Al así calificado superhombre panameño eso lo llenaba ya de satisfacción como aparece, con cierta inmodestia, en el discurso dado por el homenaje que se le brindó el 9 de noviembre de 1928 en el Teatro Nacional: “Si veneráis en mi el hecho de haber sido uno de los fundadores de la República, y ese hecho os congrega a tributarme tan imponente apoteosis, pensad en que no es obra mía la obra buena, sino obra de Dios que nos ha hecho a su imagen y semejanza”.

De inteligencia excepcional y talento demostrado, Tomás Arias Ávila, “de origen humilde por obra del destino”, con sus propios recursos parte en 1872, apenas adolescente, a realizar estudios en el Collegiate School de Jamaica, para aprender inglés, aritmética, historia, geografía y latín.

A la par de su actividad empresarial, intensa y muy exitosa, Tomás Arias se encamina temprano por la política y la administración pública. Fue cabildante suplente por San Felipe en 1877, diputado en la Asamblea Legislativa del Estado, además de suplente del gobernador de Panamá, Recaudador Fiscal del Departamento, jefe de sección de Fomento e Instrucción Pública y de Hacienda y Contabilidad y diputado por la provincia de Coclé a la Cámara de Representantes en Bogotá en 1886. Fue vicecónsul de Honduras y cónsul de México en Panamá. Representó al istmo en la Exposición Comercial de Jamaica en 1890. Representó la provincia de Panamá en el Congreso en Bogotá en 1892. Fue administrador departamental de Hacienda en 1893, secretario interino de Gobierno y secretario de la Legación de Colombia en Ecuador en 1894. Fue senador en Bogotá en 1896 y secretario de Gobierno del Departamento de Panamá desde 1900. “Era yo quizá el panameño más y mejor relacionado en toda la República” colombiana, afirmaba Tomás Arias.

De la secesión del istmo que preparaban algunos conjurados tuvo conocimiento pocos meses antes del 3 de noviembre de 1903. Cuando se produjo en Bogotá el rechazo del Tratado Herrán Hay en el Senado en agosto de 1903, se comienza a pensar seriamente entre sectores de la burguesía capitalina en la separación de Colombia, la creación de la República soberana y la concertación de un convenio con Estados Unidos para la construcción del Canal.

El núcleo de los conspiradores estaba compuesto de parientes, amigos y socios de Tomás Arias. Sobre la conjura declara en sus Memorias: “decidí aceptar la invitación que me hizo el Doctor Amador y tomé parte activa en todo lo relacionado con su desarrollo y desde ese día asumí toda la responsabilidad... para conseguir el éxito”.

Finalmente, Tomás Arias formó parte del triunvirato que gobernó a la República de Panamá del 4 de noviembre de 1903 al 20 de enero de 1904 cuando tomó posesión como primer presidente de la nueva República el doctor Manuel Amador Guerrero, elegido por la Convención Constituyente. Encabezó la delegación panameña en la conferencia en el vapor “Canadá” surto en la bahía de Limón con los representantes colombianos que trataron infructuosamente, el 20 de noviembre de 1903, de recuperar el territorio panameño.

La gestión del Triunvirato en la ratificación de la Convención del Canal Ístmico de 1903 y su responsabilidad personal a cargo de las relaciones exteriores del joven Estado en el retiro jurisdiccional de Panamá de la Zona del Canal en junio de 1904 han sido fuertemente cuestionadas por juristas e historiadores, mientras que otros estiman que los gobernantes novatos, en neta inferioridad geopolítica, no tuvieron otra opción.

Amador Guerrero nombró a Tomás Arias secretario de Gobierno y Relaciones Exteriores el 20 de febrero de 1904, cargo que ejerció hasta el 31 de octubre cuando renunció por exigencias de Esteban Huertas, jefe del Ejército. Fue diputado en la Asamblea Nacional de 1906 a 1910 y su primer presidente. En 1921 fue ministro en Alemania, en 1928 en Costa Rica y en 1929 también en Nicaragua.

Político conservador propone, dice por realismo, en la Constitución de 1904, con el apoyo de Manuel Amador Guerrero, el controvertido artículo 136 mediante el cual “El Gobierno de los Estados Unidos de América podrá intervenir en cualquier punto de la República de Panamá, para restablecer la paz pública y el orden constitucional, si hubiere sido turbado, en el caso de que por virtud de Tratado Público aquella nación asumiere, o hubiere asumido, la obligación de garantizar la independencia y soberanía de la República”. Evitaba así, según su entender, intentos de recuperación del istmo por parte de Colombia, los golpes de mano de políticos locales inescrupulosos, pero igualmente confirmaba derechos extraordinarios concedidos a Estados Unidos, el largo protectorado sobre Panamá hasta 1939 y dificultades para perfeccionar la total independencia nacional lograda finalmente mediante los Tratados Torrijos-Carter de 1977.

Más información en mi libro La Saga de los Arias en Panamá (2003).