Una reina en Panamá
- 01/12/2025 22:55
Desde su oficialización como expresión de la identidad cultural panameña en la primera década del siglo XX, el Carnaval de Panamá fue creciendo en importancia y popularidad. En octubre 1957, Ernesto Sarmiento, entonces embajador del Perú en Panamá informó a la Ciudad de los Reyes (Lima) que la Junta del Carnaval -de la que formaba parte Alberto Boyd, más tarde Ministro de Agricultura y Comercio- lo había contactado para expresarle el interés de que la Miss Universo, de nacionalidad peruana, enaltezca con su presencia el carnaval de 1958.
En la comunicación que siguió después, los organizadores explicaron que buscaban proyectar esta festividad hacia una dimensión internacional. Viendo en ello una oportunidad para seguir reforzando las relaciones bilaterales, la cancillería peruana impartió las indicaciones necesarias a su misión diplomática la que se puso manos a la obra realizando una serie de reuniones de coordinación con la Junta dada la proximidad de las fechas del evento.
Así, Gladys Zender, Miss Universo 1957, visitó Panamá por invitación de la Junta del Carnaval en febrero de 1958. Viajó en “Aerovías Panama Airways” acompañada de su madre arribando el día 19.
En Tocumen fue recibida por José Alvarado Sánchez, encargado de negocios del Perú en Panamá; por la reina de belleza de la capital y del Club de la Unión señorita Análida Alfaro Estripeau; por la reina del carnaval de Las Tablas señorita Marta Graciela Villalaz González Ruiz; y por el personal diplomático peruano integrado por Manuel Villar, cónsul general del Perú en Panamá; Alfonso Tirado, cónsul general del Perú en Colón; Julio Palomino, vicecónsul peruano; y Julio Piedra y Javier Reátegui, funcionarios administrativos de la embajada peruana.
En el mismo avión llegaron Patricia Benites Wright, Miss Ecuador 1957, y Luz Marina Zuloaga, Miss Colombia 1957, cuyos respectivos Jefes de Legación se sumaron al cortejo.
En su informe, Alvarado señaló que Miss Universo y Miss Ecuador se incorporaron rápidamente al cortejo de coches alegóricos -escoltadas por un vistoso destacamento de la Guardia Nacional en motocicleta- que recorrió las calles centrales de Panamá hasta llegar al Club de la Unión donde todas las reinas -extranjeras y panameñas- fueron recibidas por el Presidente de la República Ernesto de la Guardia Jr. luego de lo cual la Junta del Carnaval ofreció un cóctel de bienvenida a la Miss Universo y a las otras reinas en el que participaron trescientas personas.
En reciprocidad y para rendir homenaje a la belleza peruana, el día 20 Alvarado brindó un cóctel y una recepción en el mismo club para doscientas personas al que asistieron el cuerpo diplomático, autoridades del Canal, becados castrenses peruanos e integrantes de la comunidad peruana residente en Panamá.
A ese evento también asistieron el canciller Aquilino Boyd y su esposa, el Ministro de Gobierno y Justicia Max Heurtematte y el Ministro de Agricultura y Comercio Alberto Boyd (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 5-20-A,of.67,doc.67,1958).
Alvarado añade además que como “novedad culinaria” fue presentada una variedad de sabrosos aperitivos gastronómicos peruanos que fueron el deleite de la concurrencia. Una actividad considerada hoy pionera si se tiene en cuenta que el ‘boom’ de la gastronomía peruana no se produciría sino hasta treintaicinco años después, en la década del ’90 del siglo pasado.
Los días subsiguientes, también para agradecer el gesto de la Junta del Carnaval, se llevaron a cabo los cócteles de Ecuador y Colombia en honor de sus respectivas reinas.
En otro acápite, Alvarado destaca la importancia de una nueva manifestación cultural panameña nacida en 1957: el Carnaval de Las Tablas que nació de una iniciativa del Club de Leones de dicha localidad.
A juzgar por la pormenorizada descripción efectuada por el diplomático peruano que más tarde haría acerca del Festival Nacional de la Pollera, se puede inferir que tuvo acceso a información privilegiada gracias, quizás, a su condición de miembro del club homólogo en el Perú.
Luego de cuatro días en la capital y cumplido todo el programa de actividades, las reinas foráneas dieron por concluida su estancia en el país. Alvarado, al informar a la cancillería peruana que Miss Universo retornaría a Lima una vez cumplidas unas breves escalas técnicas en Bogotá y Guayaquil, aprovechó para explicar que la poca información publicada acerca de la visita de Gladys Zender al istmo se debió a una huelga de tipógrafos que afectó a los periódicos y hebdomadarios panameños.
Tres meses después, Alvarado estaría informando urgentemente al canciller peruano Porras Barrenechea acerca de la ola de protestas sociales que desencadenaría la gesta estudiantil de mayo de 1958 donde halló la muerte el colegial José Manuel Araúz. El esfuerzo propagandístico llevado a cabo en favor de un Panamá turístico quedó relegado a un segundo plano.