Mente sana a través del arte

Actualizado
  • 06/08/2021 00:00
Creado
  • 06/08/2021 00:00
Yadyra Yánez ganó el premio en categoría estudiante a mejor póster presentado en el Congreso Científico de la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia 2021. Su proyecto aborda los efectos de la aplicación de técnicas arteterapéuticas en cuidadores de adultos mayores durante la pandemia en Panamá.
Yáñez preside la fundación Mai Panamá, que ha sido creada a través del proyecto #Adoptaunabuelito, en la que se brinda talleres de arteterapia y terapia ocupacional a los adultos mayores institucionalizados.

A la ecuatoriana Yadyra Yánez le motiva dibujar sonrisas a través de la arteterapia, una forma de psicoterapia que utiliza las artes plásticas como medio para impactar positivamente en la salud mental y el bienestar emocional y social de las personas.

La artista plástica y arteterapeuta –que reside en Panamá desde 1998– está convencida de que se puede sanar por medio del arte. Yánez, quien es administradora de empresas y magíster en arteterapia transdisciplinar, actualmente cursa el cuarto de año de la licenciatura en psicología en la Universidad Santa María la Antigua (USMA), y con un proyecto piloto que realizó para la materia “Investigación psicológica II” ha sido merecedora del premio en la categoría estudiante a mejor póster presentado en el XVIII Congreso Científico de la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia 2021.

Su cartel aborda sobre los efectos de la aplicación de técnicas arteterapéuticas en cuidadores de adultos mayores durante la pandemia en Panamá. Su estudio lo realizó entre marzo y abril de 2021, y requirió la aplicación de pruebas de evaluación antes y después de las actividades. Su asesora fue la profesora Diana Oviedo, doctora en neurociencias.

“Llevo muchos años trabajando con adultos mayores en albergues a través de actividades arteterapéuticas, pero en época de la pandemia por la covid-19 no pudimos asistir, así que intentamos darle una vuelta al programa, y nos dimos cuenta de que el peso principal del cuidado de un adulto mayor se enfocaba en los cuidadores. Nos propusimos realizar un estudio sobre los efectos de la arteterapia en las variables de ansiedad y estrés en cuidadores informales de adultos mayores”, explica Yánez, quien es la directora de Mai Center, un centro de arteterapias y terapias psicológicas. Además, es la presidenta de la Fundación Mai Panamá, que ha sido creada a través del proyecto #Adoptaunabuelito, en la que se brinda talleres de arteterapia y terapia ocupacional a los adultos mayores institucionalizados.

La arteterapia es un componente clave en el trabajo de la salud mental.

En América Latina el cuidado de los adultos mayores recae, principalmente, en la familia, cuyos integrantes no siempre tienen los recursos o la experiencia necesaria, comenta. Con el proyecto se pudo observar que los niveles de ansiedad, estrés y sobrecarga sí sufrían modificaciones.

Los sujetos que participaron en el estudio realizaron cinco técnicas de arteterapia. Una de ellas fue “el árbol de la vida”, que es un proceso de autorreconocimiento de valores y fortalezas mientras el cuidador va elaborando un árbol que representa su pasado, su presente y su futuro. Otra herramienta utilizada fue la musicoterapia, con la que hicieron un recorrido a través de los diferentes ritmos y armonías para reconocer sus estados emocionales a través del movimiento.

Los participantes también hicieron modelado con masilla. “Trabajamos técnicas Jungianas sobre las sombras y los miedos que reprimimos y negamos ver a través de la elaboración de monstruos personales”. Así mismo, realizaron un taller de máscaras, en las que trabajaron técnicas Gestálticas que los colocaron frente a sus opuestos, el “yo” que todos conocen y el “yo” que reconoce cada uno de sí mientras elaboraron máscaras que los representan.

El cierre del proyecto consistió en un taller de mandalas y mindfulness.

Dra. Mairim Solís, Dra. Diana Oviedo, Mgtr. Yadyra Yánez y Mgtr. Argentina Ying.

“Los participantes mencionaron haber aprendido a reconocer sus propios estados de ansiedad y agotamiento, a identificar que poseen el síndrome del cuidador (estado de sobrecarga identificado en los cuidadores a cargo de enfermos), a conocer la necesidad de atención personal y autocuidado que deben tener a sus situaciones de estrés, y a reconocer lo valioso de integrar el arte en sus espacios personales”, afirma Yánez, quien en entrevista nos brinda más detalles de su apuesta por el arte, su interés por darle voz al adulto mayor y de su vocación por la salud mental.

¿Cómo surgió su interés por estudiar psicología?

Luego de estudiar administración, siempre me di cuenta de que el ser humano es el que construye o destruye detrás de toda entidad, de modo que siempre me enfoqué en el individuo. Estudié un coaching ejecutivo, luego saqué una maestría en arteterapia transdisciplinar y tomé varios cursos en escritura narrativa, en lenguaje corporal, etc., hasta que encontré que la psicología era definitivamente lo que necesitaba saber. A veces pienso que debí comenzar con psicología, pero luego me doy cuenta de que no podría haber logrado todo lo que he hecho si comenzaba al revés.

Además, como arteterapeuta he podido trabajar el drama humano desde diferentes necesidades. Soy voluntaria en muchas organizaciones internacionales; una de ellas es Cultural Stopovers, con la que he viajado a atender comunidades en varias poblaciones en África, Nicaragua y Ecuador, y eso me ha permitido sentir más de cerca las necesidades y reconocer las capacidades que pueden lidiar con el dolor humano.

Las actividades de arteterapia en los adultos mayores traen resultados positivos en su salud.
¿De qué hará su tesis de licenciatura?

Irá en torno a la efectividad de la aplicación de técnicas arteterapéuticas con poblaciones de adultos mayores institucionalizados. El objetivo será exponer las necesidades de atención terapéutica que tiene esta población, y proponer la arteterapia como una alternativa válida. Espero crear conciencia en la sociedad sobre la vida de los adultos mayores en las instituciones públicas, que se creen más programas y se mire al adulto mayor con más respeto.

Usted brinda arteterapia a adultos mayores institucionalizados. En términos de salud mental, ¿qué características tiene esta población?

Cuando llegamos a un albergue a entregar talleres, necesitamos saber previamente qué condiciones tiene la población institucionalizada, porque no es lo mismo pintar para alguien que puede ver, que para alguien que no. De modo que hacemos un levantamiento de datos, comprendemos sus capacidades y sus funcionalidades, y a partir de ahí elaboramos fichas técnicas con objetivos terapéuticos, y vamos adaptando las actividades y los materiales. Tenemos casos de adultos mayores con demencia senil, alzheimer, parkinson, con discapacidad motora, visual y auditiva en diferentes niveles. Nosotros logramos unificar el objetivo, que es crear un vínculo entre el voluntario y el abuelito “adoptado”, y eso es amor en movimiento.

La pandemia nos cambió las reglas, y tuvimos que parar los talleres a partir de marzo de 2020 y ha sido difícil retomar. Ahora nos ponen límites máximos de tres o cinco voluntarios por taller, y eso es agotador para el voluntario que debe atender cinco o más abuelitos a la vez y se pierde mucho de los beneficios que buscamos; sin embargo, eso no nos detiene. Durante 2020 compramos equipos técnicos, computadoras, pantalla, proyector y bocinas para dar los talleres virtualmente. No es lo mismo porque algunos tienen discapacidades, pero por lo menos ellos sienten que no los abandonamos y que, de alguna manera, volvemos a entrar en sus espacios.

¿De qué manera el componente de la salud mental en el adulto mayor juega un papel clave para su salud?

El envejecimiento no es sinónimo de enfermedad; esta es la base para comprender al adulto mayor. No es verdad que porque está anciano ya no sirve o no puede hacer cosas u opinar. Eso es discriminación. El envejecimiento puede venir acompañado de actividades saludables y calidad de vida. Lamentablemente no se suele dar, y menos en hogares públicos. Nos hemos topado con hogares que hacen todo lo posible, pero no tienen recursos, por lo que sus prioridades están en el cuidado físico y alimentación, y no en la atención a la salud mental o terapia. Y si sus familias no visitan a sus adultos mayores, y estos no tienen atención en salud mental, entonces ¿qué nos queda? La soledad y el abandono son factores difíciles de enfrentar, y por eso nuestro proyecto #Adoptaunabuelito intenta crear vínculos de apego que permitan sanar heridas de soledad sin juzgar, porque nadie pregunta qué pasó ni por qué llegó ahí [al asilo]; simplemente damos amor a través de actividades de arte y terapia.

¿Cómo se contempla a futuro?

Igual que ahora: creando momentos especiales con la gente que necesita. Pienso seguir trabajando para que la arteterapia se consolide como herramienta valiosa. Tengo varios proyectos en mente y algunos caminando, así que tengo muchas cosas que hacer por ahora. Yo vivo valorando mi presente.

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