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- 27/04/2014 02:00
En su última novela, El juego de Ripper , Isabel Allende flirtea con la novela negra. Está basada en el juego de rol en el que los que participan tratan de pillar a ‘Jack, el Destripador’, en la ciudad de Londres en 1888. La idea original de este proyecto fue una propuesta de su agente literario, Carmen Balcells, de escribir a dos manos con el esposo de Isabel, el abogado William Gordon, una novela de misterio.
Cuenta la autora de La casa de los espíritus Cuentos de Eva Luna y Paula que antes de empezar ya habían discutido y era un asunto que los iba llevar directamente a un divorcio sin remedio.
Un ocho de enero la autora se sentó a escribir, religiosamente, como siempre lo hace, trabajando hasta 11 horas sin parar e investigando un género que la llevó a meterse de narices en los textos de los autores escandinavos, como es el caso de Stieg Larsson, el autor de la trilogía Millenium .
Allende también entrevistó ex militares que le facilitaron pistas acerca del comportamiento de los ‘navy seals’.
UNA HISTORIA CONSAGRADA
Una de las características de la narrativa de Isabel Allende es su fluidez, la abundancia de recursos literarios y la profusión de palabras sin que éstas sean rebuscadas. La autora chilena, que nos sorprendió con tantos libros que recreaban relatos familiares y luego nos confrontó con temas históricos, no deja de cautivarnos con escenas recreadas en el área de San Francisco, donde reside.
Los personajes incluyen desde un adolescente hasta un abuelo dedicado. No faltan los miembros de la ‘onda new age’, como lo son la pitonisa, el gay , el aristócrata, la seductora y la inmigrante que se gana la vida realizando oficios domésticos.
TRAGEDIA Y LITERATURA
Uno de los libros más íntimos de Allende es Paula , donde narra la afección y posterior deceso de su hija, que enfermó de una rara dolencia. Es autora de más de 20 novelas, algunas de las cuales han sido llevadas al cine.
Su fama ha crecido de forma avasalladora. Es un éxito que también ha atraído numerosas críticas, entre ellas, las de su compatriota Roberto Bolaños, quien antes de morir (hace una década) se refirió a ella como una ‘escribidora’, muy al estilo despectivo de Vargas Llosa.
Asimismo, Elena Poniatowska, la escritora mexicana que ganó el Premio Cervantes este año, la catalogó, junto a Ángeles Mastreta y Laura Esquivel, como cultivadoras de literatura femenina. Más duro fue el crítico Harold Bloom, que dijo de ella que solo refleja un período determinado.
Sin embargo, y pese a toda la polémica que suscitan sus obras, se hizo merecedora al Premio Nacional de Literatura de Chile en 2010 y el Premio Hans Christian Andersen de Literatura de Odense, Dinamarca, en 2011, además de muchos reconocimientos anteriores.
A pesar de sus detractores, verdaderas hordas de fanáticos siguen sus presentaciones y conferencias. Ha vendido más de 57 millones de libros, en más de 35 idiomas. Su marido ha escrito unas 6 novelas policíacas y tiene un personaje recurrente, que Isabel lo incluye en esta obra.
Literatura femenina o ‘realismo mágico’, como inicialmente se le catalogó (una copia menor de Gabriel García Márquez), lo importante es que sus textos no solo están bien escritos sino que sus temas están llenos de humor, que está presente aún en las circunstancias más sórdidas o terribles, porque es así como ella enfrenta la vida.
JUGANDO AL ‘RIPPER’
La historia comienza con las predicciones de una pitonisa, que anticipa unos asesinatos en el área de la bahía de San Francisco. La maestra del juego es una adolescente que, en una despliegue de carácter, le dice ‘esbirro’ a su abuelo, poniéndolo en jaque ante sus acertadas directrices, al igual que a su padre, un oficial de policía.
Su madre es uno de esos personajes ‘allendianos’ que flota como a un pie de la tierra, una especie de soplo etéreo y deseable para muchos. El desenvolvimiento es inesperado, los asesinatos impensables y las circunstancias por las que se dan nos hacen pensar en lo mucho que tuvo que investigar Isabel Allende para lograr este relato cautivante.
Con su natural alegría y humor, explica su quehacer literario, afirmando que se burla del género y que no cree que escriba otra novela con este tema. Sin embargo, su pluma es impredecible. De repente le puede agarrar gusto al asunto y continuará deslumbrándonos con la abundancia de recursos que tiene como ‘escribidora’.
El juego de ‘Ripper’ es un libro que no defrauda, cuya trama captura, y su desenlace es difícil imaginarlo o anticiparlo.