¿Quienes son los verdaderos implicados?

Actualizado
  • 23/09/2017 02:05
Creado
  • 23/09/2017 02:05
‘Implicados', ganadora del Ricardo Miró 2016 analiza las razones que los seres humanos tenemos para actuar de formas insospechadas. Se presenta en La Plaza, a partir del 27 de septiembre

Nueve de enero de 2011. Mientras algunos conmemoran el aniversario de la gesta patriótica panameña, otros aprovechan para disfrutar del primer feriado del año. Para un grupo de menores recluidos en un centro de cumplimiento, la jornada fue mucho más trascendental. A la mayoría le costó la vida. Mientras un incendio consumía las celdas que habitaban, ellos pedían a gritos que les permitieran salir y sus guardias, en lugar de procurarles seguridad les increpaban ‘ahora no eres tan valiente, ¿verdad?'.

‘Pensamos que quienes están allí (en la cárcel) son ajenos a lo que está ocurriendo fuera y resulta que a veces ellos están más atentos que nosotros que estamos metidos en una burbuja'.

Estas imágenes presentadas en todos los noticieros del país causaron la indignación y despertaron la curiosidad del dramaturgo Arturo Wong. ¿Qué situaciones hacen que un ser humano actúe de esta manera?

Así, dio inicio a una investigación profunda que le llevó a escribir ‘Implicados', drama que presentó al concurso literario Ricardo Miró el año pasado y que mereció el galardón.

La obra se estrenó con tres presentaciones en el Festival de Teatro del INAC el pasado mes de marzo, y vuelve a los escenarios panameños, esta vez en el Teatro La Plaza del 27 de septiembre, al 8 de octubre.

En esta segunda ocasión, el montaje ha sufrido algunos cambios, iniciando por uno de los actores. Juanxo Villaverde no participa en esta ocasión, en su lugar está Carlos Caballero que se une a Roberto Thomas Andrés Morales y al propio Wong.

‘Aquel fue un proceso en el que hubo corredera, histeria, y presión porque había que salir y salió bien. Ahora podemos hacerlo con más calma', asegura Arturo Wong en entrevista a La Estrella de Panamá .

De acuerdo con el dramaturgo, solo había pensado en uno de los actores y esa fue la parte más complicada, el reclutamiento del elenco pues contarían solo con dos meses para tenerla a punto.

Se requeriría de actores que tuviesen mucho tiempo disponible para ensayos exhaustivos. Sin embargo, el montaje en sí ya lo tenía muy claro.

‘Le había dado muchas vueltas a eso, por lo que no fue complicado, además, había que probar la obra porque se trata de un drama con espacios de humor negro, había que ver cómo reaccionaría el público', detalla Wong.

Y es que se trata de un tema sensible y ‘el panameño a veces es muy evasivo, no le gusta la confrontación', afirma. El resultado fue positivo. Los tres días fueron de lleno completo.

‘La temática despertaba interés, y en el montaje se logró una sinergia que nos favoreció bastante', comenta.

Pero Wong no quería dejar las cosas allí, habría que presentarla en temporada y llevarla a otras ciudades y, ¿por qué no? al extranjero. Con un nuevo escenario con más espacio y recursos y un nuevo actor, pues hay algunos ajustes en este nuevo montaje.

‘La incorporación de un nuevo actor cambia la química y por otra parte, hay algunos detalles que no había visto, estando yo mismo en escena y que gracias a la grabación en video he podido evaluar. Hay cosas que me parece que pudieron haber funcionado mejor de otra forma y vamos a tomarlo en cuenta', asegura.

UN TEMA INCÓMODO

‘Me preguntaron si la historia era sobre los reclusos y no, no lo es. No porque no me interese, sino porque creo que esa es otra historia completamente diferente', dice.

Aunque destaca Wong, como dato interesante, que personas que vieron el montaje le confesaron luego que no tenían idea de que este suceso había tenido lugar en Panamá. ‘Cada uno de nosotros vive en una burbuja', dice el autor, no todos están pendientes de cada cosa que ocurre ni mucho menos sus implicaciones. Y justamente sobre esas razones e implicaciones que van más allá de que el hecho costara la vida de estos jóvenes es que va la historia.

‘Estaban pasando cosas en el país, relacionadas con el sistema carcelario y si estás atento, te das cuenta de que hay un poder allí dentro que uno desconoce. Pensamos que quienes están allí son ajenos a lo que está ocurriendo fuera y resulta que a veces ellos están más atentos que nosotros que estamos metidos en una burbuja', explica.

Wong armó toda una telaraña con situaciones que estaban ocurriendo en ese momento en el país y que le dieron sustento a su historia, ‘es lo bueno de la ficción, allí se vale todo', comenta.

‘Vemos hechos que pensamos que no tienen que ver uno con el otro, pero realmente sí tienen que ver porque una cosa lleva a la otra', agrega.

En la trama, dos de los custodios del centro de cumplimiento deciden evadirse de la situación generada por el incendio y se esconden a esperar que las cosas se calmen. Mientras esperan en un lugar abandonado, el público va enterándose de las razones que los llevaron a actuar de esa manera.

De acuerdo con el escritor, no se trata de una crítica, ni de juzgar si estos hombres son buenos o malos; más bien la obra muestra ‘cómo podemos vernos involucrados en una situación y cómo muchas veces somos parte del problema y no de la solución'. En otras palabras, todos podríamos estar implicados.

El incendio en el centro de cumplimiento es solo una referencia que muestra todas las aristas que tiene el poder.

Wong desea que para quienes no hayan visto la obra anteriormente, esta sea toda una experiencia. ‘No quiero que tengan la impresión de que van a salir deprimidos del teatro, porque no va a ser así, pero sí es una obra fuerte, una obra cruda.

Es también una muestra de que no es necesario ir a buscar historias afuera porque tenemos las propias.

‘Hay muchas historias que contar y en la medida en que nos reflejemos en ellas podremos entonces empezara a cambiar', concluye.

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