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- 15/11/2017 01:00
El último fragmento de ‘La pose enchantée', un cuadro de René Magritte perdido durante décadas, que el pintor cortó en cuatro para reutilizar el lienzo, se descubrió ayer en Bruselas, en un proceso que confirma cómo la tecnología es una gran aliada para desvelar los misterios del arte.
La parte superior derecha de la obra ha resurgido así detrás de ‘Dieu n'est pas un saint', un óleo pintado por Magritte entre 1935 y 1936, lo que pone fin a un enigma de más de 80 años y permite reconstruir virtualmente una obra que aporta datos significativos al relato del artista.
La reconstrucción de este cuadro, de 1927 y del que gráficamente solo había localizada una fotografía en blanco y negro fechada en 1932, ha sido fruto de un trabajo que arrancó en 2013 en Nueva York, cuando el MoMA analizó ‘Le portrait', un bodegón de 1935 con una loncha de jamón y un ojo en el centro, y descubrió en él un lienzo oculto.
En el proceso habitual de análisis de las obras antes de las exposiciones, los conservadores del MoMA descubrieron con rayos ultravioleta que el lienzo escondía la parte superior izquierda de esa obra perdida, y contenía la mitad de uno de los dos cuerpos femeninos gemelos que posan sobre dos columnas clásicas, también idénticas.