Una historia: Antonio 'Galo' Castillo Hernández

Actualizado
  • 23/11/2020 00:00
Creado
  • 23/11/2020 00:00
Aristides Ureña Ramos, maestro de la plástica panameña, nos acerca a un profesional santiagueño, nacido de las humildes entrañas veragüenses, que ha sabido marcar diferencia en la comunicación con su programa de opinión 'El Buen Plato Periodístico'

Santiago de Veraguas en los años sesenta. Esa tardecita de invierno, Santiago era azotada por un palo de agua - que nos invitaba a empaparnos - mis compañeros de travesuras: Bodega, Fran Mé, Bubu, Micho Díaz, Cabeza, Galope y yo ('Tío Conejo') de portal en portal nos dirigíamos por la avenida Central hacia el teatro María Luisa. ¿Quién sabe los motivos que me hacen pensar en esta y otras escenas, cada vez que recuerdo a Galo Castillo y en la gallada “de ese entonces”? También los llamados de la señora Mañeña que, con gritos severos, llamaba al viento a su hijo Galo. Tejiendo así, en un vaivén de mecidos recuerdos - que no menguan en un callado olvido - grabadas historias de un pueblo interiorano. Pues ese Santiago, de portales de ladrillo, de entejados techos, de olores antiguos, nunca sucumbía al desamor por nuestro pasado. Hoy, detrás de estos anecdóticos recuerdos desnudos a su atenta lectura, los invito a que me acompañen con este reconocimiento a un hermano santiagueño, nacido de las humildes entrañas veragüenses, que ha sabido marcar diferencia en la información radiofónica de las provincias centrales, con su programa de opinión El Buen Plato Periodístico'', para que viajemos con nuestra imaginación a un mediodía cualquiera, de un retirado pueblo de Santiago frente a una radio, con la sencillez del lenguaje, de la tertulia… de todo un entorno que incita a proponerles esta espontánea lectura de un vivido interiorano.

¿Cuándo y dónde nace Galo?

Nací el 19 de octubre de 1954 en la ciudad de Santiago. Pero mi familia estaba en el pueblo de Río de Jesús.

Llegaste a Santiago muy joven. ¿Cuándo y cuáles fueron los motivos de tu arribo?

Llegué a Santiago a los 10 años ya que, al morir, nuestra abuela Nieves Vega y nuestra madre Manuela Hernández (Mañeña) deciden trasladarnos en busca de mejores condiciones de vida a mediados de la década de 1960.

Háblame de tus recuerdos de Santiago.

Recuerdo un Santiago de poco movimiento comercial ya que las actividades se concentraban en la popular Placita San Juan de Dios, en el mercado púbico y en una pequeña avenida central. También recuerdo la añorada cancha de baloncesto, el parque infantil donde practicábamos deporte y nos divertíamos sanamente. No puedo dejar por fuera los balnearios conocidos como 'la charquita', 'los charcones', 'el charco azul' y 'el talandán'.

¿Cursaste la universidad?

Tuve el honor de convertirme en el primer Licenciado en Periodismo, egresado de nuestro prestigioso Centro Regional Universitario de Veraguas; al año siguiente me recibí de Profesor de Segunda Enseñanza con Especialidad en Periodismo.

Al mirar tu adolescencia ¿cómo la resumirías en pocas palabras?

Nuestra adolescencia la puedo resumir como una muy inquieta, sacrificada y tentadora, puesto que a temprana edad tuve que salir a la calle a realizar diferentes tipos de actividades para así ayudar a palear la precaria situación económica que arropaba a nuestra familia (limpiabotas, vendedor de periódicos, de chances, rifas y demás). Pero también fui muy deportivo y divertido, ya que practiqué el baloncesto, voleibol y billar, logrando destacarme como sobresaliente billarista dentro y fuera de la provincia.

Después de graduado ¿cuál fue tu primer trabajo?

Como periodista inicié en el quincenario El 9 en Santiago yen La Palestra de Chitré, también como corresponsal en el interior del país de Canal 5 (Servicio Nacional de Noticias) Asignado por el Licenciado Justo Fidel Palacios. (Q.e.p.d).

¿Cuáles son los motivos que te llevaron a crear 'El Buen Plato Periodístico¡?

En primer lugar, me sentía confiado en mi formación profesional, para enfrentarme a un delicado compromiso periodístico de tal responsabilidad comunitaria. También porque tenía el deseo de fundar un programa de comentario radial que contribuyera al desarrollo, en todos los aspectos, de la provincia de Veraguas.

¿Cómo fueron los inicios? ¿Hubo problemas para que aceptaran tu idea?

El inicio fue emocionante y complicado, porque logré concretar la ilusión profesional que siempre estuvo presente en mi vida periodística. Pero a la vez, me trajo una serie de conflictos personales, profesionales y comunitarios por los fogosos platos periodísticos que le servíamos a la comunidad veragüense.

¿Galo Castillo está satisfecho com la transmisión del programa?

Claro que sí lo estoy, no solo satisfecho, sino también complacido por haberle servido a nuestra provincia de Veraguas por más de 30 años continuos y lograr así los objetivos propuestos desde el inicio del programa de opinión 'El Buen Plato Periodístico'.

Si tuvieras que cambiar algo de tu transmisión, ¿qué nos propondrías?

Propondría escoger un día específico de la programación para tratar temas más técnicos con la asistencia de profesionales en diversas disciplinas o materias para elevar aún más el nivel cultural de nuestros oyentes.

Galo, si yo (Aristidito Ureña 'Tío Conejo') te tuviera que pintar el cuadro que tú siempre has deseado tener, ¿qué me pedirías que te pinte?

Te pediría que me pintes sencillamente frente al micrófono en el desarrollo de nuestro programa. Que la adornaras con un machete, un chinchorro, un anzuelo artesanal, una libretita, una bola de billar, un libro y un diccionario; que representan todo lo que ha sido mi vida profesional y social en nuestra querida provincia de Veraguas.

La lucha por la superación del hombre humilde interiorano

Cuando atravesamos el Puente de Las Américas y nos dirigimos hacia el interior de la República, es la simplicidad de las cosas lo que capta nuestra atención y nos saca de las distracciones; un seco modo de interpretar las relaciones entre las personas, que hace que se valoren a sí mismas. Contamos con miles de laureados - hoy día reconocidos profesionales - que en sus chácaras de recuerdos encuentran fatigosos viajes hacia la capital; donde la garita de Divisa, la desaparecida Garita de Chorrera (hoy día La Espiga) marca miles de dificultades que han tenido que superar para alcanzar una superación profesional. Y, los que no sucumbieron, pese a las precarias situaciones que la provincia ofrecía, quedándose en las cabeceras de nuestro país, para enaltecer su comunidad y su propio destino. Allí, en ese espacio de miles de dificultades, es donde encajan Galo Castillo y todas aquellas personas provenientes de inestables situaciones económicas, que supieron luchar con dignidad, para que hoy den crédito a la esperanza de un buen mañana para la juventud panameña. Galo, yo te pintaré ese cuadro, pero a ese cuadro le haré una variación: te pondré junto a tu gallada de fieles amigos, para que te acompañemos (otra vez) a limpiar zapatos y a vender periódicos en la avenida Central de Santiago y así tener más tiempo para verte jugar billar, cantando el hueco donde caerá cada bola y repartir el busque de tu (nuestras) travesías… ¡Larga vida a tu programa 'El Buen Plato Periodístico'! Abierto para que la voz de los más necesitados, tenga justicia.

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