Coqui Calderón, más que un referente en las artes panameñas

Actualizado
  • 14/12/2020 00:00
Creado
  • 14/12/2020 00:00
Aristides Ureña Ramos, maestro de la plástica panameña, nos presenta una conversación con Calderón, destacada pintora y artista visual con una trayectoria extensa dentro y fuera del país
La artista sostiene la importancia de continuar impulsando el sector con esfuerzos y convicción.

Existe un arco imaginario que toma su base en los recuerdos de las manos sabientes que entierran sus dedos en los rojizos barros de La Arena de Chitré, de La Peña de Santiago y de Los Naranjales de Antón, son ellos (los recuerdos de) desconocidas mujeres que han dejado sus huellas en antiguos rupestres de la época prehispánica. Uniéndose a las fantasías decorativas de las molas y las chaquiras de las mujeres panameñas –perteneciente ellas, a los pueblos originarios– para que podamos cerrar este aro imaginario afirmando el aporte decisivo dejado por Roser Muntañola de Oduber, Amelia de Alfaro, Amalia Rossi de Jeanine, Olga Sánchez, Trixie Briceño y Coqui Calderón. Siendo este ultimo bloque, el grupo de aguerridas mujeres que supo interpretar bajo la retórica de sus pinceles y colores, el mundo místico de todos los panameños. Entre ellas, Coqui Calderón, artista que nos brinda la oportunidad de conocer su intimidad pictórica a través de nuestra tertulia en Café Estrella.

¿Donde nació Coqui Calderón?

En la ciudad de Panamá, en el año 1937, de padre panameño de origen nicaragüense; él era ingeniero y mi madre estadounidense nacida en Atlanta, Georgia.

¿Tu infancia fue aquí en la capital?

Mis primeros años viví en San Felipe, en la casa de mi abuela, y a la edad escolar mi papá nos mudó a una casa de propiedad, en el barrio La Exposición, un lugar con recuerdos gratos. Me veo todavía montada en mi bicicleta y escuchando mi tocadiscos descubriendo la música clásica. En mi familia había interés más bien por la literatura y la poesía; habiendo vínculos de mis bisabuelos con Rubén Darío. Me gradué del colegio de las Esclavas donde la enseñanza fue impartida por monjas letradas que salieron de España a causa de la guerra española.

¿Quién fue la persona que descubrió tu talento?

Cuando retorné de París a Panamá necesitaba un taller; no encontré ayuda familiar, ni interés en mi dilema. Fue entonces cuando conocí a Alberto Dutary, que no solo me ofreció su taller, sino que me organizó una exposición en el almacén de lámparas Gibco convertido galería. En esos tiempos no había galerías en Panamá. Después Gómez Sicre, personaje cubano, director del Museo de la OEA salía a la caza de cuadros de pintores de Centroamérica y Panamá. Me conoció en uno de sus viajes y me invitó a exponer en el museo de la OEA en Washington, DC, donde años después expuse mi obra 'Vientos de furia'. Además, me compraron un cuadro que hoy forma parte de la colección del museo.

'Alteraciones', 1960. Un trabajo artístico sostenido y constante.
¿Has hecho estudios de Arte? ¿Dónde?

Me fui a hacer estudios universitarios sin saber qué era lo que quería hacer. Gracias a esa indecisión, acabé en un curso ingresando en una clase de arte; tras esa clase decidí que eso era lo que me gustaba. Allí se enseñaban las teorías del color, que estaban en boga en esos años y que tuvieron una gran influencia en mis obras futuras. Terminé mis estudios con especialidad en historia del arte e historia. En realidad, nunca tuve estudios formales, cuando estuve viviendo en París aproveché para tomar cursos de grabado, serigrafía, pero más que todo me gustaba ir a dibujar en la Gran Chaumiére; tuve un pequeño espacio para comenzar a pintar, era lo que llaman una chambre de bonne.

¿Tu primera exposición?

Cuando vivía en París con mi tía, en 1961 participé en una colectiva de pintores panameños en la galería Schumacher, en Suiza, que me abrió la oportunidad de ser invitada para a exponer mi obra en la 'Galerie du Pont Neuf', de París. No tengo muchos recuerdos, solo una foto de un cuadro que me compró una amiga.

¿Cómo era ese 'Panamá imaginario' que te vio nacer pictóricamente?

Los espacios acogedores gracias a las largas líneas horizontales, repetidas contra las cortas verticales que dan la sensación de estar protegido. Cuando el sol es fuerte, se forman triángulos de luz cuando caen, casi borrando los detalles del paisaje que queda en la sombra. Los colores más prominentes los rojos morados, oscuros de base, los blancos y grises, de toda tonalidad, blancos manchados por tonos celeste verdes. Toques aquí y allá, de manchas verdes y rojas. En lugares de ruinas solo se ven los colores tierra y ocre.

Háblame de Panarte y esos inicios en 1962.

Panarte se creó como una institución no solo para remediar el hecho de que en Panamá no había galerías y no había espacios culturales. Un grupo de ilustres personas lideradas por Alberto 'Pimpito' Dutary, Patricia Picarmí (la primera presidenta), Graciela Quelquejeu, Trixie y Cococho Briceño, Adolfo Arias, Aida de Guizado fueron, entre otros, los fundadores que reconocían las fallas culturales que existían en nuestra sociedad. Con el tiempo el espacio era para todas las expresiones artísticas, pero después quedó solo para exponer a artistas panameños y de América Latina.

Coqui, desde 1975 hasta mediados de los años noventa hubo un periodo de mucho auge. ¿Qué recuerdas de eso?

En 1975 Panarte dio un paso mayor y compró el actual edificio que era la sede de los Schriners para convertirse en el Museo de Arte Contemporáneo. Curiosamente, la compra fue hecha con un préstamo respaldado por la Colección Permanente. Me preguntas sobre un auge en esos años, pero yo no tuve la suerte de participar en ese auge porque para esos años viví en Miami y regresé después de la invasión.

¿En qué periodo de tu producción artística te has sentido más satisfecha?

En los años 90 hasta el 95, fue una época muy productiva en la cual me sentía como más hábil y con más facilidad de expresión.

¿Cuál ha sido el más difícil?

Después de la muerte de mi hija batallé contra el dolor, pero seguí pintando, pero era como si todo lo que sabía se hubiese esfumado. Me costó mucho sobreponerme.

¿Tu artista preferido?

Matisse; hay otros, pero pasajeros, siempre regreso a él como el que más me inspira.

¿Cómo deberíamos definir tu aporte artístico en Panamá?

Mantener la existencia viva del Instituto Panameño de Arte (Panarte), ayudando al conocimiento y la promoción de artistas panameños.

¿Piensas las obras o las inventas mientras pintas?

Los invento, a lo que trabajo pastel sobre papel. Estos bocetos luego son una guía para lo que hago en la tela.

¿Qué material prefieres usar?

Pastel.

¿Prefieres la silueta en técnica gráfica o empastarla?

La silueta.

¿Óleo o acrílico?

Óleo.

¿Esculpir o pintar?

Pintar.

¿Música mientras pintas?

Clásica y barroca.

¿Toño Alvarado?

Talento olvidado.

¿Trujillo?

Mi amigo.

¿Sinclair?

Admirable.

¿Dutary ?

Especial.

¿Cómo vez la situación artística de hoy?

Muy numerosa, muy confusa. Hay mucho arte derivativo y decorativo con éxito. Mucho arte de jóvenes con entrenamiento formal que es cosa nueva. Creo que hay por descubrir.

'Natura inestable'. Una tertulia para conocer la intimidad pictórica de Coqui Calderón.
¿Hacia dónde se dirige Coqui Calderón?

A estas alturas de mi vida solo quiero seguir plasmando mis sentimientos a todo color y esto me hace feliz.

Agradecimiento a nuestra anfitriona

Coqui, es la 'First Lady' de la pintura panameña, talentosa, culta, óptima preparación académica y sobre todo en su madura obra, yace el erudito mundo de la maestría artística. Nuestro sincero reconocimiento a un hito de la pintura panameña, invitando a nuestros lectores a conocer más de su obra.

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